Un espacio de 140 metros cuadrados dentro de una casona restaurada alberga una interesante propuesta que pretende refrescar la oferta actual de las galerías de arte.

Por Belén Medina Pizarro | Fotos: Héctor Delgado

GATO, galería cofundada por Axier Villanueva y Óscar Florit, es una nueva propuesta para el circuito artístico local ubicada en el Centro Histórico de Lima. Esta plataforma busca llevar a cabo una programación ambiciosa con la mirada puesta en el escenario internacional. Así, pretende introducir prácticas creativas innovadoras y nuevas perspectivas curatoriales, exhibiendo a artistas por primera vez en Sudamérica y generando diálogos con la atractiva escena peruana.

Axier Villanueva y Almudena Gallo en la galería.

«GATO tiene la intención de traer propuestas internacionales de calidad con una visión institucional que genere conversaciones que aporten al ecosistema del arte contemporáneo local», señala Axier Villanueva. Además, explica que la galería cuenta con Espacio Abierto, una sala de colaboración en la que participan de manera conjunta con colecciones, artistas e instituciones para mostrar obra institucional y que el público nacional tenga acceso a ella.

“Es la única galería de arte en el centro de la ciudad que utiliza un espacio típico de él: una casa republicana de 1895.Esta dicotomía entre lo contemporáneo e histórico nos permite partir de la misma base: el arte está para crear interés y puede habitar diferentes espacios sin importar su procedencia. Somos un espacio vacío que no tiene línea geográfica o del tiempo”, comenta Villanueva.

El renovado espacio de exhibición, ubicado en una edificación de estilo republicano de finales del siglo XIX con vistas a la Plaza Bolognesi, permite destacar el importante legado arquitectónico de Lima, desde su urbanización original al estilo Haussmann hasta su actual proceso de regeneración y reforma. Resaltando un pasado lleno de historia, GATO mira firmemente hacia el futuro, abrazando y defendiendo las nuevas posibilidades de la posición del Perú como una de las capitales culturales de las Américas.

Kate Mosher Hall.

Galería GATO pretende ser un espacio de diálogo que presente propuestas inéditas que inviten a la reflexión.

Un inicio con un buen pie

La programación de GATO se inauguró con la exposición colectiva “Formas Aparte”, muestra que reunió a un destacado grupo de artistas internacionales que exhibieron por primera vez en el Perú. Este proyecto se elaboró sobre un principio básico de la teoría arquitectónica: cualquier estructura construida se define tanto por sus atributos materiales (fundación, armadura, paredes, etcétera) como por los espacios negativos o vacíos que estas definen, abarcan o rodean.

Desde pintura y escultura hasta video, fotografía e instalación, “Formas Aparte” presentó un recorrido tan cautivante como sencillo, tan fantástico como mundano. El espectador pudo hallar fragmentos de plomería, escombros, restos de pintura comercial, murales publicitarios distorsionados y planos arquitectónicos alucinógenos. En el texto curatorial, Franklin Meléndez detalla: “Estas formas pueden estar separadas, pero en su convergencia hablan de una experiencia compartida: el acto de la existencia cotidiana en una metrópolis contemporánea vibrante. Esto se evidencia no solo en la superficie visual, sino en su esencia misma, mientras rearticulan los lenguajes materiales que conforman las texturas del paisaje urbano”.

A través de narrativas aún inexploradas, se espera ofrecer experiencias frescas y atractivas que desafíen los puntos de vista existentes sobre el arte contemporáneo.

«Formas Aparte» contó con las obras de los artistas Alejandro Leonhardt, Álvaro Urbano, Dora Budor, Grant Mooney, Matt Browning, Nina Beier, Nora Turato, Valerie Krause y Wolfgang Tillmans.

El resultado de esta primera exposición fue tan satisfactorio como promisorio. “Nuestras expectativas para el primer show fueron ambiciosas pero realistas”, detalla Axier Villanueva. “Queríamos generar un impacto fuerte desde el inicio, posicionando a Galería GATO como un espacio relevante en la escena artística contemporánea. Buscamos atraer a coleccionistas, curadores y críticos, fomentando un diálogo entre artistas internacionales y locales. La inauguración superó nuestras expectativas en términos de asistencia, repercusión y ventas, lo que nos confirma que hay una gran receptividad para nuestra propuesta”.

Sin duda, GATO se ha puesto la valla alta, y sus planes a futuro son ambiciosos, pero, a la vez, realizables. Al haber visto el potencial en su emplazamiento, así como en el ecosistema mismo del arte peruano, ha sabido detectar oportunidades en los espacios donde todavía nadie se ha atrevido a entrar.

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