La incesante revitalización del Centro Histórico ya supera los S/100 millones de inversión y cuenta con una larga lista de espacios e inmuebles recuperados para la ciudad. Con el objetivo de seguir ese camino, Prolima ha participado en la elaboración de un proyecto de ley que empodere a la Municipalidad de Lima en la ejecución del Plan Maestro y genere un entorno idóneo para la participación del sector privado.
Por Prolima Fotos Prolima
Basta con darse una vuelta para comprobarlo: el Centro Histórico de Lima (CHL) luce un rostro completamente distinto al de hace apenas cuatro años. Tiene espacios públicos recuperados, fachadas de iglesias restauradas, monumentos puestos en valor, calles peatonalizadas y jardines con un mantenimiento constante y cuidadoso, sumados a una actividad cultural que encuentra en el espacio físico una ruta para afianzarse y estrechar lazos con los usuarios y visitantes de esta parte de la ciudad.
Detrás de este trabajo está la Municipalidad de Lima, que desde el 2019 viene implementando continuamente el Plan Maestro a través de Prolima. Lograrlo ha requerido una inversión pública que ya supera los 100 millones de soles y un alto nivel de eficacia para la ejecución de los proyectos. Sin embargo, el camino todavía es largo y alcanzar el objetivo con miras al medio milenio de la ciudad, en el 2035, requiere del empoderamiento de su órgano gestor y de la participación del sector privado, a semejanza de otros centros históricos en la región.
Para tal fin, a través de una iniciativa conjunta entre el congresista Alejandro Cavero y la comuna, se ha elaborado y presentado un Proyecto de Ley para la Promoción de la Inversión Pública y Privada en el Centro Histórico de Lima, con miras a un desarrollo integral y sostenible que garantice su salvaguarda, proyección y protección.
La restaurada fachada de la iglesia de la Soledad, ejecutada mediante inversión pública.
El proyecto de Ley, actualmente en comisión del Congreso de la República, abarca aspectos de gestión de riesgo de desastres, la recuperación del río Rímac, la puesta en valor del patrimonio arqueológico, la protección de bienes públicos, la promoción de la inclusión social y las economías locales y la reversión de la condición de inhabitable o precario de los inmuebles históricos, entre otras aristas. También propone simplificar una serie de procesos administrativos que ralentizan la recuperación de espacios públicos y las intervenciones en inmuebles que no tienen valor patrimonial. Y establece una premisa clave: promover un desarrollo del CHL basado en sus valores culturales y naturales, con la participación del inversor privado y un incremento de la infraestructura cultural, hotelera y gastronómica.
No se debe perder de vista que las obras que se han ejecutado en el CHL son de carácter público, debido a que destinar fondos del Estado para una propiedad privada no es tan sencillo. Al interior de los inmuebles, la responsabilidad para intervenir en la estructura recae en el propietario. Y solo hay dos opciones para que el Estado pueda recuperarlos de manera integral: la expropiación o la adquisición del bien (una opción compleja debido a los fondos limitados con los que cuenta la comuna para la administración de toda la ciudad). A la par, el problema es que el marco normativo actual no contempla una acción alternativa que le permita al privado o al público tener más interés e incentivos para invertir.
La peatonalización y mantenimiento de fachadas fue el primer paso. La intervención al interior de los inmuebles recae en los propietarios.
Por eso, el proyecto de Ley ha contemplado una serie de mecanismos que allanen el terreno para la participación activa y responsable del privado: para inversiones con fines comerciales que incluyan la recuperación y restauración integral de inmuebles en el CHL, por ejemplo, se plantean medidas como la exoneración del IGV durante períodos determinados, según el valor monumental del inmueble y sus condiciones de habitabilidad. Por su parte, para proyectos con fines inmobiliarios se propone un descuento del 50% al Impuesto a la Renta por un periodo de hasta diez años, a lo que se suman una serie de incentivos tributarios para quienes realicen acciones de mecenazgo cultural.
Hoy por hoy tenemos un rosario de obras en ejecución en el CHL: la restauración de la fachada del conjunto de Santo Domingo -un hito histórico debido a su importancia y complejidad-, sumada a la puesta en valor de las iglesias de Las Trinitarias y La Buena Muerte, estas dos últimas en Barrios Altos; además de la recuperación de la plazuela del Teatro, la restauración de las esculturas en la Alameda de los Descalzos y las obras de mantenimiento en monumentos ya restaurados. Y también hay grandes obras próximas a iniciarse, como la recuperación de las fachadas de los templos de Nuestra Señora del Prado, Santo Cristo de las Maravillas y Santiago Apóstol del Cercado, acciones que ratifican el compromiso por continuar con una puesta en valor y revitalización nunca antes vista en la capital.
04. Restaurados interiores del restaurante Casa Tambo, un ejemplo de inversión privada en sintonía con nuestro patrimonio.
Pero nuestro Centro Histórico requiere de mucho más. Se enfrenta a décadas de abandono y decadencia que destruyeron y deterioraron sus valores patrimoniales y permitieron que la informalidad arrase y predomine, con un saldo de 1001 inmuebles declarados en condición de inhabitable hace casi 60 años. Es así como un incremento de la inversión pública y la llegada de la inversión privada permitirán una mayor ejecución de proyectos ya planificados y, entre otras acciones de revitalización, la apertura de negocios compatibles con esta parte en la ciudad -desde cafeterías, restaurantes, hoteles y cines hasta institutos, escuelas, clínicas y bancos- que dinamicen su economía y revalorice sus espacios. En casi cuatro años, un proceso de recuperación ejecutado íntegramente con recursos públicos ha logrado cambiarle el rostro al CHL. Imaginemos lo que se puede lograr con la compañía de una inversión privada responsable y respetuosa de nuestro patrimonio.
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