Alonzo Vega es un artista con obras muy particulares en las que el significado de creatividad transciende más allá de nuestra imaginación. El próximo viernes 13 de octubre, en una de las casas del Museo Pedro de Osma, expondrá su segunda muestra, “Blooming Battles”, un tributo a la resiliencia y a la belleza que emergen en momentos desafiantes.
Por Ginger Astete Fotos Briam Espinosa
Alonzo Vega creció rodeado de grandes figuras del mundo artístico, teniendo como gran referente a su tío, Rafael García Miró, quien es artista plástico. En su trayectoria, han destacado las propuestas peculiares y un enfoque por romper con lo establecido. Entre el street art y el lenguaje pop, el artista ofrece una gama de combinaciones visuales muy particulares que le han permitido posicionar su trabajo en un contexto internacional.
Vega dice que con su obra rinde homenaje a los artistas que lo precedieron. Afirma, enfáticamente, que el suyo, como todo arte, no es original, solo auténtico. “Tengo más referentes artísticos que lo que un diccionario tiene de letras. Todo lo que Alonzo Vega tuvo su primer contacto con el arte en el colegio. Su dibujo fue el más abstracto de la clase, pero escondía un significado muy personal. veo, escucho o incluso saboreo, intento meterlo en mis obras. ¿Por qué limitarse a una paleta de colores cuando tienes todo el universo como inspiración?”, confiesa.
Los inicios de un artista contemporáneo y revolucionario
Su formación fue autodidacta. Su primer acercamiento al arte se dio en un salón de clases. Su profesor pidió un dibujo, y mientras todos mostraban los clásicos dibujos infantiles, él decidió poner sus emociones en papel.
“Cuando llegó el momento de presentar nuestros dibujos con la clase, cada uno explicó lo que su obra representaba. Cuando me tocó a mí, dije: ‘Esta es mi emoción, y todos los garabatos alrededor son mi cabeza confundida’. Todos se rieron, pero el profesor me dijo: ‘¡Muy bien! A veces, nuestras emociones pueden ser tan simples como un círculo naranja rodeado de caos’”, recuerda Alonzo.
Fue precisamente esta anécdota la que impulsó a Alonzo a dejar de seguir las reglas a la hora de expresarse, y dar a conocer una mirada diferente a los temas. “Me di cuenta de que no tenía que seguir siempre la corriente, y que podía expresarme de manera distinta incluso en el colegio. Fue una lección divertida y valiosa sobre la creatividad y la originalidad, aunque siempre he dudado de esta última, al igual que del sistema académico”, confiesa.
Incursionó en la pintura empleando soportes alternativos, como acrílicos, maderas, balas y casquillos. Su decisión lo llevó a mantenerse en constante experimentación, con soportes que aportaban al desarrollo de su trabajo. Pintó ocasionalmente durante toda su vida, pero no fue hasta los 30 años que lo empezó a hacer en serio. “Me intrigó la vida del artista cuando vi a un pariente al que simplemente no le importaba lo que pensara el resto del mundo. Traté por un tiempo de entender esa actitud inusual, y me di cuenta de que había algo refrescantemente liberador en ello. En este mundo, la mayoría de la gente vive con el radar del ‘qué dirán’ a todo volumen”, comenta Vega.
“Blooming Battles”: florecer en medio del desafío
Según Alonzo, su nueva exposición, “Blooming Battles” –la segunda después de “Butterfly Effect”, que tuvo lugar en enero de 2020– se diferencia de la anterior porque el hilo conductor entre las obras es ahora más lineal. “Expongo el estilo que más me ha gustado, y he seleccionado cada obra con detenimiento”, revela.
“Blooming Battles” es un tributo a la resiliencia y a la belleza que emergen en momentos desafiantes; es por ello que, a través de sus obras, se encarga de narrar historias de cómo la lucha y el conflicto pueden ser terrenos fértiles para el crecimiento y la transformación.
Asimismo, desafía las convenciones artísticas, tomando inspiración de influencias pasadas y transformándolas en expresiones únicas de su visión artística. Cada trazo y detalle en sus obras refleja la dualidad de la vida, donde la lucha y la belleza coexisten de manera sorprendente.
Para Alonzo, la “originalidad” en el arte es cuestionable, ya que abraza la idea de que toda creación artística se inspira en algo previamente existente en el mundo. Su exposición es un recordatorio de que el espíritu humano tiene la capacidad de florecer y encontrar belleza incluso en medio de los desafíos más arduos.
En “Blooming Battles”, la creatividad reside en la reinterpretación y transformación de lo que ya existe, dando vida a una celebración del presente que prospera gracias a las batallas que uno enfrenta.
Una creatividad sin límites
Alonzo Vega se ha dedicado a mostrar un diferente tipo de arte, gracias a su técnica –conocida como mixed media–, por sus personajes y por sus diversas fuentes de inspiración, que últimamente se han visto acrecentadas en el tiempo que pasa con su hijo, quien lleva su nombre. “Mi creatividad últimamente es como un árbol que crece gracias a las historias que cuento a mi hijo Alonzo. Me invento cuentos llenos de personajes y mundos, y luego, como el director del cuento, selecciono mis favoritos y los llevo al lienzo. Claro, una vez en el lienzo, les doy un giro que ni yo veo venir; es como cambiar la historia de un cuento de Winnie The Pooh por una película de combate”, dice entre risas. “Y en cuanto a la originalidad, bueno, ¿quién es su dueña? Yo creo que todos los artistas somos como chefs locos, tomando ingredientes del mundo y mezclándolos a nuestro gusto. Nadie inventa nada desde cero, solo nos inspiramos de lo existente, lo transformamos. Y eso es lo que hace que cada obra sea única. Así que sí, no creo en la originalidad, pero sí en las maravillosas creaciones únicas de cada artista”, concluye.
La muestra se exhibe en Montero Rosas 121 – Barranco.
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