En medio de la controversia por su renuncia a la nacionalidad suiza, Cervera salió al frente para afirmar que mantiene su título y el apellido de su marido.
Por Redacción COSAS
Cuando Carmen “Tita” Cervera decidió renunciar a su ciudadanía suiza, no solo puso fin a su pasaporte helvético, sino que desencadenó una serie de interrogantes sobre la vigencia de su apellido Thyssen-Bornemisza y su estatus nobiliario. Según expertos legales, la pérdida de ese apellido podría implicar la desaparición de la base legal que sustentaba su título de baronesa.
En Suiza, el registro civil exige una conexión jurídica con el Estado para mantener el nombre registrado. Al renunciar a la nacionalidad, el apellido compuesto con el que fue oficialmente registrada —Thyssen-Bornemisza, adquirido tras su matrimonio con el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza— ya no contaría con ese respaldo legal. Esa fórmula era más que una marca social: era el vínculo legal que le otorgaba una parte fundamental de su identidad nobiliaria.

Tita Cervera y su esposo, Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza, se conocieron en Cerdeña en 1981.
La consecuencia de todo esto podría ser grave: perder el derecho legal a usar ese apellido en cualquier país. Y, con él, la única prueba documental que la ligaba oficialmente al título de baronesa. En apariencia diplomática y social, seguiría siendo “la baronesa Thyssen”, pero en términos legales su situación habría cambiado.
Tita rompe su silencio
Sin embargo, Tita Cervera ha decidido romper el silencio frente a los rumores. Con firmeza, ha declarado: «No he perdido el título de baronesa ni mi apellido». Y añadió: «Sigo siendo baronesa y llevando el apellido de mi marido».

«Sigo siendo baronesa y llevando el apellido de mi marido», afirmó la baronesa Thyssen. Aquí junto a su hija Carmen Cervera.
Para ella, la renuncia a la nacionalidad suiza responde a una estrategia personal más que a un abandono simbólico de su linaje: estaría diseñando una reorganización patrimonial y sucesoria para proteger su legado. En su versión, el gesto no pone en duda su identidad nobiliaria, sino que representa un movimiento medido para asegurar su futuro y el de su familia.
Así, la polémica se mantiene: en el terreno de los documentos oficiales, su vinculación legal con el nombre y el título podría haber cambiado, pero en su discurso público Tita Cervera insiste en que no ha renunciado ni a su apellido ni a su condición de baronesa.
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