Conversamos con la actriz y cantante de origen puertorriqueño, quien en julio cumplió 50 años y los celebró por todo lo alto, con una gira mundial de canto y baile titulada It’s My Party, donde llevó a sus hijos y familiares. Ahora, JLo está orgullosa con el estreno de su más reciente película, “Hustlers”, por la que podrían nominarla al Oscar.
Por Yenny Nun
“Hustlers”, dirigida por Lorene Scafaria y producida por la propia JLo, está inspirada en un artículo de la periodista Jessica Pressler publicado en la revista “New York” en 2015. Es la historia de cuatro strippers que, luego de la crisis económica de 2008, deciden vengarse y recaudar dinero de gerentes de Wall Street que frecuentan su club, drogándolos y robándoles dinero en efectivo, de sus tarjetas de crédito y de sus cuentas bancarias.
Jennifer llega estupenda, muy sonriente, con un vestido azul ajustado, melena larga con visos dorados y sus características pestañas falsas. Con un cuerpo casi perfecto, no representa en absoluto su medio siglo de edad.
En estreno
Con tu apretado calendario, ¿cómo encontraste tiempo para actuar y producir “Hustlers”?
El año pasado se suponía que la haríamos en verano. Yo ya había firmado el contrato, leído el guion, me había reunido con la directora Lorene Scafaria, y estuve de acuerdo en que era un buen personaje para mí. Pero luego revisé mi calendario y tuve que decirle que me era imposible filmar la película en ese momento, ya que necesitaba quedarme en casa con mis hijos. Lo increíble es que me esperaron y ahora reunimos un elenco maravilloso; todo resultó como tenía que ser.
¿Cómo te preparaste?
Fui a clubs de striptease; aprendí mucho de las chicas. Una de ellas, Crystal, fue mi inspiración para interpretar a Ramona. Observé su trabajo, cómo se manejaba frente al público. Frecuenté varias veces ese club y conversé con otras chicas, además de fijarme en el ambiente. Muchas de ellas me contaron que estaban orgullosas de sus cuerpos y no sentían nada de vergüenza. Conocí a una madre soltera y a una universitaria. Me explicaron que su trabajo era una especie de adicción. Cada noche pensaban que se iban a ganar la lotería, que a veces se retiraban, pero que luego volvían a trabajar. Cuando se suben al escenario y tienen a toda esa gente arrojándoles dinero, a veces cuarenta dólares y otras cinco mil, para ellas es como ir al casino. Siempre con la esperanza de poder ganar. Me imaginé que Ramona era una de esas jugadoras, sabe cómo encandilar a la gente, cómo ganarse el lugar; en resumen, un personaje fabuloso para interpretar.
¿Llegaste al club de incógnito?
Llegué con un perfil muy bajo, sin mi típico entourage. Me senté en una mesa alejada, en un rincón. Alex (se refiere a su novio, el exbeisbolista de los Yankees, Alex Rodriguez, con quien se comprometió en marzo pasado) me acompañó, además de mi hermana y un par de otras personas; éramos como moscas en la pared. Le expliqué al administrador del club que solo deseaba observar.
¿Muchas strippers llevan una doble vida?
Sí, realizan su rutina durante la noche y luego regresan a su vida diaria usando jeans y poleras. Llevan una vida bastante normal; por lo menos, las que yo conocí.
¿Cuál es el prejuicio que existe en contra de ellas?
Que son menos que nosotros. Recuerdo cuando conversé con las chicas y les pregunté si llevaban hombres a sus casas. Respondieron: “No somos prostitutas”, pero existe la percepción de que lo son. Ellas me explicaron: “No voy al club a enamorarme; pago un porcentaje a la casa para poder ganar dinero esa noche y eso es lo que nos interesa, solamente ganar dinero”.
¿Tu motivación para hacer esta película fue contar la historia o mostrar tus aptitudes como actriz?
Todo eso. Es un filme que me recuerda a “Goodfellas” (de Martin Scorsese) y a “Boogie Nights” (de Paul Thomas Anderson), ahora explorando un submundo sexual que a la vez es superpeligroso, viéndolo desde el punto de vista de una mujer. Es una cultura, los hombres visitan estos clubs todo el tiempo y están las mujeres que trabajan allí. Nadie sabe de qué se trata, a menos que estés viviendo esa experiencia. Siempre mi interés ha sido contar historias humanas muy interesantes, mostrar gente en diferentes etapas de su vida. Películas como “The Wolf of Wall Street” y “Boogie Nights” han sido contadas desde el punto de vista del hombre, y ahora es la primera vez que se enfoca desde la perspectiva femenina, liderada por una mujer directora, un elenco de actrices y productoras mujeres. Estuve muy orgullosa de ser parte de este equipo.
¿Ves algún paralelo entre Ramona y tú?
Algunas de sus cualidades positivas son parecidas a las mías. Soy una mujer maternal, me gusta cuidar a todos en mi hogar, y lo mismo en el set, cuando soy la productora. E, incluso cuando soy solo la actriz, me gusta crear una cierta atmósfera. Y ahora que soy la mayor en el set, mi ejemplo goteará hacia abajo. Además, nos parecemos, porque Ramona es ambiciosa, poderosa y madre soltera. Pero, en cuanto a su lado oscuro, recorrí un camino distinto, porque a mí me gusta caminar por el buen sendero, en cambio ella hace cosas malas, ilegales, y hiere a varias personas. La primera vez que vi la película me sentí mal del estómago, casi salgo de la sala, porque fue difícil verme a mí misma interpretando a esta mujer.
¿Conocías a Constance Wu, tu compañera en la cinta?
Nunca nos habíamos encontrado; el artículo en el cual se inspira la película se enfoca en dos mujeres, una madre soltera de Nueva York y una joven asiática. El casting de Constance fue perfecto, formamos una pareja extraña que no espera trabar amistad. Me encantó trabajar con ella. Inmediatamente la hice sentirse bienvenida, cómoda en todo sentido, y querida. Porque una de las características de Ramona es que hace que las personas se enamoren de ella. Y luego las manipula, lo que a veces le funciona y otras, no. Constance realizó un gran trabajo.
¿Practicaste subirte al tubo frente a tu novio?
O sea, ¿hacerle un striptease? (risas). Fue muy divertido: cuando recién estaba aprendiendo a subirme al tubo, Johanna, la instructora, llegó a mi casa y me pidió que me sacara toda la ropa, ya que la piel debe pegarse al tubo; no puedes subirte con buzo ni polo. Me pidió que me quedara con el sostén y ropa interior. Y en ese momento llegó Alex y comenzó a filmar (risas). “¿Qué estás haciendo?”, le pregunté. “Ni siquiera sé cómo subirme a este aparato”. A él le encantan las bromas y me observó en mi evolución para transformarme en Ramona. Cada día fui mejorando y Alex exclamaba: “¡Wow!, ¿cómo hiciste eso? ¿Cómo te diste vuelta?”. Fue un proceso difícil, duro, quedé llena de moretones en mis piernas y hombros, pero valió la pena y la rutina final quedó muy bien.
La importancia de Alex
Felicitaciones por tu compromiso. ¿Cuándo será el gran día del matrimonio?
Por supuesto que deseo casarme, pero aún no tenemos planes concretos. Alex y yo tuvimos una muy buena conexión desde el comienzo, cuando ya vislumbrábamos un futuro juntos. Conversamos del tema varias veces, pero cuando me pidió matrimonio fue una sorpresa para mí.
Estar feliz también ayuda…
Estar feliz siempre ayuda a verse mejor (vuelven las risas).
¿Por qué crees que se llevan tan bien?
Creo que nos amamos y nos encanta estar juntos, aparte de sentir respeto mutuo. Ambos estamos allí para el otro. Y creo que ese es un ingrediente importante, especialmente cuando se trata de personas fuertes que tienen dos vidas grandes: el estar presente para la otra persona. Eso significa ir juntos a shows, partidos de béisbol, conciertos, etc. O estar juntos cuando él o yo necesitamos ser mejores. Creo que Alex siempre esta allí para mí en todo sentido, emocional y físicamente, lo que es muy hermoso; además, está presente para nuestra familia e hijos.
¿Cómo se relajan?
Robamos momentos íntimos. Por ejemplo, la semana pasada partimos a unas minivacaciones de cuatro días… Por favor, no me preguntes lo que hicimos porque es privado.
Aparte de Alex, ¿quién te apoya?
Tengo la suerte de contar con un grupo de amigos desde hace veinte o treinta años. Ellos han sido mi cable a tierra y me han dado estabilidad y apoyo durante toda mi vida. Y mis hijos también, ya están asistiendo al colegio (tiene dos mellizos, Max y Emme, de 11 años). Por mucho tiempo tuvieron profesores privados porque yo quería estar con ellos, pero al final ellos querían ir al colegio, por lo que hicimos los ajustes necesarios. Hace dos años que van al colegio, hacen amigos allí y están muy contentos. Este verano salimos de gira en el bus a través de Estados Unidos, y fue como ir a acampar, salvo que la mamá tenía que colocarse pestañas postizas y vestidos brillantes cada noche para bailar y cantar. Emmy cantó conmigo, fue fabuloso, canta muy bien. Fue un verano especial para nosotros.
¿Cómo reaccionan tus hijos con tu fama?
El otro día, hablándome sobre su nuevo colegio, Max me contó que todos le preguntan si soy su mamá. “¿Qué les contestaste?”, le pregunté. “No les dije nada, no sé qué decirles”, respondió. “Diles que tu mamá es Jennifer Lopez, que es como cualquier otra mamá, hace películas, canta… Tienes que estar orgulloso de quién eres”. Y me dijo: “Te quiero, mami”. “OK, diles la verdad”, seguí. “Si ellos se portan raro, no seas raro tú”.
¿Hoy puedes salir sin que te reconozcan? ¿Cuándo fuiste al supermercado por última vez?
Para ser honesta, no voy mucho al supermercado. Creo que la última vez que estuve en uno con mis hijos fue el día que querían una torta gigante de chocolate, hace un par de años (risas).
Has señalado que uno de tus secretos de belleza es que no tomas alcohol. ¿A qué se debe y cuáles son tus otros secretos para mantenerte tan joven?
Desde que yo era pequeña, mi mamá me inculcó no tomar drogas ni alcohol. Sé que la mayoría de las madres hacen lo mismo, pero la mía me asustó demasiado diciéndome que probarlos me mataría y robarían mi alma. Por eso nunca comencé a beber y creo que no fumar también ayudó a que mi piel se mantuviera joven (risas). Me sé cuidar.
Hace poco celebraste un cumpleaños importante. ¿Cómo vislumbras tu próxima década? ¿Te ves descansando frente a una piscina sin hacer nada?
Tengo el karma de una persona muy creativa. Aun relajándote eres más creativa, porque tienes un momento para respirar. Es una bendición y una maldición al mismo tiempo, porque no logras relajarte igual que otras personas. Cuando sientes que te viene la onda creativa, te obsesionas y ya no paras de pensar, comienzas a crear la gira. No duermo durante semanas antes de una de mis giras, porque ensayo todo el día, y, cuando regreso a casa, pienso: “Oh, esto es lo que tenemos que hacer”. Incluso lo sueño. Me levanto temprano y comienzo a llamar a todos para contarles mis nuevas ideas. Soy como soy y me encanta lo que hago. Aunque pague un precio. Pero, por otro lado, cuando veo el producto final estoy feliz y satisfecha, y, si tengo una gira exitosa, experimento una inmensa alegría que comparto con mucha gente alrededor de la cual hay mucho amor.
¿No sientes deseos de desacelerar?
No por el momento. Siempre anuncio que lo haré, pero tengo tan buenas oportunidades en este momento de mi vida… Ha sido la mejor etapa para mí, y cada día mejora aún más. Siento más confianza, estoy mejor que nunca… ¿Por qué tendría que desacelerar?