Hace cincuenta años dejó el Perú para convertirse en cantante de ópera en Italia, país en el que, desde el 2017, dirige el prestigioso Festival Rossini de Pesaro. A propósito del 11º Festival Granda 2018, que él mismo fundó, conversamos con uno de los tenores más importantes del país durante su paso por Lima.
Por María Alejandra López / Fotos de Allison Malpartida
La agenda de Ernesto Palacio (Lima, 1946) solo le permite venir al Perú dos veces al año: una de ellas es para el Concurso de Canto Lírico de Radio Filarmonía, del que es jurado; y la otra es para inaugurar y supervisar el Festival Granda, que él mismo fundó en 1998 y que ya va por su undécima edición. Todo un logro en un país donde la ópera no es un género popular. “La poca curiosidad intelectual del público limeño es así: si no conocen la ópera, no van; y si el tenor no se llama Plácido Domingo, tampoco van”, dice Palacio.
Sin embargo, el tenor ha mantenido altos estándares en su proyecto. Este año presentará La Tosca, una reconocida ópera con un trasfondo político y social que bien podría servir como tema de debate para nuestros días.
¿Qué ha sido lo más difícil de sacar adelante el Festival Granda en el Perú?
¡Luchar con los centavos! La ópera cuesta mucho. En el esquema europeo, el Estado le da dinero a los teatros. Por ejemplo, como director artístico del Rossini Opera Festival, recibo 1 millón de euros para hacer una temporada de tres semanas; mientras que en el esquema americano las empresas privadas pueden deducir los aportes de sus impuestos. ¡Aquí no hay ningún esquema! Yo entiendo que la situación social del Perú es distinta y que no es primordial darle dinero a los espectáculos; sin embargo, se podría modificar que el dinero sea deducido de los impuestos, pero no existe interés en cambiar eso.
Hay entradas desde treinta soles, bastante económicas considerando lo que implica traer a estos talentos del extranjero…
¡Eso es otra cosa! Si el Ministerio de Cultura produce sus espectáculos, ellos no necesitan pagar el coro o el espacio. Si nosotros queremos hacer algo, tenemos que alquilar el teatro, la orquesta y el coro. Por ello, nuestros precios suelen ser mayores en algunos casos.
Háblame un poco sobre la Tosca
Es una de las operas más importantes del mundo: por el lado de la música, Puccini es único e increíble; y, por el lado argumental, el tema es muy actual ya que habla del abuso y acoso contra la mujer. No sé si en Lima ha sido tan masivo, pero en Estados Unidos lo que ocurrió con Harvey Weinstein sacó a la luz ese tema. En la ópera, el Barón Scarpia quiere irse a la cama con Tosca, una cantante muy conocida e importante.
Tienes un elenco de lujo.
El director de orquesta es Christopher Franklin y es americano. Esta es la tercera vez que viene a Lima. Luego está el director de escenografía y vestuario, el italiano Lev Pugliese. Viktoria Yastrebova, quien interpreta a la Tosca, es rusa. También he convocado a dos cantantes italianos de nuestras producciones anteriores, el tenor Ivan Magrì y el bajo Carlo Cigni. Además, trabajamos con elementos locales: el Coro Nacional del Perú, el Coro Nacional de Niños del Perú y la Orquesta Academia Sinfonía por el Perú.
¿Cuán complicado es producir ópera en el Perú?
Siempre es complicado, pero esta vez será aún más difícil. Hemos desarrollado una puesta en escena digital: mostraremos proyecciones y videos para cambiar el modo de ver la ópera y hacerla más ágil. Queremos utilizar las tecnologías que existen hoy en día para innovar y utilizar todas nuestras posibilidades. Es un experimento.
Un tenor peruano en Europa
Ernesto Palacio descubrió la ópera como jugando. Su padre era marino de guerra y lo llevó a uno de sus viajes en barco a Estados Unidos. Allá le ofreció un regalo en una tienda de electrodomésticos.“Estaba mirando los discos y me llamó la atención la caja más grande”. Sin saberlo, ese día el tenor escogió su destino en un álbum. “Era una recopilación de El barbero de Sevilla de Rossini. Esa fue la primera ópera que escuché”. Unos años después, en 1962, una compañía de ópera italiana trajo “Aida”, “Rigoletto” y “Lucía”. Palacio las vio todas y se enamoró aún más del bel canto.
¿Tus conocidos alentaban tu talento?
Sí, el hecho de que yo hubiera sido escogido por el director del coro para ser el solista era un modo de reconocer mi talento.
¿Cuándo decidiste ir a estudiar canto a Milán?
Salí del colegio y, por casualidad, frecuenté la casa de don Luis Nicolini y su esposa. En el gran salón de la casa, solía tocar el piano y cantar. Un día, la señora me dijo “tú tienes que ir a estudiar a Italia” y don Luis me ofreció una beca. Partí a los dos meses, en marzo de 1968. Una curiosidad: viajé en la nave Rossini, nombre del compositor del primer disco que escuché.
¿Qué tan importante fue la competencia que ganaste de la RAI en tu trayectoria?
Esa también fue una gran coincidencia: se llamaba “Voces Nuevas Rossinianas”. En esa época, en Italia solo había dos canales de televisión. Quien no veía uno, veía el otro; y, obviamente, la publicidad que tuve con la transmisión del concurso fue enorme. Eso impulsó mi carrera.
Te has presentado en escenarios de casi todo el mundo… ¿recuerdas alguna presentación con más cariño que otra?
Yo tengo tres carreras. La primera es la de cantante, la segunda es la de representante de artistas y la tercera es la de intendente y director artístico del Rossini Festival. De mi etapa de cantante no recuerdo nada, no soy un nostálgico y no miro nunca para atrás. Tampoco soy de las personas que piensa que lo que hizo fue lo mejor del mundo. Soy menos teatrero de lo que podría parecer un cantante de ópera.
¿Por qué te retiraste de los escenarios?
¡Porque todo termina! Nunca pensé que la única cosa que sabía hacer era cantar y aún sigo ligado a la música como representante de artistas e intendente.
¿Qué cambios se han implementado en el Festival Rossini desde que asumiste la dirección?
Ningún cambio. Eso sí, antes de mí, hubo un maestro que decidía la programación del año siguiente con pocos meses de anticipación. Por mi lado, ya he programado todo hasta el 2023. Creo que para tener artistas importantes hay que llegar con tiempo. Mi contrato termina en diciembre: si me quedo o me voy, ya está todo preparado para los próximos cuatro años.
Pasión por la ópera
Si hay un logro que forma parte inherente a la carrera de Ernesto Palacio fue el ser uno de los maestros y mentores de Juan Diego Flórez. Gran parte del éxito en la carrera del célebre tenor peruano se debe a su trabajo con Palacio.
¿Cómo lo conociste?
En 1994, cuando estaba viniendo a Lima para cantar, un amigo me dice “hay un muchacho que se presenta bien”. Así, él se presentó en el ensayo general de la ópera en la que yo cantaba y me dijo que quería hacer una audición. La hicimos en la casa de Luchy González.
¿Qué fue lo que más te sorprendió cuando lo escuchaste?
Cantó y yo dije “sí, este chico tiene voz”. Si bien no sentí una fulguración particular en ese momento, lo quise ayudar, así como quise ayudar a Miguel Harth. Los invité a trabajar conmigo en «Il Tutore Burlato” en Italia. Necesitaba un tenor secundario y un director de orquesta para una grabación. En esa ocasión, descubrí las posibilidades que Juan Diego tenía. Si yo le decía “eso no es así”, él inmediatamente lo corregía. Tenía una gran capacidad de moldear su talento y una gran preparación musical.
¿Consideras que su trabajo ha hecho que la ópera sea más visible en el Perú?
Sí, claro. Él ha despertado el interés de muchísima gente y se ha convertido en un personaje reconocido. Además, su labor social con Sinfonía por el Perú es muy valiosa, y está siendo apreciada por la juventud. Sin embargo, he notado que hay mucha gente que quiere dedicarse a esto esperando ser Juan Diego Flórez y eso no es fácil. Lo que él hizo no lo pueden hacer todos.
¿Qué recomendación le darías a alguien que no ha ido a ningún espectáculo de ópera?
¡Que venga! Es el espectáculo más completo y fascinante. Incluye escenografía, actuación, canto y hasta baile en algunos casos. Es un espectáculo completo y una experiencia única. Hay mucha gente que viene una vez y no puede dejar de volver.
Tosca en el Festival Alejandro Granda (Gran Teatro Nacional)
¿Cuándo? 6, 8 y 10 de abril. Entradas a la venta en Teleticket de Wong y Metro.