El coreógrafo canadiense Jean Grand-Maître estrenará su trabajo artístico en el centro histórico gracias a colaboración con el Ballet Municipal de Lima
Por Belén Medina Pizarro Fotografía Briam Espinoza
Del 26 de septiembre al 08 de octubre, las melodías de Georges Bizet y las canciones de Elton John se encontrarán en el corazón de la capital. De la mano del coreógrafo canadiense Jean Grand-Maître, el Teatro Segura será hogar de las tragedias sevillanas y los desafíos surreales de la fama representadas por el Ballet Municipal de Lima.
El primer número, Carmen, ha sido presentado con éxito en varios países, pero la Suite Elton John realizará su estreno mundialmente en Lima, Perú. Es una breve obra que surge de Love Lies Bleeding, un reconocido ballet-pop que Grand-Maître desarrolló hace 14 años y contó con el respaldo del Rocket Man en persona.
Jean Grand-Maître tiene una gran trayectoria en el mundo del ballet. Se formó como bailarín en L’École supérieure de Danse du Québec y, durante 20 años, fue director del Ballet de Alberta, en Canadá, hasta su retiro en 2022. Ha trabajado en diversos lugares, como la Ópera de París, Milán, Múnich, Oslo, Toronto, Philadelphia, Cuba y China. Aparte de Love Lies Bleeding, Grand-Maître ha compuesto otro reconocido ballet-pop, PHI: Music by David Bowie. Junto a la fundación del fallecido cantante, el coreógrafo estrenó en 2022 esta obra basada en la música del artista. En esta entrevista con COSAS, el artista nos cuenta sobre su carrera y la creación de Carmen y Suite Elton John.
¿Cómo te iniciaste en el mundo del ballet y las artes?
Por John Travolta. Vi Saturday Night Fever a los 16 años y me dije: me gusta bailar. Fui a mi primera clase de ballet y me tomaron. Antes de bailar, hacía karate. Empecé en el ballet cuando tenía 17 años. Muy viejo. Como empecé tarde, nunca fui un solista, siempre fui un corps de ballet, un buen compañero masculino. Como no tenía mucho potencial de solista, decidí que iba a ser coreógrafo. Me sentía más cómodo coreografiando que bailando. Solo por 8 años fui bailarín profesional.
Cuando terminé la escuela de ballet, tenía 22 años y ya estaba creando ballets para los estudiantes. Desde entonces, he trabajado con todos, con clowns, acróbatas, Cirque du Soleil, actores, cantantes de ópera, de pop, etc. También me involucré con el rock and roll y todo este aprendizaje me hizo un mejor coreógrafo.
¿Quiénes fueron los artistas más destacados con los que trabajaste?
He trabajado con varios cantantes. Joni Mitchell, K.D Lang, Sarah McLachlan. Para la fundación David Bowie hice una coreografía de un ballet sobre la música del artista. Para PHI, tenía una historia y debía encontrar las canciones que ayudaran a la narrativa. Necesité mucho tiempo para este ballet, pues tenía una proyección 3D, hologramas, etc. Se trataba sobre un personaje adicto al Internet, que es salvado y traído de vuelta a la realidad por una mujer. Bowie fue mi último ballet para el Ballet de Alberta.
¿Cómo es el proceso de hacer una coreografía?
Cada vez es diferente. Si dices que vas a hacer Romeo y Julieta, la música ya existe. Estudias la música y sacas tu interpretación. A veces, los coreógrafos son como los escritores y tienen que inventar todo. Otras veces, es un ballet abstracto sin historia, solo tienes la música y esa es la inspiración. A veces, son los bailarines la inspiración y quieres hacer un ballet para ellos.
Con Carmen, la inspiración fue el libro de Mérimée. La obra original es mucho más violenta y rica, pero la ópera es más limpia en comparación. No podía poner eso en el ballet, pero me explicó la historia y la cultura gitana. Así que, a veces, la literatura también me ayuda.
¿Cuándo surgió la idea de Carmen?
Cuando llegué al Ballet de Alberta, en el año 2002, ya la habían anunciado. Así que cuando me convertí en director, dije: ok, tengo que hacer a Carmen. Fue uno de mis ballets más exitosos por el drama y la fantástica música. Creo que la gente está interesada en el personaje de Carmen, porque no puede vivir su vida. Nadie quiere vivir una vida tan peligrosa.
¿Cómo es tu versión de Carmen?
Carmen tenía que tener mi propia visión, dado que es una obra prevalente en la cultura moderna. Creo que hay tantos modos para mirar a Carmen y, por eso, es eterna. Así que, mi Carmen es una mujer que fue colocada en la Tierra desde otro mundo. Su belleza y confianza van más allá de la humanidad. Nadie tiene su seguridad ni su fuerza de carácter. Así que fue colocada en la Tierra por una razón: para mostrar a los hombres, a los machos, de lo que son capaces de hacer. Ella no comete ningún crimen, solo les indica a los hombres que los cometerán y así lo hacen.
Cuando Don José conoce a Carmen, reconoce por primera vez lo que es ser emocionado. Por eso, creo que Carmen fue traída para mostrarle a los hombres lo que realmente les gusta por dentro y para mostrar lo que esta cultura de testosterona les hace a las mujeres. Siempre les digo a las bailarinas que van a interpretar que están representando a las mujeres que son abusadas por los hombres, las que son controladas y tomadas. Así como Escamillo, Don José y el Teniente quieren controlar a Carmen. Por eso, creo que es tan importante tanto la cultura moderna como en el siglo XIX. No es un problema de hace 300 años, es un problema hoy. Carmen sigue vigente, porque muestra cómo pueden los hombres convertirse en violentos. Siempre le digo a las bailarinas: baila por esas mujeres en el público, hazlo por ellas.
¿Cómo surgió la idea de Suite Elton John?
Empecé a hacer ballets pop porque mi compañía estaba buscando a un nuevo público. Elton John aporta a jóvenes y a viejos. Hay gente que ama a Elton John que tiene 60 años o 25 años. Y empecé a hacer, como les llamo, balletes de portret. Portret de Elton John, portret de David Bowie. PHI no era un sobre de la vida de Bowie, sino de su música. Pero el de Elton, Love Lies Bleeding, era un retrato de los desafíos de su vida.
El asistente de Elton, Michael Hewitson, me llamó y me dijo: él sabe que estás haciendo ballets con música pop. Entonces, él dijo: quiero que utilices mi vida para enseñar a la gente sobre la bulimia, sobre la adicción, sobre la represión, el SIDA.
Trabajé durante 6 meses en un libreto, la música y la coreografía. El personaje principal se llamó Elton Fan y revivió la vida del cantante. Después de medio año, Elton John lo vio y dijo que fue maravilloso. Cuando le dije que iba a Lima para estrenar una suite que ayudaría a la fundación para el ballet, accedió a las 24 horas. Escribió un texto para la obra, que lo vamos a poner durante la función. Así que, está muy emocionado por el show en Perú, porque no es solo un resumen el ballet en 30 minutos, sino porque cuenta también con las palabras y bendiciones de Elton. Es un estreno mundial.
«Love Lies Bleeding» es sobre represión, bulimia, adicción y homosexualidad. ¿Todo ello va a ser contado en la Suite?
Sí, todo, aunque no literalmente. No todo es claro, pero se puede ver la trama. Durante la obra, Elton Fan es una estrella que conoce a sus demonios, casi muere y luego es salvado. Al final, tengo un pas de deux para dos hombres, pero no se tocan ni besan, porque sé que el público aquí es un poco más conservador. Hago eso en cada país que voy. Si hago Carmen aquí o allá, tengo que adaptarla. Pero entiendo que es absolutamente importante entender a tu público. Todavía entenderán la historia, pero no estoy ahí para provocarlos. Aunque, sí tiene un poco de provocación, porque es rock and roll. Es David Bowie, es Elton John. Estoy trabajando muy de cerca para ver qué es aceptable y qué no.
Tus ballets son conocidos por su teatralidad ¿cómo se refleja esto en ambas obras?
A veces trabajo con 8 o 9 diseñadores en un baile. Uno diseña el sonido, otro los pasos, otro el vestuario, otro el maquillaje y otro el video. Ambos bailes son multimedia. Me gusta trabajar con diseñadores, porque me empujan a formas a las que nunca iría. Trabajo con personas fuera de la danza, porque tienen nuevas ideas.
Cuando empiezo una narrativa, quiero que todos me ayuden a contar la historia. A veces es bueno solo tener bailarines en una caja negra, pero cuando empiezas a contar una narrativa, tienes que pensar cómo lo vas a contar en un modo moderno. Por eso, estos ballets son muy barrocos.
Aparte de la historia de «Carmen» y «Suite Elton John», ¿qué es lo que buscas transmitir con tus obras?
Con Elton, quería que la gente se divierta mucho. Aunque el tema sea serio, es Elton John. La música es increíble y los ritmos son encantadores. Quería que la gente pensara, pero que también pasara un buen rato. Además, quería que vean el ballet de una manera diferente. Con Carmen, quería que la gente saliera del teatro pensando que, si tuvieran un poco de Carmen en sí, podrían decirle a su violento marido que se vaya al infierno. Y no soy yo quien transmite eso. Son Mérimée, Bizet y el arte.
¿Qué le dirías a alguien que nunca ha visto ballet?
Uno escucha música todo el día. Escucha a gente hablando todo el día. Si vas al teatro, te siguen hablando. Si vas a un concierto de música, sigue siendo solo música. Pero una cosa que no ves todo el día es la danza. Deben venir y descubrir algo que nunca han visto. Así que, si encuentran su vida repetitiva, aburrida, vayan a ver el ballet. Tal vez estarán sorprendidos con lo que sentirán.
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