«Nuestras vidas empiezan su fin el día que callamos sobre las cosas que importan», dijo alguna vez el hombre que soñó con un país unido por sobre el racismo. Hoy, feriado nacional en Estados Unidos, se celebra el nacimiento de Martin Luther King Jr., y Donald Trump, presidente electo del país del norte, se reunió con el hijo mayor del histórico líder negro hoy temprano en la Torre Trump, su actual centro de operaciones.

Aunque la reunión fue privada, se sabe que el tema a tratar era la votación y cómo acercar a más estadounidenses a las urnas. Martin Luther King III ha perseguido por años establecer un tipo de identificación por foto que permita a mayor cantidad de votantes participar en el proceso democrático, sin pasar por el a veces engorroso trámite de registrarse en estados donde el racismo todavía persiste en las instituciones públicas. Es una de las luchas en las que estuvo involucrado su padre, cuando marchó por diferentes ciudades del sur donde la ley del país mandaba a que los ciudadanos negros tuvieran derecho al voto, pero los empleados públicos blancos bloqueaban cualquier intento de registro.

El tema es especialmente controversial por dos motivos. Primero, porque la mayoría de votantes, negros y latinos, a quienes la medida favorecería, son los mismos que no hubieran votado por Trump. De la población afroamericana, 89% mostró apoyo a Clinton frente al 8% que declaró una intención de voto hacia el líder rubio. Además, el partido republicano es uno de los que ha apoyado varias iniciativas estatales para dificultar el voto popular, especialmente tras la elección de Barack Obama. 

La segunda razón la puso Trump mismo. 

«El congresista John Lewis debería pasar más tiempo arreglando y ayudando en su distrito, que está en pésimo estado y cayéndose a pedazos… (sin mencionar infestado de crimen), en lugar de estar falsamente quejándose de los resultados de las elecciones. Pura palabrería y cero acción o resultados. ¡Triste!» – Donald Trump

Los tuits vinieron luego de que Lewis cuestionara la legitimidad de Trump, quien fue superado por Clinton por casi 3 millones en el voto popular. Resalta, especialmente en este fin de semana, central para la historia negra americana, llamar a Lewis «pura palabrería y cero acción». El congresista caminó junto a Martin Luther King en la famosa Marcha sobre Selma, y sufrió la brutalidad policial en carne propia. Es uno de los más reconocidos héroes en la lucha por los derechos civiles y bastión sobre el que descansa el legado de MLK. 

La Marcha sobre Selma, con el doctor  King al centro. John Lewis es el primero desde la izquierda.

En un intento por calmar las aguas, el presidente electo tuiteó: «Celebren el día de Martin Luther King y todas las maravillosas cosas por la que luchó. Hónrenlo por ser el gran hombre que fue»

El mensaje queda corto especialmente con la historia del partido republicano intentando «blanquear» la imagen del líder negro. Martin Luther King llamó a la lucha y a la desobediencia civil en un país donde ahora se habla de ilegalizar las protestas. MLK enfrentó la brutalidad policial en un lugar donde hoy la policía está exenta de rendir cuentas cuando se trata del asesinato de negros o latinos, situación que ha generado movimientos como Black Lives Matter y Brown Lives Matter, que muchos seguidores de Trump califican de «terroristas». MLK fue una de las primeras voces en establecer la conexión entre capitalismo y racismo, y acusar al sistema económico del país se continuar sirviéndose de trabajo esclavo al mantener a una franja de la población imposibilitada de trabajar por un sueldo justo. Empresas de Trump han estado ligadas a la importación de latinos como mano de obra barata. 

MLK

Marcha negra sobre Washington, 1963.

El conflicto, además, viene en un momento crucial para los liberales en Estados Unidos. El día de la inauguración, 20 de enero, será también el de la Marcha de las Mujeres. Miles de mujeres, copiando las estrategias de MLK, piensan caminar sobre Washington en protesta contra el nuevo presidente. 

Por Alejandra Nieto