Con temperaturas que superan los 46 °C, muertes vinculadas al calor extremo, evacuaciones masivas y cientos de vuelos interrumpidos, el continente atraviesa una de sus crisis climáticas más severas. Las autoridades han emitido alertas rojas en países del Mediterráneo, mientras expertos advierten sobre impactos en la salud física y mental, así como en la infraestructura turística.

Por: Redacción COSAS

Una ola de calor sin precedentes golpea Europa: ya se reportan víctimas mortales, incendios incontrolables y ciudades colapsadas bajo alertas máximas. Las temperaturas superaron los 40 °C en Italia, Grecia, España y Portugal durante el fin de semana, mientras que el lunes París se preparaba para los 39 °C y Londres alcanzaba los 35 °C, su pico anual hasta ahora.

Desde los 10 °C durante la noche en Irlanda del Norte hasta los 46,6 °C registrados en Mora, Portugal, el domingo 23 de junio. Este junio apunta a ser el más caluroso en la historia reciente del continente.

En Barcelona, una mujer de 51 años, identificada como Montserrat A., “murió poco después de terminar de trabajar en medio de una ola de calor”. El ayuntamiento confirmó el fallecimiento, aunque se espera una autopsia para determinar si el calor fue la causa. “Estuvo trabajando en el barrio del Raval desde las 14.00 hasta las 21.00 horas, una de las horas más calurosas de la ciudad”, según reportó El País.

Grecia enfrenta una emergencia climática y de seguridad. Las autoridades de Karpathos investigan la desaparición de un turista británico de 55 años desaparecido desde el viernes, en medio de temperaturas que alcanzaron los 36 °C. Simultáneamente, se registraron al menos 45 incendios en 24 horas. En la isla de Quíos, un incendio descontrolado destruyó más de 10.000 acres. “Nos enfrentamos a incendios simultáneos en múltiples partes de la isla que no están conectadas geográficamente, un patrón que no puede considerarse casual”, declaró Giannis Kefalogiannis, ministro de Crisis Climática y Protección Civil. Agregó que “el incendio provocado es un delito grave y se tratará como tal”.

Incendios forestales se propagan en Turquía, Grecia, Francia e Italia desde mediados de junio, alimentados por temperaturas récord, baja humedad y fuertes vientos.

Emergencias médicas y ciudades bajo presión

Italia declaró alerta máxima por calor en 21 de sus principales ciudades, entre ellas Roma, Milán, Venecia, Florencia y Nápoles. Mario Guarino, vicepresidente de la Sociedad Italiana de Medicina de Urgencias, informó que “hemos observado un aumento de alrededor del 10 %, principalmente en ciudades que no solo tienen temperaturas muy altas, sino también una mayor tasa de humedad”.

“Se suponía que íbamos a visitar el Coliseo, pero mi madre casi se desmaya”, relató la turista británica Anna Becker, desde Roma. Las autoridades italianas consideran limitar las actividades laborales al aire libre en horarios críticos.

En Francia, el servicio meteorológico Météo France colocó 84 de sus 96 departamentos continentales bajo alerta naranja. Agnes Pannier-Runacher, ministra de Transición Ecológica, afirmó: “Esto no tiene precedentes”. Explicó que 44 millones de personas viven en “islas de calor”, donde la temperatura es hasta 5 °C más alta por efecto de la urbanización.

Turismo colapsado y vuelos cancelados

En Turquía, un gigantesco incendio en el balneario de Foça obligó a evacuar a 550 personas de 175 viviendas. “Prevemos que los próximos cuatro o cinco días serán muy calurosos, con fuertes vientos y baja humedad. Estas condiciones son perfectas para un incendio”, alertó el gobernador Süleyman Elban. Cuatro bomberos resultaron intoxicados por humo. Las operaciones en el aeropuerto de Esmirna fueron suspendidas temporalmente, afectando a cientos de pasajeros.

En el Reino Unido, St James’s Park en Londres alcanzó los 31 °C el domingo. Las previsiones indican que el sureste británico podría llegar a los 34 °C este lunes, amenazando el récord de 35,6 °C de junio de 1976.

En Eynsford, las personas se refrescan en las aguas poco profundas del río Darent mientras el calor se intensifica en todo el país.

Impacto en la salud mental y riesgos urbanos

Más allá del golpe térmico directo, los expertos alertan sobre efectos prolongados. El Dr. Laurence Wainwright, profesor de la Universidad de Oxford, declaró: “Una consecuencia de las olas de calor que a menudo se pasa por alto es su impacto negativo en nuestra salud mental y comportamiento. Los incidentes violentos aumentan, la depresión empeora y el efecto de los medicamentos psiquiátricos puede verse alterado”.

En palabras de la Dra. Radhika Khosla, también de Oxford: “Las poblaciones en áreas urbanas como Londres son particularmente susceptibles al calor extremo ya que el hormigón y el asfalto absorben y reemiten la radiación solar, amplificando su impacto en nuestros cuerpos”.

En Cumbria, varias personas buscan alivio del calor en el río Lune, en la localidad comercial de Kirkby Lonsdale.

Proyecciones preocupantes

Un estudio publicado en Lancet Public Health predice que las muertes relacionadas con el calor podrían cuadruplicarse para mediados de siglo, si se mantienen las políticas actuales.

Mientras tanto, Portugal reportó una temperatura de 46,6 °C en Mora, récord para el mes de junio. Dos tercios del país, incluida Lisboa, permanecieron en alerta máxima por riesgo de incendios y temperaturas extremas.

En España, los turistas se protegen del calor bajo una nube de vapor en la Plaza de la Reina, en Valencia, en plena ola de calor.

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