Realizar los retratos fue también enfrentarse al peligro de Lima nocturna. “Era la adrenalina de tomar las fotos antes de que alguien venga a asaltarte”, acota el artista. Por eso, el fotógrafo tenía que ir acompañado de un guardaespaldas armado.
Realizar los retratos fue también enfrentarse al peligro de Lima nocturna. “Era la adrenalina de tomar las fotos antes de que alguien venga a asaltarte”, acota el artista. Por eso, el fotógrafo tenía que ir acompañado de un guardaespaldas armado.