Brasil es un ejemplo de cómo la prohibición del aborto puede generar un mercado negro de medicamentos que cumplan esta función.
Por Sergio Herrera
Con la abolición del derecho constitucional al aborto en Estados Unidos, ha surgido el debate sobre las consecuencias que podría traer para las mujeres de este país. Un claro ejemplo de un escenario negativo es Brasil. En el gigante sudamericano, la pena por abortar es de hasta tres años de cárcel. Una situación que ha forzado a las mujeres jóvenes a recurrir a medicamentos de dudosa procedencia para interrumpir sus embarazos. Muchas veces arriesgan su vida debido a los efectos adversos de estos fármacos, así como al peligro que involucra tratar con mafias de narcotraficantes para conseguirlos.
Es el caso de Xaiana, una estudiante de 23 años del norte de Brasil. Ella comenzó a intercambiar mensajes de texto con un narcotraficante del sur del país. A través de sus instrucciones, transfirió 1500 reales (285 dólares), una fortuna para sus ingresos. Todo con tal de conseguir un blíster con ocho pastillas blancas sin marcas. Una vez las tomó, surtió el efecto que quería: finalizar un embarazo de ocho semanas. Sin embargo, Xaiana continuó sangrando durante semanas. Una complicación inusual que no es rara. Tras siete semanas del aborto, fue a una clínica, donde admitió el delito. Le hicieron una cauterización simple y nadie la denunció.
Razones tras la proscripción
En Brasil, el procedimiento quirúrgico fue el blanco original de la prohibición del aborto en Brasil. No obstante, luego se expandió al aborto con medicamentos, cuando este se volvió más común. Esto devino en la situación actual donde los narcotraficantes controlan la mayor parte del acceso a las píldoras en un mercado negro sin control. Las mujeres que las consumen no tienen garantías de lo que están consumiendo. Y si la situación se les complica, temen buscar ayuda ante la amenaza constante de una denuncia. Este podría ser el futuro de Estados Unidos tras la derogación del Roe vs Wade. La formación de un mercado negro de medicinas abortivas sería progresiva si tomamos en cuenta que será necesario viajar de un Estado a otro para conseguir una píldora de este tipo.
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