Durante las últimas semanas, se había ganado diversas y numerosas antipatías tras excusar las declaraciones racistas y homofóbicas de Donald Trump. Ahora, superada la contienda electoral, Clint Eastwood regresa a la labor que menos críticas negativas le ha traído. De vuelta a la dirección, esto es lo que dice acerca de “Sully”, su última película, y sobre los retos que tuvo que afrontar a causa de ella.
¿Por qué crees que es tan inspiradora la historia del capitán ‘Sully’ Sullenberger, quien llegó a realizar un “aterrizaje” sobre las aguas del río Hudson?
Lo que más me sorprendió cuando leí el guion por primera vez fue que Sully era un verdadero héroe americano, alguien que consiguió lo correcto en el momento correcto y que se adaptó a lo que tenía en frente. Y el hecho de que algunas personas trataran de decir lo contrario muestra que él tuvo que sobreponerse a muchas cosas que quizá no había anticipado. Todo el mundo se anticipa a lo que podría pasar si pierdes el poder. Yo conduzco helicópteros, y uno tiene que estar viendo siempre dónde aterrizaría si es que algo sucede. Es la misma idea con los pilotos de aerolíneas, aunque ahí tienes mucho más respaldo.
Este es tu primer filme con Tom Hanks. ¿Qué te llevó a elegirlo para el papel de Sully?
Sabía que era muy buen actor. He seguido su carrera por muchos años y lo he visto llevar a cabo actuaciones muy buenas. Y siempre es bueno cuando ves que sale bien el trabajo en el que todos estamos envueltos. La primera vez que ves a Tom hablar en la piel del personaje, piensas: “Está bien, me lo creo”.
¿Hubo algún detalle de su trabajo que te sorprendiera como director?
Tom es increíble. Es el sueño de cualquier director. Es muy eficiente y conoce muy bien su trabajo. Y, claro, he trabajado con muchos otros grandes actores y mucha gente eficiente, pero nunca con nadie que lo sea tanto como él. Es magnífico. Siempre está bien preparado y sabe lo que hace. Creo que estuvo espléndido con nosotros.
Aaron Eckhart interpreta a ‘Jeff’ Skiles, el copiloto de Sully. ¿Cómo trabajaste con ellos para que la relación que había entre ambos personajes nos hiciera sentir lo que estaban atravesando?
Ellos simplemente lo hacían (se ríe). Lo bueno es que se trataba de un guion bien escrito. El guionista fue muy diligente en cuanto a su investigación para saber exactamente qué pasó y cómo pasó. Y nosotros tuvimos al verdadero Sully ahí. Él escribió un libro sobre lo ocurrido, y es bastante minucioso. Así que todos los detalles estaban presentes. Lo único que teníamos que hacer era montarlo y hacerlo verosímil. Y eso fue muy difícil, porque es imposible conseguir otro avión y hacerlo “aterrizar” de esa forma; así que ue necesario combinar distintos efectos especiales para que todo funcionara en conjunto y poder recrear esos 208 segundos con toda la tensión y el poder que tuvieron en realidad.
Y, para hacer eso, ¿cuáles fueron los retos más grandes?
Luego de leer el guion, quise imaginarme qué hubiera sido lo peor que habría podido pasar en ese momento. Después tuve claro que quería realizarlo como si se tratase de la secuencia de un sueño, para así mostrar al público la tragedia que pudo haber sido y, al mismo tiempo, enseñarle todo lo que pasó por la mente de Sully. Eso sirvió como un inicio. Luego vemos los problemas que tuvo Sully explicando en las audiencias todo lo que ocurrió, porque había gente que quería saber cómo y por qué habían perdido un avión de sesenta millones de dólares. Por suerte, los actores entendieron todo esto. Estoy muy orgulloso de ellos.
¿Cómo fue el día de la filmación dentro de un verdadero Airbus A320?
El avión que tuvimos era exactamente como el que voló ese día. Tenía el mismo color… todo, no podías notar la diferencia. Ese tipo de aviones quedan fuera de servicio luego de cierta cantidad de horas, así que compramos uno. Lo pusimos dentro de un tanque de agua y todo encajó.
¿Y cómo fue el día en el que el verdadero Sully los visitó? ¿Qué sentiste?
Para mí, lo curioso fue estar ahí sentado, pensando qué debía sentir él al ver todo eso (risas).
