El estreno mundial de la película peruana El Caso Monroy se dio en el 26 Festival de Málaga. Este 5 de octubre llegó a las salas de cine en el país y, a propósito de ello, COSAS conversó con el director Josué Méndez, la productora Enid “Pinky” Campos y con Wendy Vásquez que interpreta a Príncipe en la cinta peruana.
Por Walter Chunga
El 5 de octubre se estrenó en nuestro país El Caso Monroy, una película de Josué Méndez, que cuenta con la actuación estelar del primer actor mexicano Damián Alcázar y las actrices Wendy Vásquez, Liliana Trujillo, Grapa Paola, Silvia Majo, Olivia Manrufo, Maryloli López y María Zubiri. La trama de la cinta peruana gira en torno al personaje de Ronnie Monroy, interpretado por Alcázar, un empleado público que está a nada de jubilarse y que se reinventa en un nuevo oficio como tramitador para acercarse con secretas intenciones a las reclusas de un penal de mujeres, ofreciéndoles ayuda para su libertad.
COSAS conversó con el director de la película, Josué Méndez, con la productora Enid “Pinky” Campos de Chullachaki Cine y con la actriz Wendy Vásquez, quien interpreta a Príncipe en la cinta peruana que tuvo su estreno mundial en el más reciente Festival de Málaga.
Josué Méndez: “El desafío de la película fue encontrar el tono correcto, en qué momento debería sacar una risa y en qué momento no”
Esta historia se basa en una de las crónicas del libro de Marco Avilés, Días de Visita. Josué, al leerla, recordó a una tía que estuvo un tiempo en prisión y que él visitaba cuando era un adolescente. Gracias a esa vivencia, el cineasta conoció la mecánica del día de visita en una prisión, lugar en el que alguna vez escuchó que algunos hombres acuden hasta allí para conocer chicas.
“Ronnie Monroy es un personaje que me intrigó, fue una conducta que me pareció muy particular y me daba la oportunidad de, a través del personaje, contar esas historias que, adicional a las que comentaba Marco en su libro, también yo había conocido, escuchado, en la época en la que visitaba el penal. Tenía estos personajes, esas historias, dándome vueltas en la cabeza y este personaje (Monroy) daba la oportunidad de contarlas también. Así fue como todo cobró sentido”, contó Josué.
El director reveló que el desafío más importante de la película fue encontrar el tono del largometraje, no sabía en un primer momento cuanto de drama y comedia debía aparecer en El Caso Monroy, y esto supuso un aprendizaje muy importante para él. “Eso era para mí el aprendizaje, a eso era a lo que me estaba lanzando, a ver cómo hacer una película que trate sobre temas tan serios, que divague entre el drama y el humor. Existen en la película estos momentos en que el público se divierte, que se ríen de cosas que se suponen no son serias; para mí ese fue el desafío de la película y eso fue lo que se fue encontrando en la edición, el tono correcto, en qué momento debería sacar una risa, en qué momento no”, comentó el director.
Wendy Vásquez: “Hay muchos temas que están en el tramado de la historia, y cada persona se quedará con algo. Qué maravilla que así sea”.
La actriz interpretó a Príncipe en la cinta peruana. Wendy recuerda que hace un par de años la convocaron para el casting, momento en el que estaba embarazada de su segundo hijo. “El rodaje se atrasó y mi hijo se adelantó en llegar, así que cuando empezó el rodaje él ya tenía 2 meses, me acompañó todo el tiempo”, sostuvo.
Para Wendy es fundamental el cuestionamiento y la reflexión que genera El Caso Monroy. “Me quedo mucho más con la identificación, la risa, el cuestionamiento o la reflexión que la película pueda generar, que con un mensaje. Nuestro patético sistema judicial retratado, la idea de ‘libertad’, o la pregunta, quizá, ‘qué es la libertad’, y ‘cuándo, cómo y dónde vivo en libertad’, la soledad, la jubilación forzosa, la necesidad de ser útil. Hay muchos temas que están en el tramado de la historia. Cada persona se quedará con algo o conectará más o menos con esto o aquello. Y qué maravilla que así sea, y qué estimulante salir luego del cine a contrastar qué vi yo y qué pasó con otras personas. Me gusta pensar que hacemos películas para cuestionar y no para concluir”.
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Asimismo, destacó el compartir roles con Damián Alcázar por la excelente disposición y actitud del mexicano y el de sus compañeras de reparto a las que calificó de “excepcionales” y a las que admira cada vez más luego de ver la película. Además, resaltó el trabajo en la dirección de Josué Méndez. “No solo es un maravilloso, inteligente y talentoso director. Josué sabe pedir lo que quiere desde la apertura, la escucha y la empatía. Es tan exigente como sensible. Ha sido un placer trabajar con él”.
Enid “Pinky” Campos: “Me hubiese gustado que nos den más salas en los cines, que vaya a verla más gente, pero creo que el boca a boca está funcionando superbien”.
En 2013, Josué Méndez le presentó a Enid el proyecto El Caso Monroy. Tras ello, la productora leyó el libro de Avilés, una crónica que encontró muy interesante. “Ronnie Monroy es un agresor. Los agresores pueden estar muy cerca a ti, pueden ser tiernos por un momento. Sin embargo, no necesariamente todos los agresores son el diablo personificado. Cualquier persona puede llegar a ser un agresor, si no se tiene esa conciencia”, resaltó Enid sobre la trama de la película número 30 que produce.
“Me hubiese gustado que nos den más salas en los cines, que vaya a verla más gente, pero creo que el boca a boca está funcionando superbien”.
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Uno de los mayores retos para la realización del largometraje fue la elección del personaje principal. “Pinky” confesó que desde que leyó el guion pensó inmediatamente en el reconocido actor mexicano Damián Alcázar. “Es un actor tan versátil que puede irse del drama a la comedia y pasearse entre estos dos géneros. Desde que yo leí el guión siempre pensé en Damián, a quien ya conocía porque produje Magallanes. Desde que Damián se sumó a nuestro proyecto creo que todo empezó a caminar, con mucho más peso, me dio solidez”.
La productora se mostró muy contenta con los resultados. “Yo estoy muy orgullosa de la película y me siento orgullosa de haberla hecho con Josué, de haberlo acompañado, es muy lindo poder verla en los cines. Igual, cuando uno llega a esa etapa de la distribución es difícil porque tú sabes que el público peruano no acude masivamente a ver una película de este tipo, entonces siempre es difícil la comercialización de la película. De hecho, me hubiese gustado que nos den más salas en los cines, que vaya a verla más gente, pero creo que el boca a boca está funcionando superbien”.
Campos también resaltó la importancia de la asistencia a la primera semana de estreno porque es determinante para que en las posteriores semanas se habiliten más salas de cine en el país.
“Es importante que el público peruano vaya a las salas a ver películas peruanas porque esta película está superentretenida y es un género que se le dice comedia triste. Es importante porque es una crítica muy fina a la justicia, al sistema judicial peruano y también toca otros temas importantes que son importantes de ver y reconocer”, resaltó Enid “Pinky” Campos.
El caso Monroy cuenta con la producción de Enid “Pinky” Campos de Chullachaki Cine, coproducido por Gema Films (Argentina) y Tondero (Perú). Ha sido realizada con el apoyo del Ministerio de Cultura de Perú – DAFO, el Programa Ibermedia, el INCAA (Argentina) y Visions Sud Est (Suiza). Y ha contado con la producción asociada de La Plaza Media.
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