El MALI inauguró la muestra más grande de platería virreinal y republicana que se haya presentado en nuestro país. Cuenta con cerca de trescientas piezas de orfebrería prehispánica y trajes de danzantes.
Por Adriana Garavito
Desde 2011, en conjunto con el Banco de Crédito del Perú, el Museo de Arte de Lima organiza una serie de muestras enfocadas en el arte peruano. La primera fue una retrospectiva de Fernando de Szyszlo. Luego, llegaría el turno de “Sabogal” (2013), “Martín Chambi” (2015), “Pintura cuzqueña” (2016) y “Nasca” (2017).
Este año es el turno de “Plata de los Andes”, que exhibe un amplio recorrido histórico de la platería peruana desde la Conquista hasta el primer siglo republicano. La muestra, curada por Ricardo Kusunoki y Luis Eduardo Wuffarden, es la más grande exposición de platería peruana que se haya presentado hasta la fecha. De hecho, es solo comparable con “Tres siglos de plata peruana”, muestra organizada hace veinticinco años por el MALI y presentada en el Smithsonian de Washington y en el Metropolitan de Nueva York, que nunca llegó a mostrarse en el Perú.
Así, “Plata de los Andes” es una experiencia única. Cuenta con casi trescientas piezas representativas de distintos géneros: orfebrería prehispánica, objetos litúrgicos coloniales, platería de uso civil y joyas. Todas fueron cedidas en préstamo por colecciones eclesiásticas, estatales y privadas de Lima y del interior del país. “Por varios meses visitamos tales colecciones. Fue un arduo trabajo”, comenta Wuffarden. “En la muestra exponemos costumbres que han sido olvidadas. Un ejemplo es el mate, relacionado actualmente solo a Argentina, pero fue un recipiente muy usado en el siglo XVIII”.
PURA TRADICIÓN
La muestra se divide en tres secciones.
La primera tiene un fin introductorio y se enfoca en el periodo de la Conquista (1532). En ella se contempla una serie de obras emblemáticas prehispánicas, como cántaros, tupus, ídolos y aquillas correspondientes a los estilos chimú e inca. “El caso de los tupus es particular”, agrega el curador. “No han dejado de evolucionar con el tiempo y su uso no se ha perdido”.
La segunda sección muestra piezas relacionadas al descubrimiento de las minas de Potosí, en 1545. Con este, la circulación de plata a Lima definió el surgimiento de iglesias y santuarios que atraían la devoción tanto de comerciantes como de mineros.
La última sección hace énfasis en cómo es que la actividad de los plateros españoles y nórdicos establecidos en Lima produjo una emulación de los modelos europeos, mientras que la administración virreinal propició la reconversión de la labor de los plateros de origen 1650 y 1780, la platería andina alcanzó su apogeo a través de obras dedicadas al oficio litúrgico colonial, como cálices, atriles, vinajeras, portapaces, acetres, incensarios, entre otros.
También se da a conocer un conjunto de custodias de plata –según el curador, la variedad de estas es amplísima– empleadas durante los ritos del Corpus Christi; relicarios de diverso tipo, joyas en oro y piedras preciosas. “Pero considero que hay piezas estelares, como el ajuar de la Virgen de Cocharcas; el depósito eucarístico en forma de pelícano y la pieza más curiosa de todas: la prótesis de plata que usaba el Conde de la Monclova, quien perdió el brazo en la batalla de las Dunas de Dunquerque”.
Cabe resaltar que la muestra “Plata de los Andes” llega acompañada de un libro del mismo nombre, que reúne tres ensayos a cargo de Luis Eduardo Wuffarden, Carmen Heredia y Emily Floyd. Además, la publicación incluye fotografías de piezas destacadas en los estilos y tipologías más originales de la platería y orfebrería peruanas. No se necesitan más razones para tener la certeza de que esta muestra comprende un recorrido histórico completo.