Tras el pedido del mandatario al Congreso, para que hagan una ley juntos con el fin de nacionalizar el gas de Camisea, el dólar se acercó nuevamente a los S/ 4. El economista Iván Alonso conversó con COSAS para explicar los perjuicios que causaría una medida de esas características.  

Por Salvador Sampén 

“Desde acá instamos al Congreso para que hagamos una ley conjunta sobre la estatización o la nacionalización del gas de Camisea. Es necesario darles a los peruanos lo que el pueblo ha producido”. Con esas declaraciones,  desde Bagua Grande, el presidente de la República, Pedro Castillo, remeció el ambiente sociopolítico nuevamente.

PEDRO CASTILLO - WEB

El presidente Pedro Castillo pidió al Congreso crear una ley conjunta para nacionalizar Camisea.

Como consecuencia, ayer, el tipo de cambio inició la jornada con una tendencia al alza que llevó el precio hasta los S/3.9974, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).

Ante este panorama, el BCR vendió directamente 108 millones de dólares para contener la tendencia al alza. Esto produjo que la divida norteamericana cerrara la sesión en S/3.988 en el mercado interbancario. Sin embargo, en Lima, en varias casas de cambio la venta se cerró en  S/4.001.

Confusión y caos

Mediante su cuenta de Twitter, el presidente Castillo anunció que su gobierno será respetuoso de la propiedad privada. Sin embargo, mencionó que la masificación del gas es una prioridad.

Ante esto, el ministro de Economía Pedro Francke lo secundó y «aclaró» que la «nacionalización del gas no significa la estatización de la actividad privada». ¿Qué?

El impacto de Camisea en la economía nacional 

Hace 20 años, gran parte de la generación de electricidad provenía fundamentalmente de centrales hidroeléctricas y del petróleo residual o diesel, un combustible muy caro. El economista Iván Alonso considera que el incremento de la calidad de vida de los peruanos ha mejorado mucho desde la concesión de este yacimiento. Señala que “cuando inició la explotación de Camisea, comenzaron a construirse muchas centrales termoeléctricas que emplean gas natural. Hoy día el 50%  del gas natural proviene de la producción de electricidad. El gas ha permitido un incremento acelerado de la generación de energía eléctrica y una reducción marcada del precio de la electricidad”. 

«El gas ha permitido un incremento acelerado de la generación de energía eléctrica y una reducción marcada del precio de la electricidad”, Iván Alonso.

Otro gran impacto de Camisea a la economía peruana está relacionado con la exportación del gas licuado. Alonso explica que este combustible “se enfría, se pone en buques cargueros especialmente acondicionados y se lleva inicialmente a México y fundamentalmente a Asia. Eso genera gran cantidad de divisas para el país. Además, un subproducto de la exportación del gas es el GLP. El 80% del gas que usan las familias para cocinar es un subproducto del gas de Camisea”. 

Por otro lado, Alonso explica que “el problema de la masificación y del costo del gas no es de producción y extracción, sino de distribución. El Perú no tiene una red de ductos para llevar el gas a todo el país. Eso no es una responsabilidad del consorcio que está en Camisea. El consorcio tiene una concesión para extraer el gas pero no para comercializarlo”.

¿Por qué sería un problema nacionalizar Camisea? 

Por dos razones fundamentales. La primera sería la compensación que habría que pagar al consorcio de Camisea y en este punto el excolumnista del diario El Comercio es bastante enfático. “Los contratos de explotación de Camisea van hasta el año 2040 en el caso del lote 88 y 2044 en el caso del lote 56. Tienen más de 20, 25 años por delante. Lógicamente, el consorcio va a exigir una compensación en tribunales internacionales, algo que está previsto en el contrato. Esto no es un juego. Expropiar camisea costará varios miles de millones. El Perú va a tener que pagar un justiprecio que podríamos utilizar mejor en tener un buen sistema de salud, mejorar la educación pública y otros servicios públicos”, indica.

Por otro lado, señala que la administración pasará a manos del Estado y “este es un punto negativo que la propia experiencia nos ha enseñado”. Pone como ejemplo el servicio del agua a manos de Sedapal, el cual es “intermitente de una calidad irregular”.

«El Perú va a tener que pagar un justiprecio que podríamos utilizar mejor en tener un buen sistema de salud, mejorar la educación pública y otros servicios públicos”, Ivan Alonso.

Además, especifica que cuando Camisea pase a manos del Estado, su gestión no será “eficiente”, entonces “va a haber cada vez menos producción a un costo mayor, con un subsidio que va a ir creciendo”. En ese sentido, hace un análisis comparado con Bolivia al señalar que “después de nacionalizar sus hidrocarburos en el 2006, no se ha reinvertido para explorar y aumentar las reservas”; por lo que el Perú, después de agotar sus reservas, tendría que importar un producto que perfectamente puede conseguir en su territorio. 

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