Entre la avalancha de nuevas técnicas y tendencias en belleza, encontrar lo mejor puede ser abrumador. El experto médico, con décadas de experiencia en las clínicas más prestigiosas del mundo, nos devela qué intervenciones valen la pena y cuáles es mejor evitar.
Por Ariana Cortez
Paul Durand es uno de los doctores más importantes de cirugía estética, especializado en rostro, nariz, senos y cuerpo. El proyecto más ambicioso en el que participó fue el primer trasplante de rostro, llevado a cabo en la clínica Cleveland de Estados Unidos, considerada una de las mejores del mundo. Actualmente, su trabajo se reparte entre su consultorio de Coral Gables en Florida y Lima. Dado que las tendencias en el mundo de la belleza siempre van cambiando, el médico se mantiene actualizado en las innovaciones tecnológicas, como el uso de radiofrecuencia y microneedling.
Intervenciones Corporales
Las práct icas no quir úrg icas han avanzado significativamente, ofreciendo métodos menos invasivos que prometen mejores resultados a largo plazo. Un ejemplo destacado es la combinación de radiofrecuencia con microneedling. “La técnica utiliza pequeñas agujas en un roller o un pen. Anteriormente, se empleaba en el rostro para crear diminutos orificios en la piel, casi microscópicos, con el fin de estimular la producción de colágeno. Esto promovía el crecimiento de la piel y un efecto de tensado. Además, ayudaba a mejorar la apariencia de los poros”, explica el experto. “Al incorporar radiofrecuencia polar y bipolar, no solo se potencia la estimulación del colágeno, sino que también se trabaja el tejido subcutáneo, lo que permite modelar tanto el tejido como una pequeña cantidad de grasa, logrando resultados más completos y duraderos”, agrega.
Por el lado de la escultura corporal, existen diversas máquinas para definir el cuerpo, cada una con sus propias aplicaciones y beneficios. La Morpheus8 es de las más célebres, por ser la favorita de la socialité Kim Kardashian. “Hay gente que la usa en la barriga después de haberse embarazado, o cuando tiene un poco de piel extra, pero no quiere pasar por una cirugía. Esto ayuda a mejorar la calidad de la piel cuya elasticidad ha sido afectada por el embarazo”, sostiene Durand. Otra máquina cuyo uso está en aumento es la EmSculpt Neo, que trabaja con energía electromagnética y radiofrecuencia. Funciona como los parches transdérmicos para lesiones musculares, pero con tecnología electromagnética incorporada. “Con este dispositivo se trabajan los core muscles o los glúteos. Obviamente, no todos son buenos candidatos para eso. Hay un nivel de sobrepeso en el que no es efectivo”, asegura.
Tendencias para el rostro
El ácido hialurónico continúa siendo el gold standard en el mundo de los fillers faciales por su capacidad de reversión. Sin embargo, no es recomendable su aplicación en las ojeras, ya que es una zona muy delgada y sensible. Al respecto, comenta que “contrario al mito común de que el ácido hialurónico no es permanente, este bloquea los pasajes linfáticos, lo que dificulta el drenaje linfático, y eso por lo general se ve alrededor de los ojos. Hay pacientes que se ponen estos rellenos en exceso y ya no se pueden disolver. Además, causa un tejido, cicatrización o fibrosis debajo de la piel. Por eso, prefiero ser muy cauteloso con este procedimiento. No lo recomiendo para nada, por ejemplo, en la nariz, si es que se quiere hacer una cirugía eventualmente”.
Los hilos, una técnica que implica el estiramiento de la piel con hilos subcutáneos, son otro método controversial. Durand aconseja evitarlos a todo costa, debido a que “pueden causar complicaciones como fibrosis o afectar la vascularidad y los nervios bajo la piel”. En su lugar, propone procedimientos como el EmFace, que es descrito como un “non-surgical facelift (estiramiento facial no quirúrgico)”, y es efectivo en personas menores de 40 años que solo desean corregir algunos detalles de su apariencia.
¿Cuándo me debo hacer una intervención cosmética?
Durand señala que la edad propicia para realizarse un estiramiento facial semipreventivo es entre los 40 y 50 años. “Antes se esperaba a los 60 o 65 para hacerse un facelift, que no recomiendo, porque la piel ya no es tan buena. Es mejor realizar un procedimiento preventivo en vez de ponerse fillers, ya que el look es mucho más natural”, revela. La técnica de Durand es incluir un poco de grasa del paciente en el rostro, ya que, en muchos casos, “es necesario volumizar la cara”. Además, contribuye a la reparación de tejidos, ya que “contiene células madre”.
Pero si una persona en sus 30 años también desea obtener una atenuación de arrugas, el médico aconseja mantener un régimen de bótox. “Hay un estigma alrededor de la toxina botulínica. Muchas personas piensan que esos labios superrellenos y toscos son gracias a este, cuando en realidad son fillers”.
En una era en la que TikTok e Instagram han viralizado las intervenciones cosméticas en adolescentes y jóvenes, Durand advierte que, de ser posible, nos debemos mantener alejados del bótox y otros procedimientos en las tres primeras décadas de vida. “El enfoque a esta edad debe ser la protección solar y tener un buen cuidado dermatológico”, concluye.
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