Al parecer, con la reciente victoria de Petro en Colombia y un probable triunfo de Lula da Silva en Brasil, se consolida la tendencia. No obstante, este viraje puede que sea efímero.
Por Rollin Thorne Davenport
La instauración en 1999 del régimen de Hugo Chávez en Venezuela significó el inicio de un viraje sustancial de América Latina hacia políticas asociadas con el izquierdismo. A la toma de poder de Chávez le siguió —en un periodo de aproximadamente seis años— el surgimiento de otros gobiernos de izquierda como el de Ricardo Lagos en Chile, Luis Inácio Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Tabaré Vázquez en Uruguay, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador. Esto, sumado a los regímenes ya previamente establecidos de los hermanos Castro en Cuba y de Daniel Ortega en Nicaragua, representó una ruptura significativa de la región con los ideales políticos y económicos promovidos por el Consenso de Washington, asociados principalmente a la apertura a mercados internacionales y a la propagación del liberalismo económico.
Este giro —denominado ‘marea rosa’— se caracterizó por el fortalecimiento del control económico estatal y la promoción de políticas redistributivas, así como por un rechazo contundente a la influencia de Estados Unidos en el continente, manifestado por la constante arremetida de líderes latinoamericanos — principalmente Hugo Chávez— contra el entonces presidente norteamericano George W. Bush. Además, la ‘marea rosa’ también generó una estrecha colaboración política regional, la cual fue sistematizada en el 2008 a través de la fundación de la UNASUR.
Esta tendencia política, sin embargo, no se sostuvo por completo en el tiempo. A partir del fallecimiento de Chávez y Fidel Castro, la ‘marea rosa’ empezó a revertirse parcialmente en favor de gobiernos asociados más con la derecha económica y el liberalismo. Este, por ejemplo, fue el caso de las victorias de Sebastián Piñera en Chile, Mauricio Macri en la Argentina, Pedro Pablo Kuczynski en el Perú y Jair Bolsonaro en Brasil. Estos líderes prometían potenciar el crecimiento y combatir la corrupción que había afectado seriamente a la región, particularmente en el marco del caso Odebrecht.
No obstante, las recientes victorias políticas en la región guardan una particular similitud con lo ocurrido a inicios de los 2000s, evidenciado por la elección de líderes como Andrés Manuel López Obrador en México, Alberto Fernández en Argentina, Gabriel Boric en Chile, Pedro Castillo en Perú y recientemente Gustavo Petro en Colombia. Estos nuevos líderes de izquierda, igualmente, han ofrecido eliminar el Estado ‘neoliberal’ en favor de políticas de redistribución que se enfoquen en promover una mayor participación estatal en la sociedad.
¿Se puede hablar, entonces, de una nueva ‘marea rosa’ en la región? Al parecer, con la reciente victoria de Petro en Colombia y un probable triunfo de Lula da Silva en Brasil, se consolida la tendencia. No obstante, este viraje puede que sea efímero, ya que la creciente inflación global, los efectos de la guerra ruso-ucraniana en torno a los precios de los combustibles y una potencial recesión en EE.UU. podrían complicar la popularidad de algunos de estos regímenes. Esto, por ejemplo, ya se observa en algunos casos, particularmente la creciente desaprobación al gobierno de Boric en Chile y la constante oposición al gobierno de Castillo en Perú. Empero, la pandemia del COVID-19 y la sucesiva crisis económica ha puesto en evidencia el fracaso de los sistemas públicos, fomentando, así, la popularidad de discursos políticos de cambio más drásticos y radicales.
*El autor es actualmente asesor parlamentario en el Congreso de la República.
Suscríbase ahora para obtener 12 ediciones de Cosas y Casas por solo 185 soles. Además de envío a domicilio gratuito y acceso instantáneo gratuito a las ediciones digitales.