Invitados por el Kennedy Space Center y Visit Central Florida, estuvimos en los alrededores de Orlando y en el parque de atracciones de la NASA, en Cabo Cañaveral, donde experimentamos de cerca lo que viven los astronautas.
Llegamos a Cabo Cañaveral pasadas las ocho de la noche, un par de horas después de que se produjera el lanzamiento de un cohete al espacio. Nos lo perdimos. Pero igual, la ciudad ubicada al oeste de Florida tiene mucho que ofrecernos. A diferencia de Miami, la noche en Cabo Cañaveral no es demasiado movida, salvo por algunos pintorescos restaurantes ubicados en el muelle de madera de Cocoa Beach.
Una vez que sale el sol, la magia del lugar es evidente, porque todo gira en torno a la NASA, cuya oficina central se encuentra a solo unos kilómetros. El Kennedy Space Center (KSC) se creó en 1962 con la idea de que fuera el sitio de lanzamiento para el cohete Saturno V, y ha sido utilizado desde 1968 para todas las misiones espaciales tripuladas de la NASA. Al lado de los headquarters de la NASA se encuentra el parque de atracciones del KSC. Es un lugar impresionante, en el que se pueden ver algunos de los cohetes que el gobierno estadounidense lanzó al espacio, además de réplicas –con algunas piezas originales– del Atlantis, entre otras naves de inmensas proporciones.
Durante todo el recorrido por el parque, especialistas cuentan la historia de Estados Unidos y sus misiones espaciales, lo cual le da un carácter histórico particularmente atractivo al viaje. El KSC ofrece un programa de entrenamiento muy parecido al que reciben los astronautas que van al espacio, con lo que el usuario se enfrenta a situaciones de microgravedad, a recreaciones del planeta rojo en realidad virtual y a situaciones de emergencia interespacial. El parque puede recorrerse completamente en dos días, teniendo en cuenta que el entrenamiento para Marte dura un poco más de medio día.
Más allá de Disney
Cuando uno piensa en Orlando, piensa en los grandes parques de atracciones de Disney. Pero en los alrededores, en Florida Central, también se encuentra LegoLand, que ha buscado romper con la hegemonía de Disney al crear un parque inmenso, lleno de atracciones pensadas para los más pequeños, a las que ha sumado un hotel cinco estrellas en el mismo parque y un complejo de bungalós que miran a uno de los lagos de la zona, con una gran piscina y habitaciones totalmente decoradas con la temática Lego, como no podía ser de otra manera.
En los alrededores hay más de quinientos lagos y parques naturales, como el Circle B Bar Reserve, el Safari Wilderness, donde se pueden ver varias especies de animales en libertad, o la Bok Tower, que se erige en el corazón de unos jardines botánicos que bien podrían ser los de Monet. Florida Central, como verán, es mucho más que Disney.