La migración hispanoamericana se ha multiplicado por doce desde 1999. Hoy, más de un millón de sudamericanos viven en la Comunidad de Madrid, con presencia destacada de venezolanos, colombianos y peruanos.

Por Daniel Crespo Pizarro

La Comunidad de Madrid ha superado un umbral demográfico que confirma un cambio profundo en su composición social: más de un millón de sus residentes nacieron en países sudamericanos de habla hispana. En 1999, apenas sumaban poco más de 80 mil. Hoy, según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) actualizadas al 1 de enero de 2024, el número asciende a 1.038.671 personas, lo que equivale aproximadamente a uno de cada siete habitantes en la región.

Este colectivo sería suficiente para formar una ciudad más poblada que varias capitales latinoamericanas: supera a Santiago de Cuba, Arequipa o Valparaíso y está muy cerca de igualar a Managua o San Salvador. La presencia más numerosa corresponde a venezolanos y colombianos, ambos con comunidades cercanas a los 200 mil residentes. Les siguen los peruanos, con 150 mil, y luego ecuatorianos, dominicanos y argentinos, que en conjunto suman otros 150 mil.

Los venezolanos son el grupo con más presencia en Madrid, con más de 184.387 ciudadanos viviendo en esa región, y le siguen los colombianos y peruanos.

El crecimiento también se refleja en el ámbito académico: 14.776 sudamericanos están matriculados en universidades locales. Su presencia se nota especialmente en distritos como Salamanca, donde el 17% de los residentes ya son hispanoamericanos. Sin embargo, el fenómeno no ha estado exento de tensiones. Las autoridades han informado de 209 detenciones relacionadas con bandas criminales de origen latino, aunque se trata de una fracción mínima frente al volumen total de migrantes.

La transformación es estructural y apunta a un nuevo perfil de ciudad, más diversa y con una identidad urbana en evolución.

Madrid, nueva capital del lujo

En los últimos años, Madrid se ha consolidado como destino preferido para multimillonarios, especialmente de América Latina y Estados Unidos. Factores como el clima, la seguridad, los incentivos fiscales y la oferta educativa de alto nivel —como escuelas de negocios o colegios privados internacionales— han atraído a patrimonios que antes elegían Londres, París o Miami.

Barrios como Salamanca, La Moraleja y ahora también Chueca concentran la nueva vida de lujo. Edificios del siglo XIX han sido transformados en pisos de hasta siete millones de euros, mientras que los restaurantes más exclusivos exigen reservas con semanas de anticipación. Incluso los bancos han adaptado su oferta: Santander, BBVA y CaixaBank han abierto unidades exclusivas para clientes con patrimonios superiores a los 50 millones de euros, muchos de ellos procedentes de América Latina.

Madrid se ha convertido en un imán que atrae a fortunas de todo el mundo.

La transformación no es solo urbanística. En lo cultural, Madrid también vive un cambio de códigos. La convivencia entre las tradiciones del “viejo Madrid” y el estilo de vida globalizado de las nuevas élites no siempre es armoniosa. Un ejemplo fue la ruptura del protocolo taurino en Las Ventas por parte del empresario mexicano Juan Antonio Pérez Simón, interpretada por algunos como un gesto de desconexión cultural.

Mientras tanto, el auge ha elevado el costo de vida: según Idealista, el precio del metro cuadrado en Madrid ha subido un 24,3% en el último año. A esto se suma una percepción de pérdida de identidad entre algunos sectores locales. “Madrid ha cambiado demasiado rápido”, opinan quienes añoran una ciudad más modesta y menos dependiente del turismo o el capital extranjero.

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