La inteligencia y la investigación policial deben ser el norte de esta guerra contra el crimen. Empezando por la marcha de hoy, que buscará sumar más muertos a la trágica coyuntura del día a día.

Por Isabel Miró Quesada

Las marchas convocadas para hoy miércoles 15 de octubre serán la prueba de fuego del novel presidente José Jerí. Y también del recién afiatado gabinete de Ernesto Álvarez. Porque si bien en el balance los nombramientos han superado las bajas expectativas que habían, nada de eso importará si el gobierno se acaba antes de tiempo. 

Este es un gabinete de viceministros, con mucho conocimiento técnico pero con poca muñeca política. Salvo la mano del propio presidente del Consejo de Ministros, no hay otra figura mediática que sepa imponer una narrativa exitosa. Hay expectativas en torno a las capacidades del nuevo ministro del Interior, proveniente del GEIN. Y también se ve con buenos ojos la designación de una técnica en el MEF. Pero sigue faltando un ministro de peso político capaz de neutralizar el discurso anti presidencial que ya empezó a construirse desde la izquierda más radical. 

El lenguaje de quienes protestan inciden en la carga ‘derechista’ del premier, ligado al PPC, al APRA y a posiciones más conservadoras. En ese sentido, es claro que la agenda de la calle busca pescar a río revuelto en medio del caos. Y por ello van a buscar que sus críticas al gabinete sean una profecía autocumplida. Para hablar en simple: buscarán un muerto. Tratarán de repetir lo que ocurrió con las trágicas muertes de Inti y Bryan, esas que le costaron el cargo a Manuel Merino. Esa será una forma evidente de subrayar el supuesto autoritarismo que buscan endilgarle al nuevo gobierno. En ese sentido, las protestas de hoy no son solo para ganar la calle: son sobre todo para ganar el discurso. 

Y lo peor que podría hacer este gobierno que aún no termina de sentarse es pisar el palito. Si de algo sirvieron las enseñanzas del GEIN, fue que a la subversión se le derrotó solo con inteligencia y sin un solo disparo. Lo mismo aplica en estas marchas, donde aún no puede descartarse la presencia de infiltrados radicales con agendas subrepticias. No se debe caer en la trampa y ni permitir que una tragedia enlute a una marcha ni a un país que ya tiene suficientes muertes a cuestas por el sicariato. La inteligencia y la investigación policial deben ser el norte de esta guerra contra el crimen. Empezando por la marcha de hoy. 

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