Limeño de 46 años. Padre de Leandro y Lucía Stella. Antes de cantar en la inauguración de los Juegos Panamericanos 2019, el tenor lírico ligero se presentó en un exitoso concierto gratuito en la Plaza Mayor de Lima, junto a la Orquesta Sinfónica y Coro Juvenil de Sinfonía por el Perú, la organización altruista que lidera.
Fotografía principal: ANDINA/Difusión
¿Con cuál celebridad te irías de fiesta si tuvieras que elegir a alguna?
Creo que con alguna del mundo del pop. Por ejemplo, Lady Gaga sería alguien con quien me divertiría mucho, porque además es muy buena música y tendríamos un tema de conversación interesante.
¿Cuál dirías que es, o ha sido, tu mayor adicción?
Una especie de adicción para mí es el trabajo. Me gusta mucho: soy muy detallista. Trabajo hasta que vea un resultado que me satisfaga. Y eso es difícil porque, cuando corrijo grabaciones, discos, estoy mucho tiempo en ello. Pero tengo que decir que me gusta estar siempre ocupado.
¿De qué logro te sientes más orgulloso?
De la creación de Sinfonía por el Perú, porque ha logrado dar a estos niños y jóvenes, especialmente a los más pobres, una alternativa para su vida, un futuro más brillante, la capacidad de sentirse felices. Sabemos que Sinfonía por el Perú impacta de manera positiva en sus vidas. Cuando empezamos, no pensábamos que en ocho años íbamos a lograr lo que hemos conseguido. Por eso es de lo que me siento más orgulloso.
¿Qué recuerdo te ha marcado?
Viví en Lima hasta los 20 años. Recuerdo cuando acompañaba a mi padre a sus presentaciones en el Teatro Municipal (su padre fue el cantante y guitarrista de música criolla Rubén Flórez Pinedo). Recuerdo cómo pasaba tiempo con mi abuela, que me contaba historias, con sus libros que tenía sobre el universo y el cosmos. Recuerdo ir a la playa con mi madre, cuando nos llevaba sola a los tres hermanos cargados, por la bajada de Miraflores, y pasábamos todo el día en la playa. No hay un recuerdo, son varios.
¿Cómo describirías lo que tus hijos han aportado a tu vida?
Riqueza en todos los sentidos. Los hijos te hacen ver de otra manera tu vida, con otra perspectiva. Todo se supedita a ellos, todo está dirigido a ellos, que son los importantes. Creo que al ser padre te vuelves mucho más flexible, mucho más relajado en muchas cosas.
¿Qué es lo que más amas de ser peruano?
Amo la comida; su música, muchísimo; amo viajar por el Perú (lo hice cuando era joven); amo sus paisajes; la calidez de mis compatriotas; y el hecho de haber crecido en el Perú hace que me sienta muy ligado a él, y que sienta y escuche sus sabores, sus sonidos, en dondequiera que esté.
¿Cuán importante es el dinero para lograr que las cosas sucedan?
El dinero es una herramienta más. Pero hay una serie de cosas que hacen que algo suceda, que algo se vuelva realidad. Más importante que el dinero es la voluntad, por ejemplo. La perseverancia, las ganas, el entusiasmo… Creo que esas son las cosas más importantes. Y, además, trabajar en equipo.
¿Cuál es tu característica más acentuada?
La perseverancia. Me gusta trabajar mucho para lograr un objetivo. Mi madre me inculcó eso. Pero creo también que es algo con lo que uno nace. Siendo Capricornio, esta es una característica: el querer llegar a la cima.
¿Qué cambiarías de ti mismo?
Me gustaría poder desconectarme cuando estoy de vacaciones. O sea, no hacer nada; en general, poder desenchufarme y realmente descansar.
¿Qué habilidad te gustaría tener?
Me gustaría poder navegar un barco; un velero, por ejemplo. También me gustaría pilotear un avión.
¿Algún hobby desconocido que puedas revelarnos?
El fútbol y el tenis son mis hobbies preferidos.
¿Con qué serie de televisión te has enganchado últimamente?
Con “Suburra”.
¿En qué te reencarnarías?
En un astrónomo, un científico del espacio.
¿Cómo quisieras que te recordaran cuando decidas retirarte?
Como un cantante que usó la música para mejorar la situación de los niños y jóvenes del Perú con menos posibilidades.
¿Qué retos tienes pendientes, tanto en el mundo de la música como en el de los negocios, las iniciativas altruistas y en la vida?
Mi último reto es crear un centro internacional de excelencia musical, una gran academia o universidad de la música en Lima, donde los chicos –principalmente los de Sinfonía por el Perú– puedan formarse a un nivel superior, y, también, que sea un polo en Latinoamérica para que chicos de otros países puedan estudiar ahí.