Del 16 al 23 de abril próximo se celebrará en Mamacona la edición 76 del Concurso Nacional Oficial del Caballo Peruano de Paso. Una exhibición de los ejemplares de nuestra raza más importantes a nivel mundial. Se han programado, además, una serie de actividades que buscan llegar a toda la familia. Para conocer a fondo la importancia cultural de esta raza en el Perú y más allá de nuestras fronteras, COSAS conversó con Renzo Crolle y Fiorella Tomatis, representantes de la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios de Caballos Peruanos de Paso.
Por Sergio Herrera Deza
«Tú estás sentado encima del ejemplar y, por más que avances, no te moverás de la silla. No es un caballo convencional. Y para los aficionados a la equitación y las personas mayores, montar esta raza es una experiencia relajante: de las mejores”. Así describe Renzo Crolle, presidente de la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios de Caballos Peruanos de Paso (ANCPCPP), a este equino tan fascinante como único.
Desde 1947, la Asociación ha impulsado la conservación de esta raza nacional a través de la reproducción selectiva, así como un entrenamiento minucioso para competiciones de exhibición y marinera a caballo. Hoy, la Casa del Caballo Peruano de Paso, sede de la asociación en Mamacona, ya alista los preparativos para el concurso nacional.
El caballo peruano de paso: embajador cultural
Como presidente de la asociación, Crolle espera que el concurso vaya más allá de la hípica. “Buscamos acercar al público no solo al caballo de paso, sino a la tradición peruana en general. Con música, comida y bailes”. Siguiendo dicha línea, el lema del concurso es “Siente el orgullo del Perú”. A lo largo de siete días, los espectadores disfrutarán de la exhibición de los más prestigiosos ejemplares, que compiten en el certamen más importante a nivel mundial.
Siendo una raza formada en nuestro país, evidentemente, los mejores ejemplares están en el Perú, y por ello la relevancia de este evento y la presencia de los más importantes criadores y propietarios a nivel mundial. Y si bien las competiciones de marinera a caballo ahora únicamente se organizan en el festival de la asociación, esto no quiere decir que el baile norteño se ausente del concurso nacional de este año.
“El Festival del Caballo Peruano de Paso ha tenido un alcance importante a nivel del público en general. Quienes campeonan en el festival luego se exhiben en el concurso nacional. Brindamos también, una exhibición de campeones de marinera a caballo y coreografías de amazonas”, nos explica Fiorella Tomatis, coordinadora general del comité organizador de la competición.
Alcance internacional
Por otro lado, participarán caballos provenientes de Ecuador y Panamá, asistirán criadores de más de diecisiete países. Este encuentro internacional no es casualidad: el Concurso Nacional es también el Campeonato Mundial del Caballo Peruano de Paso. Existen otras asociaciones de criadores y propietarios que promueven la crianza y afición al caballo peruano en sus respectivos países.
Un caso digno de comentar es el Concurso Nacional del Caballo Peruano de Paso en Panamá. Su edición 42 se celebró en enero de este año en la hacienda Papacona, y contó con la notable participación de doscientos ejemplares. En la misma línea, el último Concurso Nacional de Argentina tuvo quinientos ejemplares en exhibición. Esta importante presencia del caballo peruano es fruto de la exportación de ejemplares desde hace más de tres décadas. Incluso, hubo criadores estadounidenses que, entusiasmados con la raza peruana, pidieron prestados ejemplares machos para reproducirlos en su país.
Un legado que defender en el tiempo
El concurso nacional peruano del año pasado coincidió con las Bodas de Platino de la Asociación, y los espectadores pudieron contemplar a unos ochocientos caballos peruanos de paso bajo el sol de Lurín. También significó el retorno de la competición, tras dos años marcados por la pandemia de la COVID-19. “Hay que destacar el esfuerzo que hicieron los criadores en persistir en la labor de conservar la raza, a pesar de la dificultad de los tiempos”, resalta Tomatis.
Fueron años duros que afectaron a rubros como el comercio de potros, los entrenamientos para competiciones y la propia industria de alimentos para caballos. En la actualidad, si bien el panorama es alentador, el compromiso de la asociación con la preservación del caballo bandera del Perú busca trascender las fronteras entre países y entre nuestros compatriotas. Fiorella lo resume así: “Son setenta y seis años de trabajo. De inculcar y enseñar a un pueblo que es un símbolo valioso que nos pertenece a todos. Quitémonos de la cabeza que es un producto de élite. En el rincón más alejado de nuestro país existe afición y cría. Nuestro caballo es de todos y orgullo de todos”.
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