En Suecia, el fenómeno SoftGirl ha cobrado fuerzas entre la generación Z. Por más que resulte sorprendente, aspirar a una vida más «tradicional» es una tendencia entre los más jóvenes, impulsado por el contenido #tradwife.

Por Belén Mendoza

Suecia, conocida mundialmente por su defensa de la igualdad de género, enfrenta una tendencia emergente en redes sociales que ha generado sorpresa y debate: las jóvenes mujeres adoptando el estilo de vida de “soft girls”, que celebra roles tradicionales como el de novia ama de casa. Vilma Larsson, una creadora de contenido de 25 años, representa este movimiento. Tras abandonar trabajos en un supermercado, una fábrica y un hogar de cuidados, decidió convertirse en stay-at-home-girlfriend, viviendo de los ingresos de su novio que trabaja de forma remota en finanzas. Según Larsson, esta decisión la ha llevado a una vida más tranquila y menos estresante, pasando su tiempo en actividades como ir al gimnasio y cocinar.

Muchas jóvenes aspiran a tener un rol más tradicional, como el de ama de casa.

Hola Soft Girl, adiós GirlBoss: un regreso al esquema del ama de casa

Larsson comparte su estilo de vida en redes sociales como Instagram, YouTube y TikTok, acumulando miles de seguidores y utilizando hashtags suecos como hemmaflickvän (novia ama de casa). Describe su identidad como una “soft girl”, abrazando un estilo de vida más femenino y tranquilo , en contraposición al enfoque tradicional en una carrera profesional.

Aunque el concepto de soft girl ha sido una microtendencia global desde finales de la década de 2010, en Suecia, un país con políticas diseñadas durante décadas para fomentar hogares de doble ingreso, su popularidad reciente ha generado discusiones intensas. La encuesta anual Ungdomsbarometern señaló el auge de esta tendencia entre jóvenes de 15 a 24 años, con un 14% de niñas de entre 7 y 14 años identificándose como soft girls. Según Johanna Göransson, investigadora de Ungdomsbarometern, este fenómeno refleja una reacción contra el ideal de “girl boss” que exige altos estándares de éxito en todos los aspectos de la vida.

 

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Sin embargo, no existen cifras oficiales sobre cuántas jóvenes han dejado de trabajar completamente para depender económicamente de sus parejas.
Aunque se considera una proporción pequeña, el tema ha generado un amplio debate en Suecia, desde columnas de opinión en medios hasta discusiones en el evento político Almedalen. Gudrun Schyman, la exlíder del partido Feministiskt Initiativ, advierte que este estilo de vida es un retroceso para la igualdad de género y refleja una falta de conciencia sobre las luchas históricas de las mujeres por derechos como la independencia económica.

Gudrun Schyman.

Una visión favorable sobre las softgirls

En contraste, el partido Demócratas de Suecia, de tendencia nacionalista, adopta una postura favorable hacia la tendencia, argumentando que las personas deben tener libertad para decidir su forma de vida. Según Denice Westerberg, portavoz de su ala juvenil, “si tienes esa posibilidad económica, entonces bien por ti”.

Además de las diferencias ideológicas, los debates también analizan los factores sociales y culturales detrás de esta aspiración a roles más tradicionales. Aunque Suecia es conocida por su equilibrio entre vida laboral y personal, investigaciones recientes indican un aumento del estrés entre los jóvenes. Göransson sugiere que el fenómeno de las soft girls puede estar vinculado a tendencias laborales globales como el quiet quitting, donde se prioriza el bienestar personal sobre el trabajo.

¿Por qué está sucediendo esto?

Una posible explicación del fenómeno es la percepción de que las políticas pioneras de igualdad de género en Suecia no han resuelto del todo las desigualdades. A pesar de tener la mayor proporción de madres trabajadoras en Europa junto con Eslovenia, las mujeres en parejas heterosexuales todavía asumen una mayor carga en las tareas del hogar y cuidado de los hijos, además de tomar el 70% del permiso parental financiado por el estado. Esto contribuye a niveles más altos de estrés y agotamiento en comparación con los hombres.

Larsson atribuye su decisión de convertirse en novia ama de casa a haber observado a generaciones mayores luchar por equilibrar la vida laboral y doméstica. “Creo que muchas mujeres se sienten agotadas por su trabajo”, afirma, añadiendo que desea evitar las dificultades que enfrentaron su madre y su abuela.

A través de su perfil, Larsson comparte fotos sobre su estilo de vida relajado. Instagram/@viilmalarsson.

En este contexto, expertos como Peter Wickström, de la Agencia de Igualdad de Género, consideran esta tendencia como una “reacción racional” a las demandas percibidas por las jóvenes. Sin embargo, Shoka Åhrman, economista del fondo de pensiones SPP, advierte sobre los riesgos financieros de abandonar la fuerza laboral, como la reducción en ahorros, pensiones y niveles salariales al intentar reincorporarse al mercado laboral.

Aunque la tendencia de las soft girls probablemente no impactará significativamente en la economía sueca, Åhrman subraya que debería servir como una llamada de atención para abordar las desigualdades estructurales persistentes. “El problema de fondo, como los problemas de salud mental y el agotamiento, es lo más preocupante, porque afecta no solo a las chicas jóvenes que quieren quedarse en casa, sino también al futuro de nuestra sociedad”.

El fenómeno ilustra cómo las jóvenes de Suecia están redefiniendo sus aspiraciones en un contexto de igualdad de género y abre un debate sobre el impacto de las políticas progresistas en las nuevas generaciones.

¿Está la Generación Z en su #TradwifeEra?

Parece que aspirar a tener una vida «tradicional» es la última tendencia entre la generación Z. A pesar de que esta generación se muestra como una de las más despreocupadas, está evolucionando en lo que respecta al sexo y las relaciones, dado que cuestionar el poliamor y consumir el contenido sobre #tradwife  (esposa tradicional) de la modelo e influencer Nara Smith se han vuelto tendencia.

De acuerdo con el informe «State of Dating», publicado por el Dr. Justin Lehmiller y la aplicación de citas Feeld, “una tendencia actual entre la Generación Z es la romantización de las relaciones y roles tradicionales. Sin embargo, la exploración es una constante entre los jóvenes, pues están “explorando su género y sexualidad a tasas mucho más altas que cualquier generación pasada o actual”.

 

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La Generación Z “tiene casi el doble de probabilidades de decir que tienen fantasías frecuentes sobre la monogamia en comparación con generaciones anteriores”, lo cual es irónico, pues, durante el año pasado discutir sobre el poliamor era popular entre influencers y marcas.

Sin embargo, como se reveló en el informe “New Leading Man” de eHarmony, una plataforma de citas, los hombres están teniendo dificultades para adaptarse. Mientras las mujeres exploran la tradición, los hombres se sienten presionados por las percepciones aparentemente limitadas de masculinidad que tienen algunas mujeres. El problema se traduce a que algunas mujeres de la Gen Z están adoptando la tradición, mientras que algunos hombres finalmente están dejando atrás la masculinidad tóxica.

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