Este jueves 30 de agosto estrena Rosa Mística, película sobre la vida de Santa Rosa de Lima, escrita y dirigida por Augusto Tamayo. Conversamos con Fiorella Pennano sobre uno de los roles más importantes de su carrera.
Por María Alejandra López / Foto principal de Martin Haro
Hay una calle en California que lleva su nombre, y hasta una canción de una banda indie titulada Saint Rose of Lime. No hay duda de que Santa Rosa de Lima no solo es la primera santa de América, sino también un símbolo de la cultura popular.
Casi 40 años le tomó a Augusto Tamayo llevar al cine la historia de la primera santa de América, que el director quería retratar con un enfoque diferente al que se había estilado en otras producciones. Desde un inicio, la película tenía la intención de ser un retrato íntimo sobre la búsqueda espiritual de Isabel Flores de Oliva, uno de los personajes más controversiales del catolicismo peruano.
Encontrar a la actriz indicada también fue clave para iniciar con las grabaciones. “Tras un cásting de 25 actrices, di con Fiorella Pennano, que es estupenda. Lo que buscaba era una protagonista que pudiera personificar a Rosa de Lima a los 16 años”, ha contado Tamayo al diario El Comercio.
Fiorella Pennano ya tenía experiencia en el cine (“Como en el cine” y “Maligno”), pero este ha sido uno de los roles más complejos de su carrera. La actriz de 27 años tuvo que someterse a una estricta dieta (Santa Rosa ayunaba desde una temprana edad), y vestir hábito durante las escenas, que se grabaron a más de 30 grados en el verano. Pese a los inconvenientes, para Fiorella el esfuerzo ha sido gratificante y le ha permitido conocer a fondo a su personaje.
¿Qué tanto conocías a Santa Rosa de Lima antes de interpretarla?
Muy poco. Solo había ido a su Santuario, donde conocí su ermita y el pozo. También sabía que afligía su cuerpo, pero no sabía por qué. No tenía un panorama tan claro como ahora. Creo que es difícil entenderla porque tiene una lucha bastante particular. Yo no entendía por qué afligía su cuerpo, y tampoco quería pensar que era una loca. Ahora tengo una versión completamente diferente.
¿De qué forma ha cambiado tu opinión sobre ella?
Ahora creo que fue una mujer valiente y muy fuerte, que luchó para tener la vida que quería de una manera humilde y respetuosa. No tuvo una actitud transgresora o destructiva. Santa Rosa fue una mujer que trató de construir un espacio de soledad que, en ese tiempo, era difícil de entender. Ella solo quería compartir el amor que sentía con Jesús y Dios.
¿Encontraste algunas similitudes entre ella y tú?
Sí, ambas somos personas muy pasionales. Ella construyó su propia suerte y creo que yo también. Desde hace varios años, creo en la autogestión y busco trabajar en proyectos que realmente me interesen. Es una forma de construir mi propio destino. Ella también lo hacía, solo que de una manera más extrema y más entregada al universo. A mí aún me cuesta bastante, pero felizmente puedo hacer lo que amo.
Bajaste varios kilos para este personaje…
Mi personaje ayunaba desde los 12 años y hay escenas en las que aparece casi desnuda. Y con mi rollito, mi cachetito y mi potito fue difícil (ríe). Hoy tengo bastantes kilos más que en la película. A pesar de que la gente dudaba que iba a volver a ganarlos, no me costó tanto.
¿Qué ha sido lo más difícil de ser Santa Rosa de Lima?
Santa Rosa no le tenía miedo a lo divino ni a tener contacto con el diablo. Yo sí tengo miedo. No necesariamente soy una persona temerosa, pero si me dices que en una casa penan, no voy a entrar corriendo. Hay varios momentos en la película en los que ella busca tener contacto con lo divino y eso requiere de muchísimo valor. Para mí fue todo un reto protagonizar esas escenas.
¿Ha sido complicado salir y entrar del personaje?
Yo no creo tanto en esas cosas relacionadas a la actuación. Lo que sí fue bastante difícil es que vivimos en una ciudad que está contaminada auditivamente y las circunstancias de la grabación y el rodaje nos sacaban de las escenas constantemente. Por ejemplo, estábamos grabando una escena que ocurrió hace más de 400 años y, de pronto, pasaba un carro con reggaetón. Eso fue lo más difícil: mantener la concentración con las interrupciones de la ciudad.
Santa Rosa también tiene varios detractores que consideran que fue muy lejos con su devoción. ¿Crees que ella es un ejemplo para las mujeres hoy en día?
Por supuesto. Es una mujer que decidió lo que quería hacer con su cuerpo y que optó por no seguir lo que la sociedad de ese entonces dictaba. Hoy en día, a diferentes niveles y en diferentes lugares, las mujeres estamos sometidas a hacer lo que se debe hacer. Creo que, tanto los hombres como las mujeres, deben tener libertad de elegir su destino.
Santa Rosa nos puede dar el valor de pensar “hace 400 años, esta mujer no podía hacer lo que quería y lo logró. Hoy me corresponde a mí”. A veces entregamos a los demás lo que queremos hacer. Ella sabía que nadie le iba a dar lo que quería y lo buscó. El destino está sobre uno mismo y no sobre lo que los demás desean.
Si pudieras ir al Pozo de los Deseos de Santa Rosa, ¿qué pedirías?
Al inicio de la película fui y pedí disciplina, valor y determinación. Creo que se cumplió esa cuota extra de disciplina, porque tuve que bajar de peso y aprender un texto complejo. Y no era lo único que estaba haciendo en ese momento: también ensayaba para Pulmones y tenía otras cosas encima de mí. Si no hubiera sido por mi maravillosa asistente, Isabella Lazarte, quizás no hubiera podido manejar el estrés y la presión que tenía sobre sí misma. Y lo que ahora he pedido, no puedo contártelo, porque quiero que realmente se cumpla.
Estreno de Rosa Mística: jueves 30 de agosto. Película dirigida por Augusto Tamayo con Fiorella Pennano, Sofía Rocha, Miguel Iza, Alberto Isola, Hernán Romero y Bruno Odar como parte del elenco.