«Frenemy» es la palabra que usan los estadounidenses para definir aquellas amistades con un componente tóxico, sea por competitividad extrema, desconfianza o secreto desagrado. Grace (Jane Fonda) y Frankie (Lily Tomlin) son frenemies. Grace tiene pinta de ex reina de belleza. Es una hermosa, pulcra y fina estatua de hielo. Frankie es lo opuesto: hippie, desgreñada y excéntrica de espíritu. Ambas se veían obligadas a interactuar en algunas ocasiones, ya que el esposo de Grace, Robert (Martin Sheen), y el de Frankie, Sol (Sam Waterston), son mejores amigos y socios en una firma de abogados especializada en divorcios.
La serie comienza con una reunión de las dos parejas –Grace y Robert; Frankie y Sol– en un bonito restaurante de San Diego, California. La tensión entre ambas salta a la vista, pero pasa a segundo plano cuando los esposos revelan el motivo de la cena: ambos quieren divorciarse y quieren hacerlo porque son gays y mantienen una relación oculta de veinte años. La noticia estalla en la cara de las esposas, quienes, para asimilarla, se recluyen en la casa de playa de Grace. Para ellas, más que un divorcio se trata de un duelo: la persona de la que se enamoraron ya no existe. Al principio, Grace no estaba feliz de tener a Frankie de compañía. Sus costumbres hippies la desesperan. Vemos a Frankie haciendo meditación o pintando estilo libre y a Grace siempre con un martini en la mano. Pero la convivencia las va despojando de sus máscaras y poses. Es el nacimiento de la amistad de Grace y Frankie.
La serie es una creación de Marta Kauffman, coautora de “Friends”, y Howard J. Morris, guionista de “Home Improvement”. Tanto Kauffman como Morris conocen el oficio de hacer series gratas, pero en “Grace and Frankie” se arriesgan más, y han desarrollado un show capaz de emocionar a los más descreídos. En la serie, los protagonistas están en la “base 7”, pero ninguno se siente viejo, acabado o derrotado. Todos son lo suficientemente valientes y enérgicos para reescribir
sus vidas.
Otro punto para resaltar son los hijos de Grace y Frankie y los actores que los interpretan. Vemos a la guapísima Brooklyn Decker en el papel de hija de Grace, leal, autosuficiente y un poco nerviosa, y a June Diane Raphael, bajo la piel de la hermana cínica y maravillosa. Frankie tiene dos hijos: Ethan Embry, la oveja negra, exalchólico, impulsivo y encantador, y Baron Vaughn, la perfección encarnada. La primera temporada recolectó buenas críticas y despertó al fanático que tenían dentro algunas celebridades, como Miley Cyrus, quien escribió sin ningún empacho en su cuenta de Twitter que había encontrado su serie, además de que, para ella, “Jane y Lily son tan rudas”. Se ha anunciado que, en la segunda temporada, aparecerá Sam Elliott como el novio de Grace. No se retiren nunca, Jane, Lily, Sam y Martin.
Por Ana Carolina Quiñonez