Inaugurada en plena pandemia, la nueva sede de la Pinacoteca Municipal Ignacio Merino de la Municipalidad de Lima es una joya arquitectónica. El inmueble fue restaurado prolijamente por Emilima con la participación y colaboración permanente de Prolima. La recuperación del edificio republicano ha sido parte del proyecto integral para recobrar el entorno de la plaza francia, situada dentro del casco urbano del Centro Histórico de Lima.
Por Jorge Riveros Cayo Fotos Giovanna Fernández
En un principio estuvo aquel trazo prehispánico, conocido durante la Colonia como el “callejón de Pachacámac”, que unía el centro mismo de la recién fundada ciudad de Lima, en 1535, con el oráculo situado al sur, en el valle de Lurín. A poca distancia de la Plaza Mayor, sobre este camino, en los confines de la ciudad, la Orden dominica levantó un templo a principios del siglo XVII. Junto a este, había una huerta llamada la Chacarilla de San Jacinto: “una extensa y muy surtida, de la cual se afirma fue la más productiva y mejor manejada de Lima durante todo el Virreinato”, explica el arquitecto Reinhard Augustin, quien formó parte del equipo de restauración de Prolima para recuperar el histórico Hospicio Manrique, que hoy ocupa la Pinacoteca Municipal Ignacio Merino.
Pasaron algo más de doscientos cincuenta años para que, en 1866, se inaugurara el Hospicio Manrique, frente al templo y sobre la Plaza Recoleta –conocida hoy como Plaza Francia–, en cuya placa original aún se lee: “Hospicio para mugeres [sic] vergonzantes y escuela de niñas pobres”; léase: un hogar para mujeres viudas o caídas en desgracia económica y niñas huérfanas. El edificio fue financiado por Bartolomé Manrique, acaudalado empresario limeño, y diseñado por el arquitecto suizo Miguel Trefogil en un estilo neoclásico, con dos pisos, cuarenta y seis habitaciones y dotado de grandes ventanales que daban a la plaza.
A la muerte de Manrique, el hospicio pasó a ser administrado por la Sociedad de Beneficencia de Lima hasta principios del siglo XX. Cuando dejó de funcionar como tal, el edificio empezó a tugurizarse. Reinhard explica que el inmueble sufrió un gran deterioro debido a las intervenciones realizadas por sus ocupantes, mayormente precarios y de escasos recursos. Recién en 2014, la Sociedad de Beneficencia logró recuperar el histórico edificio, y ahí se forjó la idea de restaurar el Hospicio Manrique para darle utilidad en beneficio de la ciudad.
“Así se inician los planes para su restauración y puesta en valor; un trabajo que se realizó entre los años 2017 y 2018 en su etapa proyectual y entre los años 2019 y 2020 en su etapa de obras generales, que culminó a inicios de 2021”, explica Augustin. El proyecto de restauración, ampliación y puesta en valor del Hospicio Manrique ha logrado recuperar este edificio histórico con el propósito de darle un uso relevante: que sea la nueva sede de la Pinacoteca, que estuvo hasta ahora en el Palacio Municipal, en plena Plaza Mayor. “La intervención propuso un uso combinado del edificio donde el monumento, además de ser restaurado y puesto en valor, fue ampliado sobre el sector posterior del predio, reconstruido en su primera planta y ampliado en la segunda, dando cabida a las instalaciones de la Subgerencia de Trámite Documentario y del Archivo Central de la Municipalidad de Lima”, recuenta el arquitecto.
La nueva sede de la Pinacoteca Ignacio Merino, bautizada en honor del pintor peruano, exhibe más de un centenar de obras de un total de ochocientos noventa y seis que comprende la colección. A través de dieciocho salas organizadas por épocas y estilos, la pinacoteca exhibe obras emblemáticas de artistas plásticos nacionales como Pancho Fierro, Ismael Merino, Teófilo Castillo, Francisco Laso, Daniel Hernández, José Sabogal, entre otros. La pinacoteca cuenta además con una biblioteca en el primer piso donde se pueden consultar volúmenes relacionados con la historia de la colección y del inmueble histórico.
Mary Takahashi, curadora que encabeza el equipo que vela por el cuidado de la Pinacoteca Municipal desde 2007, se muestra satisfecha con el nuevo espacio que alberga esta colección. “La propuesta museográfica dentro de la pinacoteca ha sido realizada tomando este espacio dentro del Hospicio Manrique. Al haber sido un hospicio, el inmueble tenía habitaciones. Este hecho le da una mayor calidez al espacio. Todo esto, en conjunto, hace que el visitante sienta la cercanía y la posibilidad de involucrarse más con las pinturas que podemos apreciar”.
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