La complicidad que existe entre Adrián y Gustavo se deja ver en las bromas que se hacen constantemente y en los elogios que tiene cada uno sobre el trabajo del otro. Más que compañeros de trabajo, son amigos. Se conocieron hace tres años, mientras Gustavo hacía el papel de ‘Negro Vallano’ en la obra La ciudad y los perros, dirigida por Edgar Saba. Cuando Adrián, quien ya trabajaba en el borrador de su segunda película, lo vio actuar, encontró en el joven actor la profundidad que estaba buscando para el film. “¿Cómo que profundidad?”, pregunta Gustavo, extrañado por lo que acaba de escuchar. Adrián sonríe y se toma una pausa para pensar bien su respuesta.
“A la hora de hacer una película existen muchos factores, como la intuición y la lógica. Yo vi algo en él que iba más allá de las palabras que decía”, responde. Por ello, le ofreció ser parte del elenco y le dejó el borrador del guion. Gustavo, apenas lo leyó, no lo pensó dos veces. “Lo primero que me enganchó fue la cuestión onírica y los temas que tocaba, como la orfandad. Pero, más que nada, no desaprovechar la oportunidad que me presentaba la vida en ese momento”, cuenta. “Cual esposa templada, le di el sí”, bromea Gustavo, y ambos lanzan una carcajada.
El soñador cuenta la historia de Sebastián, más conocido como Chaplin, cuya familia adoptiva es una pandilla de jóvenes y niños callejeros. Para darse un descanso de la vida criminal, Chaplin comienza a deslizarse en un mundo de sueños donde puede escapar de su realidad y proteger a Elisa (la protagonista femenina, interpretada por Emilia Tenaud), de quien está enamorado. Pero los límites entre la realidad y la ilusión terminan volviéndose cada vez más difusos.
No es la primera vez que Adrián apuesta por un mundo surreal. El limpiador, su ópera prima, tuvo una temática similar. Sin embargo, según la crítica, esta nueva película se sostiene en un idioma más espontáneo, tanto argumental como visualmente. Para el director, el público limeño tiene ganas de ver buen cine, emocionarse y conmoverse. “El Soñador tiene una gran capacidad de conectar con el público. Es una historia de amor y aventura, con actores jóvenes, envuelta en un mundo mágico y surreal”. Adrián también piensa que falta apoyo a las producciones peruanas. “Es cierto que mientras más salas tengas hay más oportunidad de llegar a la gente, y pasa que muchas películas no tienen esa oportunidad. Si yo pudiese manejar el mercado…”, expresa. Tal vez la historia sería diferente.
El estreno mundial de la película en la Berlinale, a comienzos de este año, y su participación en los festivales de cine de Bogotá, Sao Paulo, Chicago, Neuchâtel, Bucheon y Lima, donde se llevó el premio a Mejor Película Peruana, auguran una buena acogida para su estreno en las salas de cine este 26 de enero.
“En mi corta carrera como actor, he tenido el privilegio de hacer televisión, teatro y cine. Y definitivamente me quedo con el cine, porque unifica a todas las artes. Además, la experiencia al grabar El soñador ha sido muy bonita”, cuenta Gustavo. Uno de los planos que más le gustó fue el que grabaron en el desierto de Ica. “No me imaginé que lo ibas a hacer así”, le dice a Adrián. “Al verlo se me escarapela la piel, porque es el momento de la película donde uno más se conmueve”. Luego, recuerda otro momento cumbre: la escena en Ticlio, a casi 5000 m.s.n.m. y bajo una granizada inesperada. “Hacía demasiado frío y yo solo tenía un polo y una casaca, pero dije ‘he aguantado tanto y lo he hecho con todas las ganas del mundo, que estoy por buen camino’”, añade.
Para interpretar a Chaplin, Gustavo afirma que solo se dejó llevar por el guion y trató de sensibilizarse con las situaciones que le ocurrían a su personaje. “Chaplin no es el típico delincuente. Es tímido e introvertido, y yo también tengo algunas cosas de mi personaje. Me gusta pensar mucho y puedo quedarme en silencio por horas”.
Ambos aguardan el estreno con optimismo, aunque Gustavo siente que falta una eternidad. Desde noviembre, vienen promocionando la película con un tour universitario en el que conversan sobre el proceso de creación con estudiantes de diferentes centros de estudios. “Con el tour hemos tenido una respuesta superpositiva. Nos demuestra que existe un público joven con mucha ilusión por el cine”, afirma Adrián. El sueño comienza a hacerse realidad.
Por Paloma Verano
Foto abridora de Javier Zea
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