La obra del dramaturgo argentino Héctor Lévy-Daniel, Las mujeres de los nazis, se presentará en el Centro Cultural El Olivar hasta el 1 de noviembre bajo la dirección de Daniela Lanzara. A través de la historia de tres mujeres que desempeñaron un papel crucial en la Segunda Guerra Mundial, es posible conocer la faceta menos popular del nazismo. 

Por María Alejandra López / Fotos cortesía de Mario Colán

Macla Yamada, Denise Arregui, y Roberto Ruiz conforman el elenco de la obra.

En la película The Devil’s Mistress (2016) se narra una de las historias menos conocidas del nazismo: la vida de Lída Baarová, la famosa actriz checa que se convirtió en persona non grata en Alemania y fue condenada a muerte por ser una de las amantes de Joseph Goebbels, el famoso Ministro de Propaganda de la dictadura nazi.   

Daniela Lanzara junto al elenco de la obra.

Al igual que la historia de Lída, no todas las mujeres fueron víctimas del nazismo. Algunas de ellas, a diferencia de las que sufrieron las atrocidades del régimen, tomaron la decisión de apoyar la dictadura nazi de manera directa o indirecta. Justamente, la obra del dramaturgo argentino Héctor Lévy-Daniel busca contar la historia de tres mujeres que se involucraron con el horror de una época: Magda Goebbels, Irma Grese y Geli Raubal. A propósito del estreno de la obra en Lima, conversamos con la directora de esta puesta en escena, Daniela Lanzara.

¿Cómo encontraste el texto de Héctor Levy-Daniel?, ¿qué fue lo que más te marcó de la historia?

Encontré el texto de casualidad. Haciendo tiempo, entré a una librería y me puse a buscar títulos de teatro. Resignada a encontrar lo mismo de siempre, llegué a Las mujeres de los nazis. Lo leí esa misma noche e, inmediatamente, supe que esa era la obra que quería dirigir. Lo que más me gustó fue que habla de las mujeres desde una perspectiva distinta a la que estamos acostumbrados: no habla de mujeres vulnerables, sino de mujeres responsables. Las tres historias me capturaron por ser distintas y porque no se regodean en el morbo del sufrimiento y la tortura. La historia se centra en un punto de vista psicológico, ideológico, y emocional. Por otro lado, el nazismo y la Segunda Guerra Mundial me parecen temas apasionantes. 

¿Qué tanto sabías de la Segunda Guerra Mundial antes de iniciar esta puesta en escena?, ¿qué tanto has tenido que investigar para llevarla a cabo?

El tema me interesaba mucho. Cada vez que tenía la oportunidad, veía películas o leía algo relacionado a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, hay tanta información que nunca se termina, ¡y yo quería leerlo y verlo todo! Era imposible. Leí biografías y artículos, y vi documentales, entrevistas, películas y fotos. En algún momento me detuve, porque no íbamos a terminar con todo y teníamos que comenzar a ensayar. Si bien todo el equipo tenía una sed increíble por investigar, en un momento nos dimos cuenta de que debíamos ensayar y que la investigación debía pasar a segundo plano. 

¿Qué diferencia a estas tres mujeres (los personajes)?

Son mujeres que tienen la posibilidad de ejercer el poder desde esferas distintas. En el caso de Magda Goebbels, su desempeño es político: se convierte en una representante del Tercer Reich y es reconocida como un ejemplo de mujer aria -fundamental para el partido-. Por otro lado, Irma Grese llega a ser la encargada de los prisioneros en los campos de concentración de Auschwitz -tenía un cargo importantísimo al lado del doctor Mengele-. Ella disfrutaba torturando y sometiendo a las mujeres que estaban a su cargo. Y, finalmente, Geli Raubal, sobrina de Hitler y gran amor del líder, va tomando conciencia de lo que su encanto producía en las personas. Ella disfrutaba de paseos elegantes, salidas al teatro y un sinfín de regalos, además de la admiración de todos los que la rodeaban. Aquí vemos que las tres tienen una enorme necesidad por ser reconocidas y valoradas, y lo que las distingue es el ámbito en el que logran desenvolverse: la alta esfera política, el sadismo de los campos de concentración, y el lujo y la elegancia del ámbito social.

¿Qué es lo que el espectador podrá sentir hacia estas mujeres: cólera o simpatía?

Creo que es difícil no juzgar a estos personajes, porque existieron y cometieron actos muy graves. Sin embargo, algo que tenemos a nuestro favor, es que el texto se pone en los zapatos de cada personaje y te permite entender por qué podrían haber tomado las decisiones que tomaron. No busca justificarlas, sino que el espectador se cuestione qué hubiera hecho en esas circunstancias y así entender que no todo es blanco o negro. Nuestro trabajo al montar esta obra fue tratar de entender a cada personaje para así interpretar a seres humanos complejos, y no a villanos malditos a los que odiamos. Y, finalmente, lo que el público pueda sentir será su propia decisión. Creo que ahí está la clave. No imponer una opinión, sino dejar que el espectador se cuestione y saque sus propias conclusiones.

¿Cuál fue el proceso de elección de los actores?

La primera decisión que tomé es que las tres historias se iban a contar con un mismo elenco (en Argentina se hizo cada una con un director y un elenco distinto). Luego, comencé a pensar en nombres: lo importante era que cada actor o actriz tuviera la capacidad de interpretar a dos o tres personajes. Además, algo en lo que también pensé mucho, fue en llamar a personas que tuvieran las ganas de investigar conmigo: leer, ver películas, y de sumergirse y disfrutar del proceso. No quería que este fuera un trabajo más, y así encontré a los compañeros de viaje ideales.

¿Qué fue lo que más te ha enseñado el trabajar en esta obra?

Al ser mi primera dirección, creo que lo más importante para mí fue aprender a confiar en mi intuición y no tener miedo de tomar decisiones o de cambiar de rumbo si algo no funcionaba. Otra cosa fundamental fue elegir a un equipo de trabajo que no solo es bueno y eficiente, sino que está conformado por personas en las que puedo confiar y que a su vez confían en mí. El día del estreno pensé mucho en eso y sentí que había elegido a la gente correcta y eso es muy importante: encontrar a gente que confíe en ti, que se comprometa a contar una historia contigo y que cuando tengas dudas te dé el empujón que necesitas. Eso es una de las cosas que más he valorado: tener un equipo sólido que se comprometió profundamente conmigo y la historia. 

Las mujeres de los nazis

​Lugar: Centro Cultural El Olivar (La República 455, San Isidro). 
Temporada: martes y miércoles a las 8 p.m. hasta el 1 de noviembre.
Entradas a la venta en Teleticket de Wong y Metro.