Conoce más sobre la Navidad de los royals y personalidades influyentes, celebraciones llenas de tradiciones, diversión, y por su puesto, mucho glamour.
Por Alejandra Grau
En los años sesenta, cuando los hijos de la reina Elizabeth aún eran pequeños, la familia real británica celebraba la Navidad en Windsor. Recién en 1988, cuando el castillo empezó a ser restaurado, se trasladaron a Sandringham House, una propiedad de la reina ubicada en Norfolk, al este de Inglaterra. Este fue el lugar en el que Elizabeth II dio su primer mensaje de Navidad en la televisión, a través de la BBC.
Esta majestuosa casa de campo es el escenario perfecto para una Navidad idílica: con seiscientos acres de terreno y jardines, parques y bosques alrededor, Sandringham House se viste de gala para recibir a la reina y a su familia, quienes también celebran Año Nuevo en esta residencia.
¿Cuáles son las tradiciones reales? Primero, la familia asiste a la iglesia Santa María Magdalena, en Sandringham, el 25 de diciembre por la mañana.
Tras la misa, empieza el almuerzo oficial en Sandringham House. Según el chef personal de la reina Isabel, Darren McGrady, el almuerzo incluye una ensalada con camarones o langosta, y un pavo asado. Tampoco falta el pudín navideño con mantequilla de brandy como postre. “Repiten la misma cena año tras año”, reveló el chef a Good Housekeeping en 2016.
En la noche, las celebraciones se ponen aun más festivas: los royals disfrutan de un buffet con veinte platos diferentes; y luego se reúnen para jugar charadas.
¿Y los regalos? Siguiendo la tradición de sus ancestros alemanes, la familia real intercambia los regalos en la víspera de Navidad, tras el té de la tarde. Por años y continuando con la tradición de su padre, el rey Jorge VI, y su abuelo, Jorge V, la reina regalaba pudines de Navidad a todo su personal. Se espera que este año, el rey Charles se sume a la tradición.
Navidad en Mónaco
Para la familia Grimaldi, la Navidad es una fecha muy importante: cuando el príncipe Rainiero III de Mónaco viajó a Estados Unidos porque quedó prendado de Grace Kelly, le propuso matrimonio en Navidad. Habían pasado solo siete meses desde que se conocieron.
Cuando se convirtió en princesa, Grace Kelly también le puso un sello especial a la Navidad. Según el portal «Beyond Grace Kelly», la actriz comenzó a invitar a cientos de niños al Palacio Grimaldi para que pudieran recibir un regalo en fiestas.
“No había televisión, prácticamente no había películas y definitivamente no había Internet ni diversiones como hoy en día, por lo que la princesa Grace decidió ofrecer a los niños un día en el palacio, con bocadillos y sorpresas”, reveló un señor que asistió al palacio cuando era un niño.
Si bien ya no hay una Navidad organizada con el sello de Grace Kelly, los Grimaldi no pasan por alto estas festividades, y continúan el legado que su madre inició en 1956.
Fiestas a lo grande
El magnate griego más famoso de la industria naviera del siglo XX y uno de los hombres más ricos del mundo en su época, Aristóteles Onassis, vivió las fiestas como pocas personas en el mundo. Sin tradiciones royals de por medio, Onassis tuvo una vida llena de excesos: la neumonía que lo mató fue producto de los finísimos habanos cubanos que fumaba a diario.
El magnate solía festejar las fiestas de fin de año por todo lo alto en Montecarlo: hay una fotografía que registra su paso por una fiesta organizada por la Société des Bains de Mer, en 1956, a la que acudió con Begum Om Habibeh Aga Khan, la última esposa del sultán Aga Khan III.
Al año siguiente, Onassis conoció a Maria Callas en un baile de máscaras celebrado en el hotel Danieli. En 1959, tras una apasionada historia de encuentros y desencuentros, la soprano griega dejó a su esposo por el magnate.
A pesar de que la pareja nunca llegó al altar, pasaron varias festividades juntos,hasta que el multimillonario finalizó la relación para casarse con Jackie Kennedy. Una fotografía icónica de 1961 los muestra más que sonrientes en Montecarlo.
La última Navidad de los Kennedy
Diciembre de 1962 fue el último mes navideño que todos los Kennedy celebraron juntos. Al año siguiente, el 22 de noviembre de 1963, John F. Kennedy fue asesinado en Dallas delante de su esposa. Sin embargo, dos años antes, las cosas eran totalmente distintas. De hecho, Jackie sentó una gran tradición para las futuras primeras damas.
En 1961, cuando su esposo llegó al Despacho Oval, la primera dama inició la tradición de escoger una temática para la Navidad en la Casa Blanca. Ese mismo año, eligió el Cascanueces como su guía para decorar la casa presidencial. El imponente árbol ‘Nutcracker’ pasó a la historia con sus galletas de jengibre, hadas de azúcar y bastones de caramelo colgantes. Al año siguiente, la primera dama decidió ahorrar un poco más y colocó el mismo árbol de Navidad en la Casa Blanca.
A pesar de que toda la residencia presidencial estaba completamente decorada para las fiestas, los Kennedy no pasaban la Navidad allí. Siguiendo una tradición familiar, todos volaban a Palm Beach, donde tenían su casa de verano. Dado que el presidente Kennedy tenía siete hermanos, la tradición era reunirse juntos en fiestas. Esa fue la última Navidad que todos pasaron juntos.
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