Abel Bentín, el autor de la popular muestra de arte «Behind the smile» conversó con COSAS y reveló detalles de su última exposición y la próxima apertura de su estudio en Miraflores, donde el público podrá disfrutar de una experiencia inmersiva con su obra.
Por Arianna Gonzáles
Cuatro años después de su última exposición artística en Lima, Abel Bentin se reencontró con el público en la presentación de su muestra «Behind the smile», una colaboración con Edifica que se viralizó a través de redes sociales y se convirtió en una de las exposiciones más visitadas del último mes.
A diferencia del común denominador de artistas, la pandemia para Abel Bentín representó crecimiento y expansión. Le permitió vender sus piezas en países como México, formar parte de ferias internacionales realizadas de manera virtual, crear las piezas que vieron la luz en «Behind the smile» y plantearse la idea de construir su nuevo estudio, el mismo que inaugurará a finales de este año.
En entrevista con COSAS, Bentín reflexiona sobre el éxito de su más reciente exposición y el presente y futuro de su obra.

Detrás de «Behind the smile»

Tu obra más reciente «Behind the smile» ha tenido mucho éxito, se viralizó en redes sociales y eso permitió que cada vez más personas acudan a visitarla. ¿Esperabas este recibimiento en tu primera muestra en Lima luego de cuatro años?

Behind the Smile fue un proyecto que ha partido de todas las piezas que he ido produciendo durante la pandemia, donde estado experimentando y explorando encerrado. A inicios de la pandemia, la inmobiliaria Edifica me convoca para hacer unas piezas grandes para un nuevo proyecto de un edificio que van a hacer en Barranco. Ellos me pidieron hacer una exposición en el proyecto. Yo no tenía intención de tener una muestra en este momento pero me pareció interesante, lo vi como una oportunidad de presentar estas piezas en las que había estado trabajando.
Durante la pandemia estuve haciendo carita tras carita en un ejercicio muy repetitivo. Yo mismo me encontré muy obsesionado con el tema y surgió la idea de juntarlas todas en un mismo espacio que creo que visualmente ha sido muy llamativo. Detrás de cada carita hay un proceso muy elaborado, desde el gesto que yo hago para crearlas y luego producirlas en resina. 

Nosotros no nos imaginábamos la locura que significó la muestra. Llegó un momento durante los últimos días donde las colas eran larguísimas, el aforo no permitía que entre la gente. Un día sábado fueron 300 personas, era una locura. Fue un poco caótico y hubo gente que no pudo entrar, lamentablemente. Al final resultó bastante halagador. Nos ha sorprendido mucho la respuesta de la gente y me ha abierto los ojos en el sentido de nuevas posibilidades de proyectos futuros.

Muchos jóvenes se han mostrado interesados por tu arte y eso se ha visto reflejado en las visitas. Quizás también porque la muestra está ligada a la salud mental y la importancia de visibilizarla, un tema en el que la población joven está muy involucrada ¿Cómo fue el proceso de crear piezas que puedan comunicar, de cierta forma, estos conceptos?

De repente, hablando un poco de mí mismo, durante la pandemia ha sido la primera vez en mi vida que he tenido que estar pendiente de mi salud mental. Cuando yo estaba tan obsesionado con esta idea de crear las sonrisas mientras estaba en un momento un poco intenso de mi vida, pasando por muchas emociones, empecé a reflexionar sobre la idea de lo que significa estar contento y entonces me pareció bien interesante esta frase que puse en la muestra sobre cómo una sonrisa puede ser algo tan luminoso y a la vez algo tan oscuro o qué cosas pueden esconderse detrás de una sonrisa.

Siento que es un tema muy generacional y también es importante ser conscientes de que alguien se muestre bien no necesariamente significa que esté bien. Creo que sí ha habido un gancho emocional con el tema de las caritas y eso ha sido muy bacán también.

Expansión y crecimiento para Abel Bentín

«Behind the smile» fue creada en pandemia, un periodo donde las sonrisas quizás pasaron a un segundo plano. Sin embargo, esto no te detuvo y esta temporada de confinamiento te permitió expandirte y hacer crecer tu trabajo…

Para mí la pandemia han sido un par de años muy raros porque si bien comenzó con mucha incertidumbre y temores, ha sido uno de mis mejores momentos profesionales que trajo consigo el mayor alcance internacional que he tenido. Había cierto optimismo en la pandemia, en contraste con las emociones que uno puede estar viviendo en ese contexto.
Durante la pandemia también he estado participando con La Otra Feria, que ha sido de manera virtual. Además, me contactaron muchos dealers y galerías internacionales y empecé a vender en varios países del mundo, sobre todo en México. Eso me mantuvo bastante ocupado también en aprender muchas cosas que no conocía de temas relacionados a envíos y todo el tema burocrático de aduanas.
Básicamente, durante la pandemia he estado enfocado en hacer esta serie de piezas nuevas que presenté ahora, que me ha abierto nuevos caminos. No digo que es el fin de las caritas pero digamos que le he estado dando vueltas a estas piezas y una vez que he producido tantas, quiero hacer una pausa y pasar un poco la página, mirar hacia el siguiente proyecto.

Es curioso porque incluso antes de la pandemia, las sonrisas formaron parte de tu obra, pero Behind the smile representó llevarlas a otro nivel…

En mis dos muestras anteriores aparecían las sonrisas, en una hice mi primer smile escultórico y en Black Paintings, mi última muestra individual antes de la pandemia, presenté una carita feliz que era como hecha con un sharpie grande en un solo trazo porque esa exposición era de lienzos en gran formato, como dibujos gigantes a mano alzada en color negro que trataban de ironizar sobre la práctica artística o el ejercicio de crear una obra de arte con un trazo.

El futuro para Abel

Entre tus planes de crecimiento y expansión también surgió la idea de crear un nuevo estudio. ¿Qué retos ha representado este nuevo proyecto?

Mi anterior taller quedaba por el mercado número 1 de Surquillo. Yo lo tuve cuando estaba comenzando, hace ocho años. En su momento fue algo espectacular, era un hangar que quedaba en un edificio arriba del mercado. Pero, llegó un momento en el que necesitaba más orden y organización pues ya había empezado a trabajar de manera más formal en varios aspectos y necesitaba un lugar donde las visitas puedan ver mi obra expuesta de manera más profesional.

Aproveché un poco mi rush internacional para animarme a, por fin, lanzarme con este proyecto porque era algo que desde hace años estaba rondándome la cabeza y lo quería hacer pero me daba un poco de temor porque ya era un paso mucho más grande.

Cuéntanos sobre este espacio…

Es una casa en Miraflores donde hicimos una obra para crear todo un estudio nuevo. En el primer piso está todo el área de trabajo y en el segundo piso está el almacén, mi oficina y una galería. Lo bueno es que tengo mi espacio de experimentación y producción separado del lado de exposición, lo cual lo hace todo más ordenado y también puedo exhibir mis obras en la galería de manera formal y profesional, no solamente para que los visitantes puedan ver las piezas expuestas de manera correcta sino también porque para mí, como ejercicio, es importante tener dónde colocar las obras, en un espacio que no esté contaminado con todo el área de trabajo, para poder verlo de manera independiente y limpio.

En el verano pasado nos mudamos a este nuevo estudio, aún lo estamos terminando de refaccionar y equipar y a fines de año, entre noviembre y diciembre, vamos a hacer la inauguración formal con un evento. En la galería del segundo piso voy a hacer una exposición con una muestra de piezas totalmente nuevas que están muy interesantes, tienen que ver con todas estas piezas de arte clásico pero medio antropomorfos, creo que va a ser algo bien diferente.

El que ahora cuentes con un espacio más grande y diverso te abre las puertas a nuevos proyectos bajo tu firma, quizás colaboraciones con otros artistas…

Le estoy dando vuelta a la posibilidad de que este espacio que tengo en el segundo piso también pueda servir para colaboraciones con colegas o de repente alguien joven que me parezca que tiene un trabajo interesante lo pueda exhibir ahí.

«Behind the smile» nos ha abierto muchas posibilidades sobre todo en propuestas de crear instalaciones vivenciales. Todavía estamos asimilando lo que ha sido los últimos días de la muestra porque fue un poco loco, pero definitivamente nos ha abierto la puerta a muchas ideas y posibilidades que probablemente el próximo año estemos realizando.

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