Conversamos con Pablo Larraín en Los Ángeles, donde se le nota tranquilo. Al parecer, poco a poco se está acostumbrando a cómo “funciona” Hollywood. Después de un abrazo, comenzamos preguntándole por “Jackie”, que describe las horas anteriores y posteriores al asesinato del ex presidente John F. Kennedy.
¿Cuál fue tu mayor desafío?
No soy estadounidense, por lo que me siento muy agradecido de haber sido invitado a dirigir esta película. Pero debo reconocer que el mayor desafío no fue dirigir una cinta hablada en inglés sino hacer una película acerca de una mujer. Todos mis filmes anteriores estaban anclados en caracteres masculinos. Para mí fue muy profundo intentar entender esta sensibilidad distinta. Veo la película como la historia de una madre, una historia muy hermosa sobre una mujer que, luego de la inmensa tragedia que le toca vivir, al final protege a todos los demás.
¿En qué momento te ofrecieron dirigir la cinta?
Me encontraba en Berlín presentando “El club” cuando conocí a Darren Aronofsky, que era presidente del jurado, y me invitó a dirigir “Jackie”. Unos días más tarde me envió el guion. Lo encontré increíble, fascinante.
¿Por qué elegiste a Natalie Portman para el papel principal?
Estoy seguro de que muchas actrices hubieran estado excelentes en el papel, pero no pude imaginar a nadie más que a ella. Conocemos muchas cosas acerca de Jacqueline Kennedy, pero hay muchas más que no sabemos sobre ella; y con Natalie es igual, la rodea un misterio que es un ingrediente esencial de esta historia. Además, pienso que Natalie comparte la sensibilidad de Jackie, su elegancia, su belleza, su sofisticación, pero lo más relevante es esa sensacion de misterio que menciono. A veces piensas que mientras más cerca estás de una persona, más la conoces, pero en este caso es lo opuesto: aumenta el misterio, que creo reside en sus ojos abiertos a una galaxia desconocida.
¿Cómo fue trabajar con ella?
Creo que Natalie es una artista increíble, dispuesta a arriesgarse como lo hizo en esta película. Uno de sus desafíos fue interpretar a Jackie, lo que puede ser muy aterrador, y otro desafío mayor es hacer la cinta conmigo (bromea). Era mi primera película hablada en inglés. Trabajamos cada escena en conjunto y nos conectamos al hacerla, no hubo un arco de desarrollo, lo que es muy difícil para un actor, porque no sabe de dónde viene el personaje o dónde va. Pero Natalie lo logró con su interpretación, captando la voz de Jackie, sus movimientos, cómo caminaba, su esplendor y su elegancia.
A pesar de que la historia es real, le agregaste tu propia interpretación…
No es una cinta biográfica sino un estudio sobre la vida de una mujer. Sobre su duelo y acerca de cómo logró rearmar su país. Mucho de lo que se ve ocurrió en la realidad, pero otras escenas son ficción.
¿Es verdad que le pediste a Natalie que caminara repitiendo la frase “amo la belleza”?
Le pedí que la repitiera muchas veces entre escenas, pero no aparece en la película. Son cosas que no se ven en el filme, pero se sienten. A veces, en el cine, es importante verbalizar ciertas cosas para sacarlas después. Por lo menos, así trabajo yo. Creo que la belleza es algo imposible de atrapar. Si pudiéramos llevarla a casa, perderíamos el interés por ella.
¿Fue difícil realizar la escena del asesinato del presidente Kennedy?
Vi casi todas las películas acerca del tema y el video de Zapruder (el ciudadano que al grabar el paso del presidente Kennedy durante su visita a Dallas captó también, con su cámara casera, el momento preciso del magnicidio). Muchos han recreado este episodio en el pasado, un momento crucial para Jackie, muy duro, doloroso y violento, pero es justo el momento que cambió todo. Estábamos tan cerca de ella en toda esta historia que no encontré excusa alguna para no incluir la escena.
¿Ves algo en común entre los personajes de Jackie Kennedy y Pablo Neruda?
Tengo la idea imaginaria de que ambos se conocieron, me lo he preguntado varias veces. En una escena Jackie comenta: “Al menos John podría haber sido asesinado por alguien contrario a los derechos civiles, en lugar de por un tonto y pequeño comunista”. Paralelamente estábamos editando “Neruda”, que justamente es acerca de este gran poeta comunista. En ambas películas estamos en medio de la Guerra Fría. Hay muchas diferencias entre las dos cintas, pero tienen también cosas en común.
Por Yenny Nun
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