En entrevista con COSAS, la ganadora del Premio Campodónico 2025 comparte sus cuatro iniciativas sociales en salud auditiva, inclusión laboral, educación accesible y monitoreo ambiental, que hoy transforman la vida de más de 65,000 personas en el Perú.
Por: Alessia Carboni
Por “poner la tecnología al servicio de la sociedad”, Giannina Honorio, de 34 años, ha recibido el Premio Esteban Campodónico 2025, en la categoría Actividad Profesional Destacada, otorgado por la Universidad de Piura y la Clover Foundation de Nueva York. El jurado la reconoció por su espíritu emprendedor, su enfoque interdisciplinario y excelencia académica para brindar soluciones innovadoras.
En entrevista con COSAS, no se presenta como una de las jóvenes líderes tecnológicas más influyentes del país, título que ha consolidado tras reconocimientos como el MIT Innovators Under 35 (2023) y su presencia en el ranking de Las 50 mujeres más poderosas del Perú de Forbes (2025). Se presenta, más bien, como alguien que vio de cerca el dolor ajeno y quiso hacer algo al respecto.

A los 34 años, lidera cuatro iniciativas que hoy benefician a más de 65,000 personas en el país.
Sus proyectos sociales empezaron con momentos que recuerda aún con nitidez: un adulto mayor que dormía solo dos horas por el tinnitus, una madre que no podía comunicarse con su hijo sordo o un bombero que perdía audición sin saberlo. Frente a cada caso, la misma pregunta: ¿cómo la tecnología puede aliviar esto?
Y esa misión fue reconocida con el Campodónico, premio que desde 1995 distingue a profesionales cuya labor transforma vidas en el país, y que incluye USD 50,000, una medalla y un diploma de honor entregados en una ceremonia oficial: “Sentí que había personas a las que sí les importaba lo que estamos haciendo”, recuerda.

Honorio ha consolidado un modelo de innovación social basado en evidencia y colaboración multidisciplinaria.
Salud Auditiva
Su primer proyecto, Tinnitus Perú, nació mientras trabajaba en el sector privado. Atendía pacientes con tinnitus —ese zumbido persistente sin fuente externa— y pronto entendió que el problema no era solo físico, sino emocional: muchos no eran tomados en serio. “Como no es visible, no siempre hay empatía”, cuenta.
Para comprenderlos mejor estudió una maestría en Neurociencias en la Universidad Cayetano Heredia y trabajó con un equipo de otorrinolaringólogos, psiquiatras, psicólogos y terapeutas de lenguaje. Junto con médicas del Hospital Almenara desarrolló un dispositivo biomédico para la rehabilitación de tinnitus. “No tiene cura, pero sí podemos reducir su percepción y mejorar mucho la calidad de vida”.
Tinnitus Perú tiene tres establecimientos en Lima y pronto abrirá dos más: uno en Pueblo Libre y otro en Surco. Además, es el creador del primer sistema de teleterapia auditiva del país, que ha permitido que más de 3,000 pacientes, muchos de zonas rurales, accedan a tratamientos especializados.
Durante la pandemia, como directora de la Asociación Tecnológica del Perú, Honorio también lideró la implementación de mecanismos de bioseguridad que beneficiaron a más de 50,000 personas, experiencia que reforzó su enfoque de salud pública basada en evidencia.

Incluedu, uno de sus proyectos, democratiza el aprendizaje de lengua de señas mediante inteligencia artificial.
Lengua de señas con Inteligencia Artificial
El trabajo con pacientes sordos la llevó a descubrir otra brecha crítica: en el Perú solo existen 23 intérpretes oficiales de lengua de señas y apenas el 20% de la comunidad sorda domina el idioma a nivel avanzado. “Había padres que no podían hablar con sus hijos; médicos que no podían entender a sus pacientes”, relata.
De esa realidad nació IncloEdu, una plataforma e-learning en la que una inteligencia artificial funciona como instructor de lengua de señas, enseñando la lengua de 15 países. Hoy tiene más de 4,000 estudiantes, entre ellos personas sordas, padres, profesionales de salud, profesores y servidores públicos.
“Para un instructor humano sería imposible manejar tantas lenguas de señas; una IA sí puede”, explica. El impacto es emocional y profundo: padres que por primera vez pueden conversar con sus hijos.

La ingeniera peruana trabaja para que la innovación sea una herramienta de igualdad y no de exclusión.
Inclusión laboral
Desde el contacto con la comunidad sorda y el Conadis, comprendió que la inclusión no depende solo de la educación, sino también de las empresas. Así nació YapaiKu, una certificadora inclusiva que capacita equipos, crea protocolos internos y acompaña inserciones laborales.
El 70% del equipo de YapaiKu está conformado por personas con discapacidad, quienes dictan capacitaciones y evalúan procesos como clientes incógnitos. “El valor está en la experiencia de quienes participan”, afirma.
La certificadora ha capacitado a más de 10,000 trabajadores y ha certificado a más de 300 empresas de diversos sectores, impulsando un estándar de inclusión que ya no debería ser anecdótico.

Su enfoque combina sensibilidad social, formación científica y una visión clara sobre el impacto de la tecnología.
Monitoreo ambiental
KHON Medidor Ambiental nació tras atender en Tinnitus Perú a bomberos, militares y trabajadores expuestos a niveles dañinos de ruido. Giannina conoce esa realidad: también es bombera. “Desde niña me llamaban la atención los camiones de bomberos y el sentido de comunidad”, recuerda.
KHON monitorea calidad del aire, intensidad sonora y radiación UV mediante un sistema de semáforos ambientales que funcionan como recordatorios para usar protección. Ha realizado campañas en parques, playas y espacios públicos en alianza con municipalidades, y su información contribuye a orientar políticas públicas en bioseguridad.

Kon Medidor Ambiental monitorea variables ambientales para prevenir riesgos en espacios públicos y laborales.
La ruta de su carrera
Honorio estudió Ingeniería Industrial en la PUCP, participó en grupos de investigación y trabajó en banca, retail e industria, especialmente en procesos químicos, cosméticos y electrónica industrial. Pero fueron los pacientes, no los laboratorios, quienes definieron su rumbo. “Muchos de los problemas que busqué resolver eran problemas con los que empatizé profundamente”, confiesa.

Su trayectoria destaca por abordar problemas reales de pacientes, familias y trabajadores expuestos a riesgos.
Ahora su objetivo es expandir Tinnitus Perú a más regiones, convertir YapaiKu en un estándar nacional, llevar IncloEdu a muchos más países y seguir fortaleciendo KHON para beneficiar a escuelas, compañías de bomberos y comunidades vulnerables. “Si la inteligencia artificial no incluye, solo va a automatizar la desigualdad”, advierte.
En su historia, la tecnología no es fría ni distante. Es un puente. Y allí radica su mayor aporte: demostrar que la innovación, cuando nace de la empatía, puede sentirse como un gesto profundamente humano.
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