No hay nadie más icónico que Ian McKellen. Ha sido Magneto en X-Men, Gandalf en la trilogía El señor de los anillos y en las películas de El Hobbit, y hasta ha encarnado a la que probablemente sea la mejor versión de Sherlock Holmes. Sin embargo, entre tanto trabajo extraordinario, hay un rol que muchos piensan debió ser suyo y él rechazó: Albus Dumbledore.
Hombre mayor, sabio y gay. Quizás ningún actor estaba tan cerca del maestro de Hogwarts como Ian McKellen. El primer Dumbledore fue Richard Harris, quien falleció poco después del estreno de la segunda película, Harry Potter y la cámara de los secretos. Fue cuando, en 2002, la productora se aproximó a McKellen con una oferta difícil de rechazar: convertirse en la figura paterna más querida de toda una generación de jóvenes muggles que crecieron educados por J.K. Rowling y las aventuras de Harry, Ron y Hermione.
¿Por qué rechazar el rol? En una conversación con el show HARDTalk, de la BBC, McKellen por fin se explicó: aunque estaba interesado en el papel y se veía como un buen Dumbledore, lo rechazó en un intento por honrar la memoria del fallecido Richard Harris. Harris había declarado que McKellen era «técnicamente brillante, pero sin pasión». Es por eso que Ian explica: «No podía tomar la parte de un actor cuya aprobación sabía no tener»
Michael Gambon terminó aceptando el rol de Dumbledore para las siguientes seis películas, mientras McKellen aceptó interpretar a otro famoso mago: Gandalf. Sin embargo, aunque el pasado no pueda cambiarse, todos sabemos que la famosa escena en la que Gambon grita sobre el nombre de Harry apareciendo en el cáliz de fuego, hubiera sido otra cosa en manos de McKellen.