Todas las pautas para hacer de un matrimonio una celebración única y elegante.
Por Armando Arana
Invitaciones
Los partes de matrimonio deben repartirse un mes antes de la boda. Se pueden diseñar propuestas muy distinguidas con un adorno delicado: unas palomitas, unos aros. Los encajes y las blondas, francamente, no son lo mejor.
Con respecto al orden de los nombres, siempre se empieza con los padres de la novia en el lado izquierdo. Estén casados o no. En los casos en que alguno ha fallecido se incluye el nombre junto a una estrellita. Y, por último, se ponen los nombres de los padres del novio a la derecha.
Si además tendremos una recepción, debemos incluir una tarjeta adicional, en la cual se indique el estilo de la vestimenta, se firma con las iniciales y se incluye un teléfono para que los invitados puedan confirmar la asistencia. Otra opción, en este caso, es indicar que solo confirmen aquellos que no podrán asistir.
Un detalle importante es que la invitación, si está dirigida a una persona que no tiene pareja, siempre es personal.
Iglesia
Se estila que la novia camine al altar junto a su padre, pero si esto no es posible, entonces junto a su hermano mayor, su tío o un ser querido. Pero esto depende de la relación que tenga la novia con sus padres. Hay casos en los que los padres son divorciados, y si ellas viven con su madre, la pueden escoger a ella.
Con respecto a la ubicación, una vez que el novio la recibe en el altar, ella debe colocarse en el lado izquierdo, y él, en el derecho. Los padres van a ambos lados. Al costado de la novia debe estar primero el papá y luego la mamá. Y junto al novio, en cambio, se ubica primero la mamá, y después, el papá.
El vestido
Una cosa importante a considerar es la hora de la boda: el vestido no puede ser el mismo para una ceremonia nocturna en una basílica que en un matrimonio de día en la playa. En esos casos hay que elegir un vestido mucho más sencillo. Hoy, en Lima, hay muy buenas diseñadoras que pueden ofrecer opciones que dialoguen bien con cada locación. Es importante conversar con ellas.
Locación
Los matrimonios en la ciudad siempre deben ser más formales. Si la fiesta es en el campo, en cambio, tenemos que ajustarnos a la naturaleza. Este tipo de bodas resulta muy bien de día, aunque hay algunos espacios que también pueden funcionar de noche: recuerdo una boda apoteósica en Sacsayhuaman, de noche, con las ruinas iluminadas. Y, por último, si la celebración es en la playa, tenemos que pensar en algo libre, que la gente pueda estar sentada en los lounges, con barras grandes y un espíritu relajado.
Yo prefiero la ciudad como locación. Como la boda que le hice a mi hija, en el Museo Pedro de Osma, que fue soñada.
Elegancia y sencillez
La elegancia no es sinónimo de algo pomposo. Las bodas que he preparado siempre han sido para casos especiales, y trabajo con arquitectos, un equipo de cinco floristas, mantelería, cristalería labrada, decoración. Pero también se puede hacer una celebración bonita y clásica con presupuestos un poco más reducidos. La clave es no caer en la exageración. Por eso, cuando las personas no están acostumbradas a organizar eventos como estos, es importante que se rodeen de especialistas, para lograr una boda acorde al gusto de los novios, pero bien hecha.
Comida
A mí me gustan las mesas servidas, pero no todos lo pueden hacer. Si tienes una recepción puede ser agradable pasar unos platitos. Pero, si se puede invertir un poquito más, para tener un bar abierto, buffet, una mesa de quesos, otra de bocaditos y, a la medianoche, comenzar a pasar platitos calientes, va a resultar muy bien.
Lo imprescindible es un lindo vestido de novias, una buena torta y un buen champagne. Sin eso no hay un buen matrimonio.
Ubicación de las mesas
Normalmente, solo se hace una reserva para cuatro mesas: dos por cada familia, los testigos y los invitados más íntimos. Los demás ya se pueden ubicar donde quieran, porque hacer mesas con nombres para seiscientas u ochocientas personas es un trabajo muy pesado.
Flores
Es un detalle tan importante como escoger un bonito local. Hay que esmerarse con las flores. Creo que es una de las cosas más importantes para la iglesia y la recepción. Para el invierno limeño, las orquídeas y las rosas son lo mejor: duran más y tienen más versatilidad para trabajarlas. Yo prefiero las blancas, pero se pueden combinar con rosado, fucsia y azules. Con un lindo arreglo floral y un mantel blanco, no es necesario nada más para el día. Y si es de noche, se complementa con unas velas y queda precioso.
Agradecimientos
Se suelen mandar unos quince días después de la boda, cuando la pareja regresa de la luna de miel. La forma correcta de hacerlo es con una tarjeta donde se incluye el nombre de la pareja. Ahora se utiliza mucho el nombre de soltera de la mujer y luego el del esposo. Eso se acompaña con una nota muy sencilla donde se expresa el agradecimiento. Si la persona es muy íntima, también se puede incluir un detalle más preciso del regalo. Es algo que resulta elegante.