Comisionado Gordon, en la trilogía de Batman

Oldman suele ser recordado por interpretar a tipos malos (sean antagonistas o no), pero en la trilogía dirigida por Christopher Nolan no hace nada de eso. Como el comisionado Gordon, personifica la fuerza moral que sirve como rostro más visible en la lucha con la delincuencia y la maldad en una Ciudad Gótica que no termina de afianzar su relación con el hombre murciélago.

Sid Vicious, en Sid and Nancy

Con 28 años a cuestas, Gary Oldman se metió en la piel del desequilibrado músico que vivió solo hasta los 21. Con mucha habilidad, el actor captura la esencia más rebelde y desbordada del muchacho que se convirtió en un ícono del punk.

Drexl Spivey, en True Love

Gary Oldman no necesitó demasiados minutos en escena para entregar una de sus mejores apariciones. Porque es Gary Oldman, claro. En esta película, con una prótesis en un ojo y la cabeza cubierta de dreadlocks, se convierte en un enérgico e intimidante vendedor de drogas. Un detalle que no es menor: siendo inglés interpreta a un personaje de origen jamaiquino, lo que ha sido reconocido como uno de los mejores trabajos de dialecto y acento jamás conseguido por un actor. Otro dato (un poco irónico): después de interpretar a personajes con distintos acentos a lo largo de su carrera, ha confesado que tuvo que contratar a un coach que le ayude a volver a hablar con su acento original.

Stansfield, en Leon: The Professional

Desequilibrado. Drogadicto. Peligroso. Y, pese a todo, encantador. Así es el personaje con el que Oldman se las arregla para robarse las cámaras en la película que lanzó a la fama a Gary Oldman. Una interpretación, literalmente, inolvidable. Y la Academia la pasó por alto.

George Smiley, en Tinker Tailor Soldier Spy

En su único trabajo reconocido con una nominación al Oscar (¿sabían, por ejemplo, que Jonah Hill tiene dos?), Gary Oldman deja de nuevo a los tipos malos para convertirse en un detective retirado que va detrás de un espía infiltrado en el servicio de inteligencia británico. Con clase, estilo y solvencia, lleva sobre sus hombros la trama de la que es, también, una de las mejores películas de su filmografía. Imprescindible para confirmar su calidad y consagrarlo.

Por Omar Mejía Yóplac