El ruido suele ser algo que perjudica. En una imagen, los objetos que distraen «hacen ruido». En una melodía, el ruido es un sonido desarticulado. Y en el día a día podemos perder el hilo de una conversación o una lectura si es que el ruido nos rodea. Pero hay veces en que el ruido es más: una amenaza, un ataque, un peligro. Así es como se concibe en Ruido, obra de Mariana de Althaus, que fue puesta en escena por primera vez en 2006, y que diez años después regresó con un elenco conformado por Monserrat Brugué, Denise Arregui, Alexa Centurión y Gabriel González.

Ruido de Mariana de Althaus

¿En qué año transcurre la obra? En 1988, durante el primer gobierno de Alan García. ¿Y dónde suceden los hechos? En un barrio de clase media.

Quince minutos antes del toque de queda, una mujer llega a la casa de su vecina para quejarse de la bulla que está haciendo su alarma. Un par de conversaciones e inconvenientes harán que la mujer se vea obligada a pasar la noche encerrada en una sala en la que comprueba cómo cada uno de los miembros de la casa (la exagerada madre, la hija antisocial y el hijo punk) huyen del ruido a su manera, cada una más curiosa con la anterior. Ya sea con vino, temperamento roquero o ilusiones alienígenas, los personajes de este hogar se crean mundos en los que pueden refugiarse para ocultarse el estruendo que acecha su tranquilidad. A simple vista parecen locos, pero basta percatarnos que están asustados para plantearnos una pregunta: ¿no se estarán haciendo los locos? ¿En verdad están trastornado o solamente quieren ignorar una verdad que no quieren afrontar?

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La obra, que se estrenó el 12 de marzo en el CCPUCP, acaba de llegar a sus últimas funciones. Las entradas están a la venta en la misma boletería del teatro.