La artista shipibo-conibo se convirtió en la primera mujer indígena en presentar su exposición individual «Non Nete. Un sueño para una nación indígena» en el Museo de Arte de Lima. En exclusiva, Sara nos cuenta cómo con esta exposición abre el camino para los demás artistas de su comunidad y nos cuenta el inicio de su reconocimiento internacional

Por: María Jesús Sarca AntonioFotos: Ariana Sinche Gallo

El Museo de Arte de Lima (MALI) inauguró la exposición de la artista shipibo-conibo Sara Flores «Non Nete. Un sueño para una nación indígena«, la primera muestra institucional dedicada a una artista indígena en la historia del museo. La apertura de la exposición, que incluyó un brindis inaugural, se celebró el jueves 27 de marzo, marcando un hito en el reconocimiento del arte indígena en el ámbito cultural peruano.

Kelly Valera, Abner Ancón, Lizardo Cauper, Diana Salazar, Sara Flores, Matteo Norzi, Sharon Lerner y Muriel Clemens.

Antes de la inauguración, el MALI ofreció un conversatorio en el que participaron la artista Sara Flores, Matteo Norzi, director ejecutivo de Shipibo Conibo Center, y Lizardo Cauper, presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), quienes discutieron la crisis ecológica que enfrenta la Amazonía, agravada por la destrucción de sus bosques y las difíciles condiciones de las comunidades del Ucayali. En este diálogo, se destacó la urgencia de abordar la situación actual de la creciente de los ríos afluentes del Amazonas, que intensifica el daño ambiental y las condiciones precarias de estas comunidades. La exposición, en este contexto, plantea un llamado a regenerar el mundo a través de la ecología y los saberes ancestrales.

«Ahora con los problemas de la creciente, que vino tan fuerte, mis paisanos perdieron sus plátanos, yucas, no van a tener alimento, va a ver una hambruna en la Amazonía. Eso me pone tan triste, porque van a sufrir», reflexiona Sara Flores

Esta muestra utiliza la estética del arte Kené para reflexionar sobre la interconexión entre la naturaleza y la cultura.

Entrevista a Sara Flores

Con motivo de su primer unipersonal en MALI, Sara Flores compartió con nosotros sus sentimientos y reflexiones sobre el arte, la cultura Shipibo y el reconocimiento internacional.

¿Qué representa para ti esta exposición en términos de visibilidad y reconocimiento al arte amazónico?

Me siento sorprendida, emocionada, al ver por primera vez mi trabajo en este museo. Hay muchas mujeres shipibas que saben hacer el Kené y, a pesar de que conocemos el trabajo, nadie lo valora. Como lideresa de mi comunidad me siento tan orgullosa y feliz de saber que con esta exposición estoy abriendo las puertas, estoy abriendo el camino para mis demás paisanos.

¿Cómo te hace sentir que tu primer reconocimiento haya sido internacional y que, finalmente, tu trabajo sea reconocido en tu propio país?

Mi primer trabajo fue reconocido fuera del país. Ahora, recién llega a nuestro Perú. Es el momento en que por fin pueden reconocer nuestro trabajo y saber quiénes somos: somos nativos, somos shipibos. Hoy siento que empiezan a valorarnos. Me siento muy feliz por la cálida acogida que he recibido aquí en el MALI.

El MALI, en colaboración con el Shipibo Conibo Center de Nueva York y con el apoyo de proyectoamil de Lima y la galería White Cube de Londres, presenta la exposición  «Sara Flores. Non Nete».

Con todo el camino que has trazado, ¿hay algún aspecto de este proceso que te hubiera gustado que fuera diferente?

El apoyo a nuestra comunidad. Eso es lo que nosotros siempre decimos, que en nuestro país no nos valoran, pero quizás ahora nuestra presidenta pueda ver y reconocer a nuestra nación Shipibo y el trabajo que realizamos.

Tu colaboración en el diseño de Lady Dior, ¿marcó un antes y después?

Sí, me siento tan emocionada. Mi trabajo no cuesta poquito, cuesta miles. Yo nunca he pensado llegar hasta tan lejos, pero mi trabajo me llevó hasta allá.

La artista Sara Flores con el bolso Lady Dior, un diseño inspirado en los trazos Kené que ella misma creó.

El inicio de todo

No puedo evitar preguntarle qué siente al ver su pasado, sus inicios y sus primeras obras a comparación al reconocimiento del que hoy goza. ¿Alguna vez habrá imaginado llegar hasta este punto? «No, jamás en mi vida, ni en mis sueños«, me responde.

Sara recuerda que, cuando era joven, una señora le dio un valioso consejo: mejorar los acabados de sus obras, coser los bordes y, al terminar sus piezas, colocar sus iniciales. Gracias a esto, sus telas firmadas llegaron hasta Lima, donde Leonor Caraballo las compró en 2011. Al ver los trazos kené, quedó tan fascinada que decidió buscarla. Durante años, intentó rastrear a la artista, y fue así como compartió su propósito, encomendando esta tarea a Matteo Norzi y Abou Farman.

Lamentablemente, Leonor murió en 2015. Sara cuenta: “Al fallecer, esa mujer les dejó un mensaje: ‘mira, este trabajo es muy significativo, busca a la señora que lleva este nombre, encuéntrenla y háganla famosa’. Así me hallaron una tarde en 2016.” Sin embargo, la misión no se dio por cumplida. Inspirados por el ímpetu de Leonor, Matteo y Abou fundaron Shipibo Conibo Center, un proyecto artístico cultural con sede en Nueva York, cuyo objetivo es promover la identidad y cultura del pueblo Shipibo-Konibo, a través de la producción de conocimiento, el arte y la investigación etnobotánica.

Deysi Ramírez Flores, hija de Sara, asegura que esta organización se convirtió en el principal impulso que necesitó su madre. “Vienen luchando para que el arte de mi mamá sea reconocido en otros países. Así logró su primera exposición con la galería White Cube de Londres, en 2018.”

Una noche memorable

El evento reunió a un público diverso de la escena cultural limeña, entre ellos figuras influyentes como Alberto «Tito» Rebaza, presidente del MALI, el coleccionista Armando Andrade y la diseñadora de moda Ani Álvarez Calderón, quien aseguro quedar «fascinada y enamorada» de las obras de Sara Flores y agregó que es «un gran ejemplo para el Perú y para todas las mujeres».

Sara Flores y Ani Álvarez Calderón.

Armando Andrade y Sara Flores.

Matteo Norzi.

Fiorella Flores, nieta de Sara, y Armando Andrade.

Ginette Lumbroso y Tito Rebaza.

Daniela Moscoso y Alexandra Biachi.

Alfredo Villar y Paulo Dam.

Ana María, Camila y José Antonio Moreyra.

Li.

Miguel Pita y Gerardo Doy.

Paolo Maynas.

Ruth Chinchayam, Sofia Nakasone y Karina Córdova.

Sophie Bonvun.

Renzo, Ximena Garrido Lecca y Mustafa Hulisi.

Geraldine Núñez y Ricardo Kusunoki.

Diana Salazar Ramírez y Sara Flores.

Brandon Barco, Li y Yulissa Araníbar.

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