El escritor y dramaturgo peruano compartió sus reflexiones respecto a las circunstancias sociales y políticas que marcaron el 2024. Asimismo, nos comentó sus impresiones respecto a la cultura y literatura.

Por Belén Medina Pizarro

Para Rafael Dumett, la literatura es un espacio idóneo para conectar con las fibras más profundas del alma. Dumett, escritor y catedrático, estudió Lingüística y Teatro en la Pontificia Universidad Católica del Perú, formación que se refleja en la estructura de sus obras. Ha escrito guiones y obras de teatro, y en 2018 debutó como novelista con “El Espía del Inca”. Este año, se alzó como ganador con el Premio Nacional de Literatura por “El camarada Jorge y el Dragón”, libro que relata la vida del controversial político Eudocio Ravines. Desde San Francisco, conversamos con él sobre problemáticas sociales y el rol de la literatura y la cultura, y además brindó algunas reflexiones de fin de año.

¿Cuál es su idea de felicidad perfecta?

Poder escribir a tiempo completo.

¿Cómo definiría la búsqueda de la felicidad en un contexto tan diverso y complejo?

Tengo muy claro que la dificultad es la norma y no la excepción. Y todo cuesta. Toda mi vida ha sido así, siempre todo ha costado. Y yo lo he entendido muy rápidamente, desde muy joven.

¿Qué momentos lo han marcado este 2024?

No son momentos, es el progresivo e inevitable e irreversible deterioro de las instituciones en el Perú y la victoria de Trump en los Estados Unidos.

¿Qué episodios cree que han tenido mayor impacto en la sociedad este año?

La sistemática llegada al poder de los más ineptos, la fragilización progresiva de la democracia, la condena irreversible del ser humano a su propia extinción.

¿Cuáles son las principales necesidades de nuestra sociedad actual?

Aprender a crear los instrumentos para hacer frente a los autoritarismos en alza, a nivel doméstico y a nivel político. No creo que esto sea viable, honestamente, pero por lo menos a nivel personal uno puede intentarlo.

Si pudiera cambiar algo del mundo actual, ¿qué sería?

Yo no sé qué le puedes pedir a un ciudadano en 1933, cuando ha subido Hitler al poder. ¿Qué puedes esperar?¿Qué objetivo concreto puede tener un ciudadano italiano en 1929, cuando ve el ascenso imparable de Mussolini? ¿Qué puedes hacer cuando un gobierno como el Perú puede sostenerse por dos años con una aprobación de 3% y con un congreso que tiene el 4%? ¿Dónde quedan todas tus ideas de democracia?

¿Cómo imagina que será la sociedad dentro de cincuenta años?

Creo que no existirá. Creo que el ser humano estará condenado a su extinción. No creo que cincuenta años, pero no me sorprendería que eso fuera en un poco más de tiempo.

¿Qué puede hacer un país para mejorar la calidad de su sistema educativo?

Tener la voluntad política de cambiarlo. Cosa que no existe. Hay gente realmente capacitada para poder hacer planteamientos. Pero llegó al poder una cáfila de criminales que han tomado el poder y han cambiado las leyes para que no haya ninguna regulación de ningún tipo.

¿Qué problemas de la historia peruana se siguen arrastrando hasta el día de hoy?

La atomización de las lealtades. La identidad nacional per se no es algo que realmente sea perseguido. Cuando una persona está luchando por sus derechos, está luchando por los suyos, no los del otro. Esta atomización de intereses hace justamente que sea imposible crear un proyecto colectivo.

¿Cree que la producción cultural puede ser un medio para el cambio social?

No, yo creo que puede ayudar a adquirir cierta conciencia personal acerca de los problemas, pero a estas alturas no veo en qué medida la conciencia de un problema puede ayudar a resolverlo.

¿Cuál es el papel de los escritores y artistas en contextos de crisis política o social, o es muy limitado?

Yo no soy nadie para imponer a otras personas lo que ellos quieran hacer con esta pulsión para crear, escribir o hacer esculturas, pero en mi caso yo lo tengo muy claro. Considero que una historia bien contada de cierta manera puede contribuir a una catarsis colectiva que puede curar una herida colectiva, una herida histórica.

¿La literatura debería visibilizar estas carencias o problemas sociales?

No sé si yo usaría la palabra “visibilizar”. Creo que si una historia te toca hasta lo más profundo de tu alma, ha cumplido su cometido. No pienso que uno deba simplemente operar en función de la posibilidad eventual del cambio social.

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