Diego Hidalgo nos habla de su centro cultural «Casa Bulbo», un espacio en el que la fiesta y el arte se juntan para darle vida a una comunidad de artistas contemporáneos.

Por Ariana Cortez

En una esquina de Barranco, rodeada de casas antiguas, Casa Bulbo abre sus puertas todas las noches desde hace dos años. Muchos hemos ido algún fin de semana a disfrutar de los conciertos de música electrónica mientras que disfrutamos de sus cocteles; sin embargo, el proyecto de Diego Hidalgo e Isabel Elías va mucho más allá de la difusión musical. Casa Bulbo es, tal vez, el centro cultural más divergente de la ciudad: arte y fiesta convergen para crear una experiencia única. Por ejemplo, los miércoles tienen la “Noche de las creadoras”, un proyecto gestionado por mujeres en el que un grupo de artistas de independientes realizan presentaciones de teatro, danza o literatura.

“Hay una enorme necesidad de espacios que apuesten por el desarrollo de una identidad cultural contemporánea propia”, nos cuenta Diego Hidalgo, DJ y director de la casa. Esta ha sido la misión con la que surgió el proyecto en el 2013, con una serie de fiestas itinerantes que buscaban financiar sus actividades culturales. Ahora, con un espacio ya establecido, Casa Bulbo encuentra en el movimiento nocturno la oportunidad perfecta para construir una comunidad de artistas contemporáneos y disidentes.

Casa Bulbo

«La Fiesta Bulbo siempre fue la excusa para poder presentar cosas de teatro, danza, artes plásticas y artes escénicas.»

La propuesta de gestión cultural de Casa Bulbo es muy particular, el arte y la fiesta conviven en un mismo espacio ¿Qué te llevó a guiar el espacio por este camino?

Casa Bulbo cumple dos años en noviembre, pero Bulbo como proyecto tiene 10. Fundamos Proyecto Bulbo en el 2013 con mi socia Isabel Elías, con la intención de ser un proyecto de gestión cultural con un espacio propio, pero cuando todavía no lo teníamos, empezamos a hacer la fiesta Bulbo para construir un público, y porque la fiesta crea disposición en las personas para disfrutar de cosas nuevas. La Fiesta Bulbo siempre fue la excusa para poder presentar cosas de teatro, danza, artes plásticas y artes escénicas. Siempre nos hemos apoyado en cultura contemporánea y en el uso de tecnología, como la música electrónica y artes digitales. El objetivo ha sido ese, ser un proyecto de gestión cultural que se sostiene con el  entretenimiento.

Además la cultura electrónica casi siempre es relegada a los espacios alternativos, a los márgenes de lo oficial

Hay un estigma raro con la noche. A veces nos olvidamos que la noche es por excelencia el mejor momento para la difusión de cultura. Al teatro vas de noche, a una exposición vas de noche, a un concierto vas de noche, es el espacio donde el público tiene tiempo de consumir cultura porque el resto del día está con familia o trabajo. Es raro estigmatizar la música electrónica o cualquier cosa porque sucede de noche. No estamos limitados a música electrónica, somos conocidos por ello, pero también buscamos fortalecer el movimiento de cultura contemporánea y presentar una Lima fuera de su tradición.

«La noche no es sólo salir a olvidarte de quién eres, sino acordarte también de ti mismo.»

Tú eres DJ también. Lo que uno pensaría intuitivamente es que Casa Bulbo se enfocara en la música nada más, pero involucra un montón de disciplinas. ¿Por qué?

Porque la noche tiene su momento para todo. La música electrónica se disfruta en la noche. Las artes escénicas un poco más temprano. Exposiciones plásticas, espacios de investigación y desarrollo, también trabajamos con bandas de indie, folk y otros géneros. Como casa cultural no podemos limitarnos solamente a una sola cosa. Tenemos mucho espacio. Somos un equipo con capacidad de hacer mucho más para quedarnos solamente con solo un movimiento cultural.

Por ejemplo, tienen la noche de las creadoras, en la que vienen artistas mujeres independientes y jóvenes. ¿Ustedes piensan en Bulbo como un espacio para personas que no consiguen representación en otros lugares?

Si no estamos para eso, ¿para qué existimos? Y hay otras noches que están enfocadas en otros grupos. Tenemos otro proyecto que se llama Cenital, que investiga sobre otros proyectos desde Casa Bulbo para Casa Bulbo. Se ensaya desde cero acá, se investiga desde cero acá. Puede ser lo que sea. Por ejemplo, el sábado tenemos Ballroom, una competencia de drag queens, con jueces de afuera y varias categorías y varios concursantes, y a veces hacemos conciertos de jazz también.

¿Cómo es la experiencia bulbo?

Sentimos que hay poco apetito por preguntarse qué más hay en Lima. ¿Qué otra cosa puedo hacer que no sea lo mismo de todos los viernes? Y en ese sentido, buscamos que cada noche tenga su propio contenido. Por ejemplo, tenemos la noche de las creadoras los miércoles. El aire permite poner estructuras para hacer circo u otras cosas. Siempre trabajamos con artistas, más allá de los DJs. Desde la fiesta hacíamos eso, pero ahora en Casa Bulbo es más notorio. Además, como presentamos todo tipo de arte, acá encontramos a todo tipo de persona también. Vienen personas de distintos distritos, de distintas edades, de distintos gustos, y se crean diálogos interesantes. Incluso los artistas comparten con su público, lo cuál no es muy común.

Casa Bulbo

«A esta ciudad le faltan espacios que apuesten por aquellos proyectos independientes que las instituciones más grandes ignoran.»

Entonces podemos hablar de una propuesta que además busca reducir el espacio que separa a los artistas de su público?

Sí, el espacio no acaba cuando termina la función. Abre la posibilidad de generar una relación entre el público y el artista. El público puede hablarle de qué le pareció la obra, qué no le gustó, qué sí le gustó. Este espacio de intercambio es importante para la creación.

 ¿Y dónde nace tu compromiso por el arte?

Arte, cultura y educación van de la mano, es lo que Lima necesita. A esta ciudad le faltan espacios que apuesten por aquellos proyectos independientes que las instituciones más grandes ignoran. Queremos construir una identidad contemporánea que no sea réplica de algo que funcionó afuera, sino que nazca y sea transmitida por nosotros. La noche no es sólo salir a olvidarte de quién eres, sino acordarte también de ti mismo. Una obra de microteatro puede tocar algún lado de tu corazón o hacerte reflexionar sobre algo. Son espacios breves pero importantes. Y el resto del tiempo, se celebra.

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