Natural, práctico, sencillo, depurado: el mid century es un estilo que prevalece a través del tiempo. De la mano del diseñador Louis Pisconte, delineamos algunos criterios para integrar con maestría sus piezas de siluetas simples y estética funcional.

Por Fiorella Iberico

Líneas limpias, formas geométricas discretas y una estética elegante que no envejece: esos son los elementos del mid century. Surgido como una respuesta al contexto histórico, social y cultural de mediados del siglo XX, después de la Segunda Guerra Mundial, este estilo tiene cualidades muy específicas que lo hacen atemporal. Diseñadores como Charles y Ray Eames, Eero Saarinen y Arne Jacobsen fueron algunos de los representantes de esta época de cambio y optimismo, y supieron abrazar la funcionalidad y simplicidad del diseño que los espacios de aquel momento requerían, sin sacrificar la belleza.

“Los muebles de estilo mid century no son invasivos, sino de líneas limpias, seguras y concretas. De hecho, puedes poner algo mid century dentro de un espacio barroco y aún así se va a ver muy bien”, explica el interiorista Louis Pisconte.

Más de siete décadas después, los ambientes de hoy persiguen el mismo objetivo. Como menciona el interiorista y director de arte Louis Pisconte, el secreto para que la estética de ayer triunfe en el presente está en traer con audacia esas curvas al espacio. Y, por supuesto, sacar de la mente que se trata de un estilo antiguo o anticuado, por lo que un primer consejo es pensar en el mid century como un “buen amigo”. “Son muebles de líneas limpias, seguras y concretas, por lo que quedan bien en cualquier lugar, independientemente del estilo”, comenta.

Junto con los trazos rectos, así como la geometría concreta, el mid century también incorporó formas orgánicas inspiradas en la naturaleza. Sus muebles y accesorios a menudo presentan curvas suaves y líneas sobrias que evocan lo natural, como sillas con patas cónicas o mesas con bordes angulares. Esto también se ve reflejado en materiales como la madera, el cuero y el vidrio, que los diseñadores de la época usaron en muchos de sus diseños. Charles y Ray Eames, por ejemplo, experimentaron con el contrachapado moldeado, e Isamu Noguchi fusionó madera y vidrio en sus piezas.

Como se trata de objetos únicos, asequibles, pero con gran personalidad, la segunda recomendación de Louis es “dejar que los muebles respiren”. Eso quiere decir que los objetos mid century que se agreguen a la decoración deben tener un radio libre que los proteja. “Tiene que haber una distancia con los otros muebles. Recordemos que este estilo ayudó a limpiar la estética”, explica Pisconte. Sumado a que se trata de elementos con características lúdicas, necesitan su propio espacio para poder brillar sin que nada los opaque.

Para incorporar el mid century, hay que tener cuidado con la proporción, y sobre ese punto va la tercera sugerencia del experto. Si se va en busca de muebles de este tipo en anticuarios o se está considerando decantarse por réplicas –que en el mercado hay muchas–, es primordial observar que la proporción se aproxime a las piezas originales. “Los años 50 y 60 se caracterizan por el estudio minucioso de la simetría. Como estos muebles se han replicado varias veces, nos podemos topar con proporciones un poco grotescas”, recalca Pisconte. El diseñador recomienda ampliar la curiosidad e investigar acerca de lo que caracterizó al mid century para entender su estética y saber elegir las piezas.

A la pregunta de qué muebles integrar para componer nuestra decoración con este estilo de mediados de siglo, el cuarto consejo es comenzar con una pieza que le falte al espacio. Cualquier punto de partida será bueno. Puede ser un aparador, un sillón o una buena lámpara. Como se mencionó anteriormente, no hay que tener miedo de mezclar el mid century con objetos de otros periodos ni de explorar otros materiales característicos de esta corriente, como el fierro que usó Harry Bertoia para crear muebles escultóricos. “Debemos aprender lo rico y valioso que es tener algo con historia dentro de casa y de gran diseño”, enfatiza Pisconte.

La icónica silla Eames Lounge, de Charles y Ray Eames; la elegante silla Tulip, de Eero Saarinen; el acogedor sillón Papa Bear, de Hans J. Wegner; la futurista silla Egg, de Arne Jacobsen; la delicada lámpara Akari, de Isamu Noguchi… la lista es inmensa, pero solo con reconocer estas piezas –algunas de las más representativas– es posible entender la enorme influencia de este estilo en la decoración de hoy. Después de todo, el mid century es un ejemplo de diseño democrático: hecho para todos y que calza bien en cualquier espacio.

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