La salida del ministro Alfredo Thorne es la tercera partida de un integrante del Gabinete Ministerial en menos de un año de gobierno. El llamado ‘Gabinete de Lujo’, como se le conoció al equipo inicial de dieciocho ministros de Pedro Pablo Kuczynski, podría incluso perder dos integrantes más, si el Congreso llega a censurar a los ministros Carlos Basombrío (Interior) y Patricia García (Salud).
Según los críticos, la falta de muñeca, el exceso de confianza, el hecho de no comprender la situación que heredaron, el fenómeno de El Niño y el caso Odebrecht figuran entre los principales problemas de la actual administración. No obstante, para Roberto Abusada, un economista con experiencia en el sector público, y amigo del presidente, la falta de diálogo con Fuerza Popular, para un gobierno que ganó las elecciones casi por casualidad, es el principal problema en esta situación de tensión cuyo resultado final es impredecible.
En diciembre del año pasado, en CADE Ejecutivos, tuvo oportunidad de intercambiar ideas con el ministro Alfredo Thorne, ¿Quién ha cambiado en política económica desde entonces?
Estaba de acuerdo con la mayoría de las propuestas del ministro, pero algo que me preocupaba entonces, y hasta ahora, es que este gobierno no ha incluido entre sus planes inmediatos una profunda reforma laboral, que agilice los sectores industriales donde sube y baja la demanda del empleo en función del contexto internacional, como son el textil y la metalmecánica, que generan mucho empleo pero que están sufriendo las consecuencias de la legislación laboral.
¿Son los sobrecostos el problema?
No, el problema es la dificultad para emplear y despedir.
Pero ¿no se precariza la estabilidad laboral con esa propuesta?
La Constitución, que protege los derechos laborales, dice que los trabajadores que son despedidos tienen derecho a una indemnización, que en el Perú no es mala. Ese no es el problema, el tema es que el Tribunal Constitucional (TC), por un enfoque equivocado, exige que se restituya en su puesto al empleado que ha sido despedido. Y eso, en ninguna economía moderna, funciona.
Llevar adelante ese tipo de reformas, por lo menos en el Congreso, sin hablar de la oposición que se puede generar en la opinión pública, exige mucho liderazgo…
Pero es una reforma que incluso le conviene a Fuerza Popular, que aspira a que Keiko Fujimori sea presidenta en 2021. Apoyan al presidente Kuczynski en la reforma y dejan que él se coma los sapos, y para el año 2021 recibirán un país con más empleo y crecimiento.
Pero la realidad es que no existe coordinación entre el gobierno y el Congreso.
Tenemos dos problemas. Por un lado, Fuerza Popular, con su mayoría en el Congreso, cree que ha ganado las elecciones. Por otro, el Ejecutivo no reconoce que ha ganado con las justas. En ese contexto, no puedes, como Ejecutivo, andar por la vida retando al Parlamento. Tienes que trabajar de la mano, y debería interesarle a Fuerza Popular, si todavía les interesa ser gobierno algún día.
¿Cuáles son los tres acuerdos más importantes que deberían tomar ambas fuerzas?
La reforma laboral, el nombrar al nuevo miembro del TC –que sea alguien pensante, que cambie ese fallo tan malo que malogra la política laboral– y promover un marco que potencie la calidad de la educación técnica. En todas partes del mundo los problemas laborales son complicados, pero los países exitosos, como Alemania, supieron generar consensos entre los políticos y los sindicatos. Gracias a esa concertación, que data de hace varios años atrás, ahora son el país más productivo.
Imaginemos que el diálogo sigue sin producirse entre el Ejecutivo y Fuerza Popular, que controla el Congreso, ¿Qué cosas sí se podrían hacer en materia de reformas?
Ninguna, ese es el problema. El principal error del presidente Kuczynski es haber creído que sería fácil gobernar, pero encontró una situación catastrófica, con una burocracia venida a menos, en la que no se puede hacer nada. Un ministro da una orden pero esta no pasa del tercer nivel. La cadena de mando está rota, lo mismo pasa en los gobierno regionales y locales. Me consta que el gobierno anterior manejó esto como le dio la gana.
¿Qué le consta?
Temprano en el poder, el señor Humala nos anunció que gobernaban “en familia”. La señora Nadine Heredia nombraba a ministros y viceministros a su antojo. Trataba incluso con el tercer nivel de la burocracia. Todos la hemos escuchado referirse a “mis ministras”. Delante de mí, funcionarios han recibido llamadas de Heredia dándoles órdenes. Es algo que le constaba a todo el mundo. En París, a un amigo, funcionario de la OECD, le dijo “mañana llegan mis chicos”, refiriéndose a dos ministros. Eso, ¿qué cree que le hace a la burocracia? La confunde y destruye cuando alguien sin cargo de gobierno se inmiscuye a ese punto.
Por Luis Felipe Gamarra
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