Los destinos icónicos y el séptimo arte siempre se han nutrido mutuamente. Pero algunos directores han convertido las ciudades del mundo a través de la pantalla grande en obras de arte.
Roma: Roman Holiday (1953, William Wyler)
La princesa Anne (Audrey Hepburn), harta de protocolos, se escapa de los guardias reales para experimentar Roma como plebeya. En el camino, conoce al reportero Joe Bradley (Gregory Peck) y se enamoran. Pero no sin antes recorrer la milenaria ciudad en una Vespa, encontrarse en la Plaza de España y jugar en la Boca de la verdad. Al final, Anne regresa a su trono sin Joe, pero las fotos de sus aventuras por Roma quedan impresas para el recuerdo. Y para el nuestro también.
París: À Bout de Souffle (1960, Jean-Luc Godard)
Hasta el día de hoy es una imagen icónica de París. Patricia (Jean Seberg), con su corte pixie, vende el “New York Herald Tribune” en los Campos Elíseos. Por su parte, en la carrera para evadir su trágico final, Michel (Jean-Paul Belmondo) nos lleva por la Torre Eiffel, Montparnasse, la Avenue Montaigne, la Place de la Concorde y la Île de la Cité en una de las obras maestras del cine mundial. No hay mejor guía para recorrer París.
Viena: Before Sunrise (1995, Richard Linklater)
Dos extraños se encuentran en un tren que viene de Budapest y deciden bajarse en Viena. El estadounidense Jesse (Ethan Hawke) y la francesa Céline (Julie Delpy) deciden caminar por la ciudad toda la noche, bordeando los canales del Danubio y subiéndose al Wiener Riesenrad. Lentamente, se van enamorando. Pero solo tienen una noche y deciden aprovecharla, ensañándonos Viena con una luz joven y nueva.
Hong-Kong: In the Mood for Love (2000, Wong Kar Wai)
Es el Hong Kong de los años sesenta, aún bajo dominio británico. Su (Maggie Cheung) y Chow (Tony Leung) viven en el mismo edificio, y en la búsqueda de contacto humano empiezan a establecer entre ellos una relación platónica que, eventualmente, se convierte en amor. Uno imposible por sus respectivos matrimonios y la conservadora sociedad hongkonesa. Es una película acerca de la soledad en una ciudad sobrepoblada, del amor, y de encuentros y desencuentros con un Hong Kong color sepia como telón de fondo.
Tokio: Lost in Translation (2003, Sofia Coppola)
Dos desconocidos se encuentran por azar en un hotel de Tokio. Bob (Bill Murray) y Charlotte (Scarlett Johansson) comparten su insomnio, soledad y aburrimiento, mientras exploran un ultramoderno Tokio que parece nunca parar. Se trata de las diferencias entre la cultura estadounidense y la japonesa y entre las generaciones de los protagonistas. Pero, al final, se trata de lo que tenemos en común, a pesar de ellas.
New York City: Manhattan (1979, Woody Allen)
Isaac (Allen) sale con la adolescente Tracy (Mariel Hemingway), pero se enamora de Mary (Diane Keaton), quien es la amante de su mejor amigo. Esa es la trama. Y aunque es graciosa y maravillosamente actuada, es solo una excusa para que Allen muestre obsesivamente un Manhattan que se mueve entre el sueño, la nostalgia y la realidad. Pocos cineastas han retratado tan exhaustivamente una ciudad, al punto de que es esta la protagonista de la película. Allen lo hizo antes y lo hizo después, pero ninguna captó el alma de Nueva York como esta carta de amor que hoy es un ícono del cine.