Ashton Kutcher se hizo famoso como Kelso, el chico más guapo y bobalicón de That ’70s Show, pero, en la vida real, Kutcher, no tiene ningún pelo de tonto: es ingeniero bioquímico de la Universidad de Iowa, además de exitoso inversor de startups tecnológicas –como Uber, Airbnb, Skype, Foursquare y Spotify–, y productor de películas como The Butterfly Effect y de series como la palomilla Punk’d. En The Ranch, cumple dos roles: uno delante de la pantalla, como protagonista de la serie, y otro detrás, como productor.
The Ranch es una sitcom filmada con cuatro cámaras y ambientada en un rancho de Colorado. Allí donde la tierra se trabaja con las manos, los caballos se doman y la leche es fresca porque sale del establo. Día tras día. Un lugar donde la jornada pasa lenta y las cosas casi no se mueven, hasta que llega alguien que lo desordena todo: Colt (interpretado por Ashton Kutcher), el hijo pródigo que vuelve tras quince años. Se suponía que iba a ser un gran jugador de fútbol americano, el orgullo del pueblo, pero no lo consiguió. Esta es también la historia de un fracaso.
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Colt se reencuentra con su padre Beau (Sam Elliot), un vaquero de voz gruesa y apariencia recia e intimidante, pero con sentido del humor; con su madre Maggie (Debra Winger), una mujer fuerte que dirige un negocio; y con su hermano mayor Rooster (Danny Masterson), quien maneja un bar, cuida de sus padres y nunca salió del pueblo. Algunos dicen que The Ranch es una reunión de That ’70s Show: Masterson y Kutcher juntos, demostrándose cariño a través de bromas pesadas y algunos silencios.
“The Ranch es un show acerca de las personas que trabajan duro en la clase media conservadora estadounidense. Crecí en una familia así, en un pueblo muy pequeño. Todo era Dios, iglesia y América.
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Mi abuelo iba a la iglesia todos los domingos y decía que caería una bomba aquí y allá…
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Lo que tratamos de hacer es reflejar la honestidad de ese mundo, sin faltar el respeto”, dijo un autobiográfico Ashton Kutcher en el TCA de Netflix.
La serie nos trae de vuelta a quien fue la fantasía de los años ochenta Debra Winger – quien actuó en An Officer and a Gentleman y The Sheltering Sky–, y al cowboy con bigotes Sam Elliott –recordado por Mask, Tombstone y The Big Lebowski–. “Una de las cosas que hablamos al comienzo fue que queríamos contratar como padres a estrellas de cine que no vinieran de la sitcom, como nosotros, que sí tenemos experiencia. Resultó genial”, aseguró Danny Masterson. Una serie que habla sobre la convivencia entre padres e hijos –cuando estos se vuelven adultos–, entre actores de series y de películas, y sobre segundas oportunidades. Aquí no hay Ingalls.
Texto: Ana Carolina Quiñonez
