El país de Argelia celebra junto a Imane Khelif tras su triunfo en boxeo. A pesar de todas las controversias en la que estuvo envuelta, la argelina supo demostrar que las respuestas las da dentro del ring en estos Juegos Olímpicos de París 2024.
Por: María Sarca
La boxeadora argelina Imane Khelif ha hecho historia al ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, un triunfo que no solo resalta su destreza en el ring, sino que también ha estado marcado por la controversia en torno a su género. Khelif se impuso a la boxeadora china Liu Yang en la final de la categoría de peso wélter femenino (-66 kg), consolidándose como una de las figuras más destacadas de estos Juegos.
Imane Khelif, quien ha sido objeto de escrutinio y debate debido a su identidad de género, llegó a estos Juegos Olímpicos con una determinación inquebrantable. Desde su debut en el boxeo, ha enfrentado numerosas críticas y cuestionamientos sobre su participación en competiciones femeninas. Sin embargo, su éxito en el ring ha demostrado que su talento y habilidades son indiscutibles.
La boxeadora argelina comenzó su camino hacia la medalla de oro con una serie de combates impresionantes. La polémica acerca de su identidad genero revivió en su encuentro con la italiana Angela Carini quien decidió abandonar a los 46 segundos gritando «¡No es justo!». Sin embargo el Comité Olímpico Internacional (COI) respaldó a Khelif al declarar que no existía ninguna falta.
La fina: un combate decisivo
El combate final contra Liu Yang fue un espectáculo de habilidad y estrategia. Desde el primer asalto, ambas peleadoras comenzaron con dudas, pero Khelif logró superar a su oponente zurda y se llevó el asalto de manera unánime. A medida que avanzaba la pelea, se hizo evidente que la boxeadora argelina estaba en control, logrando conectar golpes clave que desestabilizaron a Yang.
En el segundo round, la pelea se tornó más equilibrada. Un contundente golpe de la argelina envió a Yang a las cuerdas en los primeros segundos. Mientras los seguidores de Khelif animaban con fervor, ella continuó golpeando a su rival con una serie de ataques, lo que le permitió obtener la victoria en ese round en todas las tarjetas de los jueces.
El tercer y último asalto fue el más emocionante, con Khelif manteniendo su ventaja y cerrando el combate con una serie de combinaciones que dejaron al público en vilo. Al sonar la campana final, los boxeadores se fundieron en un abrazo como muestra de respeto y espíritu deportivo.
La victoria de Khelif fue celebrada con entusiasmo, no solo por sus compatriotas argelinos, sino por aficionados de todo el mundo que reconocen su valentía y dedicación.
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