1. Historia de una apropiación
Hace tres años, “Ya nada volverá a ser igual” marcó un punto de inflexión en la obra de Fernando Otero. Significó una pausa en la pintura geométrica de sus primeros años para comenzar una exploración en las técnicas mixtas. Su nuevo proyecto, “Territorios”, continúa esa investigación para presentar al territorio como un espacio moldeado por sucesivas apropiaciones. Su muestra se puede visitar en CEDE Galería hasta el 30 de julio.
2. Los tiempos nuevos
La Galería Fórum se ha propuesto continuar el legado de Claudia Polar –exdirectora de la institución y una de las promotoras culturales más importantes de la escena peruana–. Por eso, su reapertura está marcada por un homenaje: el de 142 artistas rindiendo tributo a su apuesta por el arte. “Celebración” reúne piezas de Ramiro Llona, Luz Letts, Johanna Hamann, Mariella Agois, Alice Wagner, Eduardo Tokeshi y Claudia Coca, entre otros creadores ligados a la galería. Se exhibe hasta el 30 de julio.
3. Un puñado de promesas
Friedrich Nietzsche creía que lo que diferenciaba a los hombres de los animales era su capacidad de hacer promesas. José Luis Martinat retoma esa idea en una serie de piezas sonoras, gráficas y textiles que aluden a eslóganes electorales, ese puñado de promesas repetidas por los políticos peruanos, desde comienzos del 1900 hasta nuestros días, como un mantra que, luego, termina relegado. Y, así, hasta la próxima campaña electoral. “El futuro está en marcha” se presenta en la Galería Lucía de la Puente hasta el 3 de agosto.
4. Los cimientos
En “Constituciones”, los ocho finalistas del concurso “Pasaporte para un artista 2015” –Andrés Chávez Alcorta, Augusto Ballardo, Nuria Cano y Omar Smash, entre ellos– exploran las distintas realidades de nuestra sociedad y sus desafíos desde el dibujo, la instalación, la escultura, la performance, la fotografía y un proyecto editorial. La exposición se presenta en la Galería L’Imaginaire de la Alianza Francesa hasta el 24 de julio.
5. Museotopías: los proyectos que plantearon una alternativa cultural a una ciudad sin museo
Hasta inicios de 2013, Lima era una de las pocas capitales latinoamericanas sin museo de arte contemporáneo. No tenía, siquiera, una institución dedicada al arte moderno. Pero esa carencia institucional –denominada “vacío museal” por Gustavo Buntinx ya en los años ochenta– no pasó desapercibida: desde 1966, existieron propuestas independientes que plantearon una alternativa. Y, al menos, ocho de ellas lograron sobrevivir en una ciudad que por ratos le sigue dando la espalda al arte. “Vacío museal. Medio siglo de museotopías peruanas (1966-2016)” ofrece un reconocimiento a estas iniciativas que mostraron resistencia. A los que entendieron que bastaba con el deseo.
La exposición reúne el trabajo de Micromuseo: Al fondo hay sitio –un espacio itinerante que marcó distancia con el elitismo en el arte–, el Museo Hawai –que puso en evidencia las extravagancias que marcaron a la sociedad peruana–, el Neo-Inka –y su colección de objetos comerciales con referencias a la cultura inca–, el LiMac –y su análisis sobre la idea de lo museable–, pero también las investigaciones sobre sexualidades alternas del Museo Travesti del Perú, las exposiciones callejeras del Museo Itinerante Arte por la Memoria, el proyecto de regeneración urbana, artística y social Puno MoCA, el museo dedicado al director Leonidas Zegarra, y otros gestos museotópicos. Se exhibe en el MAC hasta el 25 de setiembre.
Por Gloria Ziegler
