Mientras la minería informal se expande sin control, el Estado demuestra ser más parte del problema que de la solución: desorganizado, contradictorio y profundamente informal. Pretender que ordene lo que él mismo descompone es, simplemente, pedir peras al olmo.

Por José Ignacio Beteta*

No le pidas peras al olmo rezaban nuestros padres y abuelos. Y esta máxima es más profunda de lo que parece. El olmo es un árbol grande y hermoso que genera un fruto sumamente pequeño y no comestible, que, por sus características, permite a sus propias semillas volar lejos y seguir fertilizando el campo. El peral, por el contrario, es un árbol más pequeño, de tronco mediano, estéticamente intrascendente, pero que ofrece una fruta jugosa, fresca y dulce: la pera.

Son árboles tan diferentes que uno pensaría, ¿quién podría haber buscado peras en un olmo como para que se incube esta máxima tan antigua y popular? Y es que en ese absurdo radica la esencia de una buena enseñanza, en la paradoja evidente.

Bueno. Hoy, esta moraleja tradicional encuentra su mejor aplicación en el desempeño del Estado Peruano frente a la minería informal. Para muestra un botón.

Según un informe de El Comercio, el alcalde provincial de Nasca, Jorge Bravo, uno de los principales promotores del fallido recorte de la reserva Arqueológica de las Líneas y Geoglifos de Nasca y Palpa, reconoció que tiene más de 25 años en el sector minero, con concesiones en Arequipa, Ayacucho y Apurímac. Lo que no le dijo al medio este personaje es que también intentó operar dentro del polígono intangible que hace poco pedía redimensionar. Así de alucinante.

“No soy titular ni en petición ni como concesionario en la provincia de Nasca ni el departamento de Ica”, le había declarado a RPP el funcionario. Pero omitió astutamente que, poco antes de ser elegido alcalde, había presentado dos solicitudes de concesiones en el corazón del sitio arqueológico. Qué tal descaro.

El gobierno retrocedió luego de reducir el área protegida de las líneas de Nasca pese a la presencia de minas informales.

No nos confundamos. La minería informal es en realidad el síntoma de una enfermedad crónica y muy grave: un Estado Peruano que históricamente no ha funcionado ni funciona para enfrentar problemas sociales, económicos o políticos serios porque es más informal que el mismo mercado que supuestamente busca formalizar. Si gremios y líderes no entienden esto, únicamente estarán parchando la herida abierta, aplicando analgésicos, consumiendo placebos.

Solo basta visitar un día casi cualquier entidad pública: el sistema de colas, los horarios, las citas, los tickets, los papeles, las fotocopias, el ruido, la suciedad, las instalaciones, los sistemas que no funcionan. La realidad es tremenda.

Y, por otro lado, es el concepto de formalidad lo que hay que deconstruir y renovar. La formalidad no puede ser entendida como un conjunto de reglas, tasas, impuestos, obligaciones y cargas que tenemos que cumplir porque es “la ley”, o porque alguien nos contó el cuento de que era “bueno”. No. Esto es falso. Muy falso y conveniente para los que viven de la burocracia.

La formalidad debería ser entendida como un espacio de derechos, beneficios y seguridad para los contribuyentes. Ser formal no es pagar impuestos. Ser formal no es obedecer al Estado. Ser formal implica ganar el derecho absoluto y constante de exigirle al Estado que nos brinde servicios de calidad, oportunos y eficaces, a cambio de los impuestos que pagamos.

Estos servicios incluyen el ordenamiento inteligente de sectores económicos como la Minería, que hoy vive en una esquizofrenia insostenible. Por un lado, una minería formal recargada de tramitología, impuestos y barreras, y por otro, una informal que prácticamente carece de deberes y obligaciones.

¿Cómo le puedes pedir formalización minera a un ministro de energía y minas que quiere permitir la minería informal en áreas protegidas, sitios arqueológicos o concesiones del Estado? ¿Cómo le pides que genere soluciones inteligentes a problemas complejos sí no puede ni simplificarse ni reformarse a sí mismo? El Olmo da sámaras, el Peral da peras, un Estado Peruano informal da informalidad. Punto.

* Presidente de la Asociación de Contribuyentes del Perú.

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