Con motivo de la exposición “Maquinaciones”, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y la visita del multifacético Fernando Gutiérrez ‘Huanchaco’ a Madrid, la galería Espacio Valverde realizó, el pasado 21 de junio, un conversatorio con el artista peruano. A propósito de ello, conversamos con el galerista Jacobo Fitz-James Stuart y con Huanchaco sobre la adquisición, y posterior exposición, de su obra “Manual para hablar con Dios” por parte del museo español.
Por Isabel Miró Quesada & Gabriela Peña
En una antigua casona de la calle Valverde, en el barrio de Malasaña, en pleno centro de Madrid, encontramos a Jacobo Fitz-James Stuart, galerista y nieto de la recordada duquesa de Alba, quien acaba de dar por concluido el conversatorio con el pintor peruano Fernando Gutiérrez (Trujillo, 1978), más conocido como ‘Huanchaco’.
Huanchaco y su obra “Manual para hablar con Dios”.
Gutiérrez estudió en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Entre 2007 y 2009, ganó reconocimiento en las artes plásticas al irrumpir con cómic y pintura en amplios formatos donde se representaba a sí mismo en la forma de un alter ego llamado Super Chaco, un superhéroe de mallas rojas y capa celeste que recorría Lima comiendo chifa, tomando Inca Kola y navegando por la Costa Verde en un bote de pescador junto a Miguel Grau.
En 2018, publicó “Manual para hablar con Dios”, colección que en 2022 fue adquirida por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Y que del 21 de junio al 28 de agosto de 2023 será parte de la exposición “Maquinaciones”, en el reconocido centro español.
De acuerdo con Fitz-James Stuart, “esta muestra es la primera de Huanchaco que fue adquirida y se expone en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía”. Esta obra incluye cincuenta hojas hechas en máquina de escribir con tinta azul, una partitura sonora dibujada y el video de la ejecución a modo de ritual.
“Huanchaco es uno de los mejores artistas que conozco. Lo interesante en él es que documenta todo”, dice el galerista español sobre el artista peruano.
Por su parte, Huanchaco reconoce que Jacobo fue la primera persona con la que empezó a trabajar, y con el que pudo generar una primera muestra individual en una galería. “Jacobo apuesta por presentar el proyecto en apertura, que es en septiembre, cuando todas las galerías abren después del verano europeo”, destaca.
Sobre su acercamiento con el Museo Reina Sofía, Huanchaco menciona que contactaron a los representantes de la institución para que vinieran a ver la muestra, y así lo hicieron. “Yo creo que calzo dentro de este proyecto de maquinaciones que están presentando; había una sincronía. Lo primero que pidieron era pedir prestada la obra, o sea, el proyecto para la muestra, y luego parece que conversaron entre las mismas personas del museo y dijeron que lo que finalmente querían era adquirirlo para su colección”, alega.
Sobre “Manual para hablar con Dios”
La obra se basa en la transcripción de los mensajes que un hombre, en los años 70, dijo haber recibido de Dios. Esta es la historia de Luis Soto Romero, “un ciudadano chileno que tiene un accidente, entra en coma y cuando despierta comienza a escribir de manera telepática la Biblia Latinoamericana en una serie de dibujos y textos en donde habla de filosofía, descripción de problemas sociales y políticos de aquel entonces, defensa del veganismo, cuidado del medio ambiente y hasta recomendaciones para la construcción de ovnis”. Además, “según Luis, entre las revelaciones estaba llamar ‘hijos’ por primera vez directamente a los pueblos latinoamericanos”, narra Huanchaco.
Para el artista, lo interesante de estos textos es cuando se menciona el comunismo celestial, que tiene que ver con un comunismo especial, galáctico. Luis Soto Romero tiene que salir de Chile porque es una dictadura de derecha, y llega al Perú en un contexto en donde lidera Velasco, un gobernante de izquierda.
En el Perú, “Luis llega a casa de Antonio Córdoba Quezada, quien lo ve como un enviado de Dios y lo hospeda en su casa para que termine de escribir los denominados ‘Rollos del Cordero’. Posteriormente, Córdova guarda y funda Alfa y Omega antes de la desaparición de Soto Romero”.
Según la cosmología de Alfa y Omega, el hijo de Dios se ha hecho hombre en tres momentos: Moisés, que dio fin a la era faraónica. (Antiguo Testamento). Jesús, que dio fin a la era románica. (Nuevo Testamento). Luis Soto Romero, que ha venido a dar fin a la era norteamericana. (Testamento Latinoamericano o Biblia Latinoamericana).
Al enterarse de la historia, Huanchaco sintió la necesidad de comunicarse con Córdova; entonces, pensó que la mejor forma era transmitir una señal vía radio FM, porque, según sus propias palabras, “es como mandarla al espacio, mandarla de manera ritual, de manera simbólica, de manera mágica pasarla a otro estado”.
“Me comuniqué con un grupo de culto argentino, Vlubä. Nos reunimos en Perú con Alfa y Omega y nos entregaron una selección de rollos originales, los escaneamos y, mediante un software capaz de “traducir” las palabras escritas en los Rollos del Cordero, generamos las primeras partituras sonoras de la Biblia latinoamericana. Llegamos al desierto de Chilca e instalamos una antena FM y transmitimos esas partituras ejecutadas casi como una especie de musical litúrgico, chamánico, religioso, ufológico y mil cosas más, y claro, es un ritual hecho a las 2:50 de la madrugada en plena oscuridad. La pregunta central de la noche fue ‘¿Estás ahí?’”.
“Al regresar a Lima, nos dimos cuenta de que había ocurrido un suceso en una gasolinera cercana a Pachacámac al mismo tiempo, a la misma hora. Un extraterrestre, y esto es grabado por cámaras de seguridad, por celulares y la gente entra en pánico”, rememora. “ Tras un mes y medio de investigaciones, el ‘Humanoide de Pachacámac’ adopta una forma concreta, un investigador de lo paranormal; tras un análisis minucioso de las grabaciones, llega a la conclusión de que la aparición se trata de un globo de helio, concretamente, un globo de Bugs Bunny invertido”.
Tratando de descifrar el significado de la transformación de la respuesta en imagen concreta, Huanchaco llegó a la conclusión de que lo mejor era no violentar su naturaleza con interpretaciones simbólicas o literarias, sino dejar que el personaje recién aparecido hablase con su propia voz.
“Si hay algo que Bugs Bunny repite de manera obsesiva y desconcertante es la frase ‘¿Qué hay de nuevo viejo?’, así que interpreté literalmente esta frase como mensaje y simultáneamente como el señalamiento del lugar en el cual debía continuar mi camino: la huaca de Pachacámac”.
El resultado de esta experiencia es una peculiar obra artística que Fernando Gutiérrez, Huanchaco, ha elaborado para contar aquel intelecto de contacto de 2016 que es expuesto en el Museo Reina Sofía de Madrid.
La adquisición de “Manual para hablar con Dios” por parte del Museo de Arte Reina Sofía es para el artista peruano “superimportante, porque genera un respaldo a mi carrera y a mi trabajo; ya no es solo una obra, sino es un proyecto en conjunto que ha sido adquirido; es interesante porque también podría empezar a abrir otras puertas, inclusive en Lima”, señala Huanchaco.
“La Chucha perdida de los Incas”: Investigación vuelta documental
Además de su arte, Huanchaco ha estado involucrado en otros proyectos, como el de “La chucha perdida de los incas”, un descubrimiento que se hizo película y que nació a raíz de una conversación con Mario Poggi, luego de que este último saliera de la cárcel tras ser acusado de asesinar a Ángel Díaz Balbín, y se fuera a la selva en 1991. “Poggi me menciona que había descubierto la chucha perdida de los incas. Me generó unos mapas y yo realicé una expedición a la selva con un grupo de amigos, vestidos como un grupo de personajes del siglo XIX, recreando un viaje del siglo XIX, en busca de esta ruina”, recuerda.
En un principio, no tenía demasiadas esperanzas de encontrar la ruina, pero estaba decidido a aprovechar el viaje como un espacio para poder elaborar un cuestionamiento sobre la figura de los viajeros; sin embargo, grande fue su sorpresa cuando, al llegar al punto que le había indicado Mario, existía una caverna en cuyo interior había una vagina de piedra.
“Poggi, a la hora de cometer el asesinato, echó a perder su vida. Venía de estudiar Artes Plásticas en Bélgica, Psicología y Criminalística en Alemania, Arquitectura en Italia; tenía un futuro promisorio. Se había educado en Alemania bajo la escuela de Freud; entonces, llega, comete el asesinato y cuando sale de la cárcel huye a la selva; que él haya huido a la selva a buscar un nuevo futuro, se meta a un hueco donde hay una vagina y se meta a la vagina que es una vagina que simboliza la Madre Tierra, que es la Pachamama, es un viaje freudniano, es regresar al útero y es regresar al punto cero”, acota.
De esa reflexión nace la segunda parte del proyecto: generar un manual freudiano para leer el antiguo Perú. Su investigación continúa y se termina convirtiendo en un documental, ganador de los Estímulos Económicos del Ministerio de Cultura, en el Concurso para proyectos de Documental (2016), el Estímulos a la Promoción Internacional (2021) y el Estímulos a la Distribución Cinematográfica (2022).
El documental explora los territorios de la religión, del arte, del psicoanálisis y de la historia para cuestionar la relación de la sociedad peruana con la paternidad, según Huanchaco, integrante estructural de esta sociedad huérfana en busca de un padre. Desde los ritos incas hasta los últimos intentos de conectarse con el dios solar del planeta amarillo, la película relata un desconcierto existencial que empuja a parte de la población peruana a querer encontrar un paraíso perdido original, a querer reconectar con la figura de un padre.
En los entresijos de un viaje delirante pero lógico, la cinta dirigida por Huanchaco no se limita a la recopilación de testimonios, se afirma cinematográficamente en las impresionantes reconstrucciones de procesiones incas, exploraciones arqueológicas y animaciones en viajes intergalácticos que participan en el imaginario colectivo peruano.
Agradecimientos: Jacobo Fitz-James Stuart y Asela Pérez Becerril, dueños de la Galería de Arte Espacio Valverde, ubicada en Calle Valverde 30, Madrid, España.
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