Su nombre es Excelsior Pass y puede verificar a través de un código QR la fecha de vacunación de una persona así como el momento en que se realizó la última prueba molecular negativa de Covid-19.

Por Redacción COSAS

Vacuna Covid-19

A pesar de las críticas, la administración Biden está promoviendo la aparición de sistemas de comprobación de la vacunación de la ciudadanía.

Fines de marzo de 2021. El Washington Post informa que el Departamento de Salud y Servicios Humanos está “trabajando para desarrollar una forma estándar de manejar las credenciales (…) que permitan a los estadounidenses demostrar que han sido vacunados contra el nuevo coronavirus”. Pocos días después, en una reunión informativa sobre la pandemia en la Casa Blanca, Jeff Zients, coordinador de las medidas de contención del Covid-19 de la administración Biden, dijo que el objetivo de la administración era “ayudar a garantizar que cualquier solución en esta área sea simple, gratuita, de código abierto, accesible para las personas tanto en formato digital como en papel, y diseñado desde el principio para proteger la privacidad de las personas “. Desde entonces, el rumor de un pasaporte de vacunación rondaba por todo el mundo.

Pues bien, el dichoso pasaporte ya es una realidad en Nueva York. Su nombre es Excelsior Pass, ha sido desarrollado con IBM, y es la primera prueba de vacunación emitida por el gobierno en los EE. UU., aunque no será la última. Además de verificar la fecha de vacunación, Excelsior Pass tiene un código QR que los tomadores de boletos podrán escanear al asistir a un evento deportivo, cultural o de entretenimiento. No solo eso. El “pasaporte” también registra la fecha de la última prueba negativa de Covid-19.

¿Libertad o discriminación?

La recomendación de evitar viajes también incluye a aquellos que ya fueron vacunados.

El turismo también se vería beneficiado con la aparición del “pasaporte de vacunación”.

La idea de un pasaporte de vacunación ha generado un gran debate en los Estados Unidos. Sus más fervientes críticos argumentan que un documento de esta naturaleza es una amenaza a la libertad personal y agravará aún más la “desigualdad pandémica”, pues la tasa de vacunación entre los pobres es baja.

Sin embargo, el gobierno liderado por Biden se ha desmarcado de las críticas, y todo apunta a que seguirá promoviendo que diversos estados incorporen sistemas similares al de Nueva York, con el objetivo de reactivar la economía y permitir que las personas ya vacunadas puedan volver a realizar actividades “riesgosas” para los no vacunados.

En busca de la reactivación

Entre los más entusiastas con las medidas se encuentran la industria deportiva y de entretenimiento, pero también el sector educación. Incluso hoy, son varias las universidades de los Estados Unidos que exigen a todos los estudiantes una prueba de su vacunación para iniciar el semestre de otoño de 2021. De la misma forma, escuelas pequeñas como la Universidad Roger Williams en Bristol, Rhode Island, e instituciones grandes como la Universidad de Duke han seguido la misma línea.

Por su parte, el sistema de la Universidad Estatal de California exige que no solo los estudiantes, sino también el profesorado y el personal sean vacunados una vez que la Administración de Alimentos y Medicamentos otorgue a las vacunas su aprobación completa (a diferencia de la autorización de uso de emergencia actual). Brian Clark, portavoz de la Universidad de Brown, lo explicó de forma tajante: “La mayoría en el campus reconoce que cuanto antes se vacune la gran mayoría de nuestra comunidad, antes podremos volver a una experiencia universitaria más tradicional”

Playa concierto

La industria del entretenimiento ve en el Excelsior Pass una luz de esperanza para su reactivación.

E la misma forma, el sector turismo se entusiasma con la aparición de Excelsior Pass. De acuerdo con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen debido a que Estados Unidos está utilizando vacunas que han sido aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos, los estadounidenses podrían viajar a cualquiera de Países de la UE. Pero para hacerlo, tendrán que demostrar que han recibido una de las vacunas de Pfizer, Moderna o Johnson & Johnson. Es aquí donde el “pasaporte de vacunación” podría brindar facilidades para el libre tránsito internacional de los turistas estadounidenses, lo que redundaría en una rápida reactivación del sector.

¿Estamos frente a una medida que se extenderá en todo el planeta, o será en cambio una iniciativa piramente estadounidense? ¿El pasaporte de vacunación trastocará el tejido social del país y ahondará las brechas de desigualdad, o en cambio ayudará a reactivar la economía en un contexto de crisi mundial, brindando mayor prosperidad a los estadounidenses? Como lo ha demostrado la crisis sanitaria, lo más prudente es no jugar a ser adivino. Solo el tiempo y la experiencia brindarán luces sobre el futuro de esta novedosa iniciativa.

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