Un proyecto que marca un punto de inflexión en la recuperación del centro histórico de Lima y en la revalorización de los Barrios Altos, impulsado por el trabajo constante de Prolima.

Por Daniel Crespo Pizarro

En medio del corazón de los Barrios Altos, una de las zonas más antiguas, criollas y tradicionales de Lima, la Quinta Hereen –ese complejo residencial que alguna vez simbolizó el esplendor de la aristocracia limeña del siglo XIX– se prepara para renacer. Lo que para muchos era solo una reliquia olvidada, hoy se proyecta como un eje transformador dentro del Plan Maestro que busca revitalizar el Centro Histórico de Lima.

Para Luis Martín Bogdanovich, gerente de la Gerencia de Planificación, Gestión y Recuperación del Centro Histórico de Lima – Prolima, el valor de este proyecto va mucho más allá de la restauración de un inmueble. “La Quinta Hereen es, creo yo, la posibilidad de revitalizar el centro histórico de Lima, de revitalizar los Barrios Altos. Me quiero quedar con eso: con la posibilidad que nos ofrece la Quinta Hereen para revitalizar los Barrios Altos como un nuevo corazón, como un nuevo espacio público”, afirma.

“Recuperar la Quinta Heeren es la posibilidad de revitalizar el centro histórico de Lima, de revitalizar los Barrios Altos como un nuevo corazón, como un nuevo espacio público”, comenta Luis Martín Bogdanovich.

La dimensión del proyecto es ambiciosa, al tratarse de casi cuatro hectáreas, de las cuales más del 50% serán áreas verdes. En una zona donde el cemento predomina y los espacios de esparcimiento escasean, este dato es significativo. “El tener más de 20.000 metros cuadrados de bosque urbano tiene un potencial muy grande”, explica.

Considerada una de las primeras urbanizaciones planificadas de Lima, antecedente directo de los condominios modernos, por su organización interna con calles, jardines y residencias privadas.

UN NUEVO PUNTO DE PARTIDA PARA LIMA

La recuperación de la Quinta Hereen es, además, una estrategia urbana que busca descentralizar el acceso al centro histórico. Tradicionalmente, el visitante ingresa por la Plaza de Armas o la Plaza San Martín. Prolima propone una ruta diferente: “El proyecto de la Quinta Hereen, en el fondo, es crear un nuevo polo dentro de la quinta. Es la posibilidad de iniciar la visita al centro histórico ya no desde la Plaza de Armas o la Plaza San Martín, sino desde este lugar”, explica.

El plan contempla la construcción de un estacionamiento subterráneo, que permitirá dejar el vehículo dentro del complejo y recorrer a pie los templos y espacios recuperados que rodean el barrio. “Poder acceder con carro y, desde ahí, caminar por la Iglesia del Carmen, la del Prado, Santa Clara, Buena Muerte, Plaza Italia, Santa Ana, Descalzas de San José… todo está pensado como parte de un sistema. Nada está aislado”, señala.

Los trabajos de restauración de la Quinta Heeren comenzarán en 2027 y se extenderán por unos cinco años. El proyecto contempla la recuperación de sus casonas históricas, amplias áreas verdes y nuevos espacios culturales que devolverán vida al corazón de Barrios Altos.

EL ENGRANAJE DE UNA CIUDAD QUE SE RECONSTRUYE

El trabajo de Prolima en los últimos años ha sido constante, metódico y de gran alcance. En poco tiempo, la entidad ha liderado proyectos emblemáticos como la restauración de las iglesias Trinitarias, del Santo Cristo de las Maravillas, Santiago Apóstol del Cercado, Buena Muerte, Santa Clara y El Prado, además de la torre reloj del Parque Universitario y el Panteón de los Próceres, espacio que resguarda los restos de los héroes de la independencia dentro de la antigua iglesia del Real Colegio de San Carlos.

Actualmente, se ejecutan o preparan intervenciones en Plaza Italia, San Andrés y Santa Ana, y se avanza con los estudios de preinversión para el Santuario de la Virgen del Carmen y las Mercedarias, ambos ubicados a pocos metros de la Quinta Hereen. “Todo es un sistema –repite–. No es gratuito que hayamos intervenido en esas iglesias ni que estemos por cerrar expedientes técnicos o iniciar nuevos procesos. Todo forma parte de un mismo plan maestro”.

Tarjeta postal de la Quinta Hereen, de la década de 1900. Aún se venden por internet.

En su momento, albergó embajadas de países como Estados Unidos, Francia, Japón e Inglaterra, además de ser punto de encuentro para la élite política y artística.

LA REVITALIZACIÓN DE BARRIOS ALTOS

El impacto de este proyecto tiene una dimensión urbana, social y simbólica. La presencia de un bosque urbano y la restauración de edificaciones históricas modificarán la dinámica de los Barrios Altos, una zona relegada en los planes de desarrollo.

Bogdanovich es claro al respecto: “El beneficio no es solamente para las personas de los Barrios Altos, sino para los once millones de limeños. Porque cuando tú recuperas un centro histórico como el de Lima, el beneficio es para todas las personas de la ciudad”.

Prolima ha entendido que rescatar el patrimonio no es un ejercicio nostálgico, sino una inversión en identidad, convivencia y futuro urbano. La transformación de un espacio tan cargado de historia en un lugar abierto y funcional marca un precedente para las próximas generaciones.

Su arquitectura ecléctica, con influencias victorianas y neoclásicas, incorporaba esculturas, pérgolas y jardines al estilo de los parques parisinos del siglo XIX.

EL PROCESO Y LOS PLAZOS

El proceso de adquisición de la Quinta Hereen se desarrolló conforme a la ley de contrataciones del Estado y fue previsto en el Plan Maestro del Centro Histórico de Lima, aprobado en 2019. “Era importante poder adquirir este predio para cumplir con lo que establece nuestro plan”, señala Bogdanovich.

Actualmente, se encuentra en marcha la elaboración del expediente técnico, una fase que demandará cerca de doce meses de trabajo. Según las proyecciones de Prolima, la intervención física podría comenzar a inicios de 2027 y extenderse durante cuatro o cinco años, hasta culminar en 2031. “La primera fase fue la adquisición del bien. Luego viene la ejecución del expediente técnico en sí mismo. Y, si seguimos las etapas, podríamos empezar la restauración en 2027”, detalla.

La Quinta Hereen no será únicamente un complejo restaurado, sino un espacio público multifuncional. “La mitad del terreno o más de la mitad será espacio público”, explica Bogdanovich. El resto estará destinado a inmuebles patrimoniales restaurados que tendrán distintos usos: cultural, turístico, comercial y administrativo.

Habrá parques, plazas y zonas de circulación peatonal, además de inmuebles patrimoniales restaurados con fines culturales, turísticos, comerciales y administrativos.

UN FUTURO QUE SE PROYECTA

La restauración del Santuario de la Virgen del Carmen, prevista entre 2027 y 2029, reforzará este circuito de patrimonio religioso y cultural en el corazón de Barrios Altos. A pocos metros de la Quinta Hereen, este templo se integra naturalmente al recorrido que Prolima ha venido consolidando. “Primero se tiene que desarrollar el perfil, luego el expediente técnico y finalmente la ejecución de la obra”, explica Bogdanovich sobre el proceso.

La secuencia, rigurosa pero efectiva, refleja la metodología de trabajo del equipo. De igual manera, el proyecto en Las Mercedarias complementará esta red de espacios que conectan lo espiritual con lo urbano, lo histórico con lo contemporáneo.

Y entonces, el sueño de recuperar los Barrios Altos dejará de ser un proyecto en planos para convertirse en una realidad que respira, camina y florece en el corazón de la ciudad.

En su época de esplendor, fue punto de encuentro de embajadores, intelectuales y artistas. Se cuenta que allí se celebraban reuniones sociales y tertulias de la aristocracia limeña.

Considerada una de las primeras urbanizaciones planificadas de Lima, antecedente directo de los condominios modernos, por su organización interna con calles, jardines y residencias
privadas.

La recuperación de la Quinta Hereen es una estrategia urbana que busca descentralizar el acceso al centro histórico.

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