Entre rojos intensos, piezas heredadas y arreglos florales que nacen de la calma, Jazmín Sarria crea una mesa navideña donde la tradición, la sensibilidad y el arte de recibir se convierten en una experiencia íntima y cuidadosamente pensada.
Por Alessia Carboni | Fotos: Lalo Rondón
Jazmín Sarria, diseñadora de interiores en Lima, presenta una mesa de Navidad donde los rojos y blancos en todos sus matices conviven con platos contemporáneos, piezas antiguas heredadas y centros florales que reflejan su amor por las plantas y por el acto mismo de recibir.
“Lo que más disfruto de mi trabajo es que el proceso creativo, para mí, es casi una meditación”, confiesa Jazmín. “Cuando estoy armando una mesa o trabajando con flores, me concentro en silencio y me siento completamente presente. Es un momento muy especial”. Esa calma interior es la que, finalmente, se traslada a quienes se sientan a su mesa: una sensación de haber sido pensados, cuidados y agasajados.

Jazmín transforma cada montaje en un ritual creativo que nace del silencio y la contemplación.

Hija de una diseñadora de interiores que también estudió Artes Plásticas, Jazmín creció rodeada de estética y creatividad como algo cotidiano. “La estética y la creatividad siempre fueron parte natural de mi vida”, recuerda. Estudió Diseño de Interiores, exploró distintos ámbitos del rubro y llegó a tener su propio negocio de eventos, donde preparar mesas y decoraciones se convirtió en su gran pasión. Durante la pandemia, ese amor por recibir y por lo bello encontró un nuevo lenguaje: las plantas. “Me conecté muchísimo con ellas”, cuenta. Esa conexión, sumada a su gusto por las mesas bien puestas, reforzó su camino creativo. Hoy tiene una tienda-taller en Lima –aún sin inaugurar oficialmente– donde dicta talleres de arreglos florales y table setting que la llenan de alegría.

Su estilo combina platos contemporáneos, elementos desestructurados y piezas antiguas, una mezcla donde los rojos intensos y los blancos puros dan carácter a cada mesa.
Para sus diseños navideños, Jazmín se nutre de múltiples fuentes. Los viajes son una de sus grandes maestras: “Siempre me enseñan y me llenan de ideas nuevas”. También recurre a sus libros y a plataformas digitales como Pinterest y redes sociales, donde encuentra propuestas hermosas de personas muy talentosas. Sin embargo, nunca copia literalmente. “Uso esas referencias como punto de partida para desarrollar mis propias ideas”, explica.
El resultado es un estilo propio que combina lo moderno con lo antiguo: platos contemporáneos y elementos desestructurados conviven con manteles y piezas heredadas o rescatadas en mercados de antigüedades. En cuanto a colores, confiesa una debilidad especial por los rojos y los blancos –incluidos todos sus matices: guinda, bordeaux– que le dan calidez y elegancia a la vez.

Entre proyectos memorables –como ambientar carpas y mesas para Melinda Gates en el Colca–, su trabajo revela una sensibilidad que une naturaleza, inspiración y belleza en cada detalle.
Este año tuvo la oportunidad de llevar su talento más allá de Lima en un proyecto inolvidable: diseñó la ambientación completa –carpas, mesas y decoración al aire libre– para Melinda Gates durante su visita al Colca. “Fue un reto enorme, porque implicó armar todo el setting en miradores y locaciones realmente excepcionales, muchas de ellas a grandes alturas y con condiciones climáticas muy desafiantes”, recuerda. Aun así, el resultado fue maravilloso. Ese tipo de experiencias –donde naturaleza, diseño y hospitalidad se funden– son las que más la motivan, porque le permiten crear atmósferas únicas en lugares verdaderamente memorables.
Para Jazmín, todo se resume en una sola intención: “Quiero que la gente se sienta agasajada, querida y encantada con la experiencia estética”. Le ilusiona que quienes se sientan a su mesa disfruten y se enamoren de los detalles. En esencia, su trabajo busca transmitir amor, calidez y belleza en cada elemento, desde la vajilla hasta el último pétalo.

Marcada por una vida rodeada de estética, viajes y una conexión
profunda con las plantas, Jazmín transforma cada montaje en un
ritual creativo que nace del silencio y la contemplación

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